EL ÚNICO CHICO DEL (MI) MUNDO [Adaptación]

VERDAD NOCTURNA

Singto.

El techo de mi habitación seguramente era lo más interesante que estaba viendo ésta noche.

Seguramente eran más de las tres de la mañana y yo seguía sin poder dormir. Mañana es la reunión con los socios y me toca guiarlos en el edificio, sin embargo, aquí estoy pensando en el sobre que recibió Gun en la tarde.

Quité las sábanas de mi cuerpo y abrí el cajón de mi mesita de noche. Saqué la carpeta y me puse en modo indio para leerla nuevamente.

Mis ojos se llenaron de lágrimas otra vez.

Gun:

Soy el Doctor White Nawat. Ésto es muy repentino y no sé cómo explicarlo.
¿Estuviste tomando las vitaminas y comiendo correctamente?
Los resultados de tus estudios llegaron hoy a mi consultorio y, debo advertirte que, tú desnutrición ha evolucionado a una anemia severa. Puedo tratarla para que no evolucione nuevamente y se convierta en una leucemia de primer grado, pero necesito que cooperes.

En ésta carpeta, además de la carta, encontrarás los resultados anteriores y los recientes, también te dejé una dieta y una receta con las vitaminas.

Por favor, Gun. Llevo dos años de conocerte y te he tomado un buen cariño como paciente, cuídate. Te espero el lunes en el consultorio a las 02:00 p.m

PD: Tienes una vida por delante, no te dejes vencer.

White.

Suspiré otra vez pero de manera temblorosa. Mis sollozos llenaban la habitación, Gun ha sido uno de los mejores complementos de mi vida aquí en Bangkok. Tenía miedo de perderlo y, por una mierda, se supone que somos mejores amigos pero nunca me dijo nada.

Según todos éstos papeles, Gun ha sufrido desnutrición desde hace cinco años, su fecha de llegada a Bangkok. También, el doctor dice que, tiene anemia severa. ¿Gun enserio está bien ahora mismo?

Traté de calmar mi respiración y dejar de llorar. Tomé mi celular y marqué su número.

Sonó una... Dos... Tres veces, y respondió.

— ¿Singto? —Su voz de recién levantado me hizo pensar más cosas— ¿Qué pasa...?

— Gun... —Su nombre salió en un suspiro tembloroso— ¿Sabes que eres... Mi m-mejor amigo, verdad?, ¿da-sabes que te quiero.. Como un hermano? —Las lágrimas bajaron otra vez.

— Sing... ¿Qué tienes?

— Sólo... Quería recordártelo, eres la única persona que me tomó enserio cuando llegué a la universidad, te quiero mucho, Gun... —Alejé el celular para que no escuchara mi sollozo.

— ¿Quieres que vaya a verte?

— N-no, no... Debemos trabajar en unas horas, tú... Descansa, sí?

— Singto... También eres como un hermano para mí.

— Lo s-sé... Te quiero mucho, Gunnie...

— Yo también, Sing. Descansa, por favor.

Y colgué.

No quería que Gun me escuchara así. Él me necesita, lo sabe... No puedo dejarlo solo...

Espero que, en verdad, no sea demasiado tarde.