16: ¿Ocultismo?

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Las horas parecían hacerse segundos entre aquellas páginas de los libros en las bibliotecas de casa, poco a poco la familia leyó uno por uno casi los trescientos libros entre las tres estancias, Emily ahora poseía la llave de la biblioteca 412 así que podía leer los libros de la "vitrina sellada" como le decía su padre ya que era muy difícil de abrir y parecía estar sellada al vacío.

Se encontraba fuera, terminando trabajos junto a Clara, por lo general nunca tardaban demasiado pero aquel día fue la excepción, luego de que la biblioteca de la universidad cerrara a eso de las 10:00 se quedaron en casa de la pelirroja hasta finalizar su faena, fue así como Gray regresó a su hogar por la puerta trasera del jardín a las 3:00 de la madrugada. El hambre se hacía notar en su organismo por lo que busco la cena y la calentó para comer antes de descansar, lo que no esperaba es que los efectos del sueño se manifestarían rápidamente.

Todo fue interrumpido por un toque frío en su muñeca.

—Mmmm mamá ya es tarde—balbuceó y bostezó, no era de imaginarse que aquel fantasma del cuadro quiso hacerse notar.

Pronto la tomo del brazo y, queriendo gritar Emily tembló, aún así fue interrumpida por un siseo producido por el inexpresivo hombre acompañado por una sonrisa de lado de tinte macabro, la miraba con esos ojos vacíos y trataba de llevarla a algún lugar. Sacudiendo su cabeza notó que todo fue producto de la embriaguez del sueño que padecía, por lo que terminó su sopa y corrió a su cama.

A la tarde siguiente, cuando por fin se pudo abrir aquella vitrina Emily buscó el libro que el chico de negro pelo largo le había dado para saber más acerca de la vida de Christopher Madison, así fue que leyó hasta donde había quedado, cuando fue terminando alzó la mirada otra vez vio cómo dos libros del caían de la repisa, asustada se levantó y lentamente se acercó para ver que la madera de la repisa estaba agrietada en la parte superior, cuando observó más a fondo notó que entre la madera se escondía un cuaderno de tapa morada con la frase: "Observaciones de mis Hogares. CM". Asombrada ojeó cada una de las páginas, descubrió que este cuaderno era un libro que Christopher planeaba publicar un año antes de su inesperada muerte. Revisó en índice para ver si encontraba algún registro del pueblo, y en efecto lo encontró:

"Ulfstead, distrito de Ffarquhuar. República Federal Súdrica

_Arribé en este lugar junto a mi esposa y mi hija el día tres de mayo del año ochenta y siete tres horas después del nacimiento de mi primogénita, no había mucha civilización lo cuál despertó un sentimiento de paz en mi ser, pronto arribaron dos hombres más a las casas de al lado, me encargué de establecer una conversación con aquellos nobles caballeros, sus nombres resultaron ser Shawn Darwin y John Mitchel Seabury..."

Sorprendida decidió buscar su radio y colocar algo de música de fondo para no aburrirse del monótono silencio que reinaba en la casa, una vez con la música puesta continuó leyendo:

"...mi esposa se adaptó al ambiente templado de esta zona de la isla, debo recalcar que no me había sentido tan relajado en mis 27 años de vida, todo ha marchado relativamente bien con respecto a nuestros planes exceptuando al comportamiento del farmacéutico cercano, se le nota muy amargado y algo agresivo, pude notar que usa un collar con dos estrellas de cinco puntas y un ojo en el medio de sus ropas. Me transmite una vibra bastante pesada, últimamente ha tenido comportamiento muy reactivos hacia mi persona lo cual me resulta muy extraño ya que, en los últimos diez años que he vivido aquí nunca tuve ningún inconveniente con este inusual farmacéutico..."

Marcó cada línea que consideraba útil para su investigación, siguió leyendo hasta que leyó un párrafo que la dejó helada:

"...Hoy a mis 38 años de edad estoy viviendo quizás una de las mejores etapas de mi vida, me he enfocado en cuidar a mi esposa con una rara especie de neumonía que le impide respirar correctamente y eso me llena de preocupaciones, entre ellas la extraña actitud del farmacéutico hacia toda mi familia con el pasar de los años, cuando se enteró que la mujer que me acompañaba al llegar era mi esposa empezó a esparcir falacias hacia nuestra integridad como familia. También cuido de mi hija, mi querida y amada Eleanor con apenas 11 años su mente es demasiado brillante y estoy seguro que es más inteligente que todos los hombres de este distrito..."

Quiero Que RegresesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora