Estereotipos ||OffGun||Omegaverse||

29

El silencio en el auto era todo lo contrario a incómodo, pero los pensamientos que rondaban a Off eran un poco confusos, tanto así que Gun comenzaba a sentir tal confusión a través del extraño vínculo que los une.

— ¿Pasa algo, Off? — Off se tensó ante la pregunta repentina.

— No es nada, sólo estoy esperando a que mis padres no noten algo extraño en mí — mintió y sonrió forzado.

Gun no se tragó esa respuesta, pero se autoconvenció de que no debía ser nada. Cosas de Alfas.
Mientras que más se acercaban a la ciudad, más pensamientos llegaban a la cabeza de Off, no recordaba con claridad qué ocurrió luego de eyacular en Gun, pero se dijo a sí mismo que todo estaba bien, y lo estará hasta que él decida dar a conocer su relación a la manada.
Sólo era su celo haciendo estragos con sus pensamientos, nada más allá de eso.

Cuando comenzó a divisar la parada de autobuses en la que tendría que dejar a su pequeño castaño, una presión en el pecho tomó lugar, no sabía si era debido a que no quería alejarse de él, o por algo más. Pero asumió lo primero.

— Parece que nuestra agradable escapada ha llegado a su fin — el Alfa sintió los ojos de Gun clavados en él, esperando una respuesta.

— Es cierto — estacionó el auto, y se inclinó, dejando un casto beso en los labios del contrario —, una lástima.

El malestar inexplicable en Off no desaparecía, dos sentimientos tomando sus pensamientos: mal presentimiento y el olvido de algo aparentemente importante. Pero no sabía el qué.
Gun se limitó a sonreír y asentir silenciosamente, para luego dejar un nuevo beso, éste un poco más largo; pero extrañamente frío y distante.

— Nos vemos.

Off asintió en respuesta y observó cómo el Omega bajaba del asiento, luego de un momento, esperando a que la puerta del copiloto se cerrara, y una última mirada compartida; el pelinegro emprendió rumbo a su casa, o más conocido... como el inicio del fin.

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— Llegué — Off cerró la puerta de su casa tras de sí, no esperando realmente una respuesta.

— Por fin llegas, Off — la voz extrañamente rígida de su padre resonó por la gran mansión. El corazón comenzó a latirle a un ritmo descomunal, extrañándolo.

El recién llegado comenzó a avanzar, teniendo en mente saludar a su padre con un apretón de manos y un leve abrazo; pero aquello que recibió no se lo esperaba por nada del mundo.
No sabe qué llegó primero, el insulto, el golpe o el ardor de éste.
Quedó perplejo, mirando a cualquier lugar de la sala.

— ¡Eres un jodido insulto para ser de mi sangre! — aquel grito pareció volverlo a la realidad, volteó a su dirección; no listo para otro golpe, justo en su mejilla derecha. Cayó de espaldas, impactando en el duro suelo. — ¡¿Cómo te atreves a decepcionar así a la manada?!

Off lo miraba con ojos desorbitados ¿De qué diablos estaba hablando?

— ¿Q-qué...? Pero, padre, no sé...

— ¿Creíste que no nos enteraríamos, escoria? — A tropezones se levantó — ¿Cómo te atreviste a emparejarte con un Omega varón?

El corazón de Off dio un vuelco, de repente sentía su alma desgarrar y sabía todo lo que esto iba a significar. Nada bueno.

— ¿Có...mo? — no encontraba las palabras, no encontraba las fuerzas. No encontraba la valentía.

— Una increíble Omega, digna de tu amor, nos desmintió todo aquello que no mostrabas a la cara — sacó de su bolsillo, lo que parecía ser una foto, un poco arrugada. La mostró a Off, quien tragó duro al verse a sí mismo con Gun, en la azotea, compartiendo un beso. Esa foto fue sacada ese mismo día, antes de escapar con el Omega a una travesía que nunca superaría. Así que ese sonido de cámara, no había sido alucinado —. No puedo estarle más agradecido a Haneul, de hecho, no estaría mal comprometerte con ella. Restauraríamos el apellido que tú mismo destruirte al hacer esto.