13: Mediados de Noviembre

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El señor Alexander abrió la puerta principal para ver si el diario había llegado, solo se encontró con Clara entrando a la propiedad para acompañarle a la universidad, rápidamente vio a su hija bajar de su habitación con más energía que los días anteriores, con su suéter azul rey a juego con su paraguas salió de su casa hasta subir en el auto del padre de Clara el cuál le había prestado para el invierno. —¿Lista para un nuevo día?— mencionó Clara la pelirroja mirando los ojos de la callada chica, esta le regaló una efímera sonrisa mientras pequeñas gotas de lluvia caían sobre el parabrisas, esta encendió la radio la cuál colocó una perfecta canción para el momento: "Don't Cry" de Guns N' Roses.  La música controlaba su vida como si de una mala película se tratara.

Partieron del pueblo por la pequeña carretera para luego doblar en la avenida y finalmente llegar al edificio principal de la universidad, la lluvia había parado un poco y la nueva mañana mostraba los cambios causados por las fuertes tormentas. La ciudad seguía igual, las luces de los autos por todas partes, los nuevos edificios en construcción y la gente en sus faenas, entrando al establecimiento notaron como una chica rubia cubriendo su rostro con una gorra subía a un ascensor, la pelirroja le dijo a la pelinegra que no pensara acerca de ella, y la convenció de que ahora se trataba de una simple desconocida rara, con algo de nervios Emily asintió y se dirigieron a su salón de clases para una larga jornada de estudio. Cuando por fin llegó la hora del descanso entre las clases el dúo de amigas notaron de lejos que cuando la persona que solía ser parte inseparable de su grupo contaba con un moretón en su cuello y sus muñecas estaban rojas.

—Seguro se divirtió con su novio anoche—dijo Gray, Clara la miró como diciendo–"Te dije que no la mires"–pero solo obtuvo una ligera risa como respuesta, pronto la amiga de la pelinegra entendió a lo que esta se refería, conociendo el tipo de persona que era la excéntrica rubia sabían sus gustos...para todo, así que ver su cuello y muñecas rojas con marcas no era de extrañarse, después de todo ya habían visto las esposas causantes de esas marcas en su habitación junto al látigo preferido de su pareja. 

Dejaron que pasara el momento y en cuanto la campana sonó para marcar el regreso a las aulas dejaron que el tiempo se llevara el aburrimiento, en un abrir y cerrar de ojos se hicieron las una y treinta de la tarde dando por terminado ciclo de estudios de la semana.

Se quedaron sentadas en las escaleras de la puerta principal viendo como lentamente las personas se dispersaban entre las calles y callejones de la ciudad, pronto los alrededores fueron vaciándose, cuando estuvieron prácticamente solas decidieron que sería mejor marcharse del lugar. Acompañadas del viento y la radio a tope salieron de la ciudad devuelta al montañoso pueblo, Clara sacó una pequeña caja con casettes llenos de canciones que le subían el ánimo a su amiga junto a sus gominolas favoritas.

—Lindo detalle pelirroja—rio Emily.

—¿Quieres algo más? Me queda una caja de Malboro's.

—¿Fumar? ¿Después de que me drogaron?.

—Lo siento Milly, quizás se los deje a mi papá—respondió la pelirroja acelerando un poco.

Cuando Clara dejó a Emily en su casa, esta revisó el correo antes de entrar, encontró dos cartas de Roger, quien en la primera le contaba lo que hacía en el pueblo costero de Harwick:

"Hola Abeja. 17/11/92

Espero que las clases no te estén agobiando mucho, desde que egresé de esa universidad las cosas son más fáciles, al menos te diviertes y te quedas con buenos y graciosos recuerdos; la verdad no quería mantenernos sin habla, aunque Harwick es un pueblo pequeño tuve la oportunidad de reencontrarme con un compañero que asistió a mi salón en la universidad, cambió mucho desde que lo vi por última vez, y ¿adivina qué?, me dio el nuevo número de teléfono de mi mejor amigo, me contó que está trabajando en un proyecto algo secreto y que no puede hablar del tema hasta que esté terminado, tengo muchas cosas que contarle, seguro le hablaré de ti....que asco, me volví cursi por tu puta culpa y para ser sincero me preocupa, hazte cargo antes de que enloquezca.

Disculpa sin con estas cartas te incomodo, a fin de cuentas creo que eres la única que me escucha. Eres bienvenida aquí siempre.

Roger B."

La chica sintió una calidez similar a la que sentía en sus encuentros con el chico y, aunque no le agradaba su decisión, la respetaba y trataba de cumplir con ella, estando sola quizás estaba mejor, guardó la primera en su closet y se dedicó a leer la siguiente, esta era más larga y sentimental:

"Querida Abeja. 19/11/92

Hace dos días me dieron una fuerte noticia, lamento no haberte contado antes pero...mi mamá sufre de Síndrome de Tourette desde sus 10 años y hasta ahora ha estado tomando medicamentos para calmar los ataques, sin embargo no suelen desaparecer, yendo al grano, mi padre llamó a la señora "Sunshine" (la cuál es la madre de mi mejor amigo) y como no se encontraba en casa atendí yo, me dijo que mi madre sufrió un Ataque Cerebro Vascular que la dejó parcialmente paralizada y ahora se encuentra internada en un hospital de Bristol.

Me dió mucho miedo, pude ponerme en contacto con mi mejor amigo "Albert" para contarle lo que pasaba, la buena noticia es que me dejará quedarme en su nuevo departamento, por desgracia, estaré solo ya que tendrá que trabajar toda la semana en su nuevo hotel.

Me iré el 24, si quieres puedo pasar por tu casa a dejar algunas manzanas que cultivé para el puesto de frutos de Doña Sunshine.

Te contaré todo lo que pase y, si tú quieres decirme algo deja una carta en casa, le diré a la mamá de mi amigo que me las lea por teléfono.

Dejaré que el tiempo decida.

Roger."

Los ojos de la chica no podían creer lo que leía, se quedó mirando a la nada pensando por unos minutos hasta que tomó un bolígrafo rojo, un papel de su libreta y decidió responderle:

"Hola Estrella. 20/11/92

Me alegra ser aquella persona que te escucha, es lindo saber cómo te encuentras, por mi parte he estado bien, mi mejor amiga Clara y yo hacemos ejercicio los martes, jueves y domingos en el parque cerca de mi casa, dentro de muy poco saldremos de vacaciones, con respecto a las manzanas, tráeme 20 (solo si puedes), diez verdes y diez rojas, puedes pasar el domingo en la tarde o en la noche, como te quede más cómodo.

Me di cuenta que mi vida es bastante diferente si no hay influencia tuya en ella, nos conocimos hace casi tres meses y me encariñé con tu presencia, me parece curioso que algo así no me había pasado antes. Si te hace sentir mejor quiero que sepas que todavía extraño esas profundas conversaciones que me dabas al salir a caminar, y por supuesto tu tímida risa. Aún no sé cuando será el momento de vernos, pero esperaré por ello. No se porqué estoy siendo tan cursi cuando debería estar descargándome por el estrés de la universidad, creo que me estoy pareciendo a ti, no tengo ni puta idea.

Cuenta conmigo si necesitas algo, hasta entonces.

Lily G."

Con un pequeño nudo en la garganta cerró el sobre y lo dejó en el buzón, para luego volver y contarle detalladamente por llamada a Clara sobre lo que había pasado.

Quiero Que RegresesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora