INESPERADO

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La llave en la perilla giró hacia la izquierda a la par de su mano dando pase libre a qué la puerta se abriera de par en par y él pudiese entrar, suspiró y se quitó los zapatos antes de entrar.

El lunes agotador de su semana laboral había terminado y podía decir que se sentía bien.

Luego de la consulta con el doctor White, Sing lo llevó por un helado y hablaron de cosas típicas; las de mejores amigos. Disfrutaron y rieron olvidando el lugar de donde venían y las cosas que recién habían escuchado. Felices. Aprovecharon al máximo su tiempo libre y después volvieron al trabajo, ambos en lo suyo pero a la vez compartiendo lo bonito de tenerse tan cerca.

Ambos salieron a la misma hora, por primera vez en mucho tiempo, del trabajo y fueron a un parque. Vieron a los niños jugando y echándose risotadas cargadas de inocencia pura en los juegos de allí, todo para luego ambos tomarse de la mano y unirse a un grupo de niños que jugaba fútbol, disparejos y haciendo la diferencia por sus camisas blancas perfectamente cercadas y sus pantalones formales.

Sólo siendo ellos... Gun y Singto.

Ahora el castaño se encontraba caminando al cómodo sofá de su apartamento con sus zapatos en mano. Los tiró por algún lado y se dejó caer mientras se despojaba del pantalón y la corbata que formaba parte de su vestimenta. Cuando iba a pararse para ponerse su pijama el timbre sonó muy fuerte haciéndolo estremecer.

— Ush!, SINGTO, QUÉ TE PASA?! —Ahogó el grito en la almohada.

La botó y se puso de pie yendo a abrir.

Pero con la misma cerrando de una sola.

Se puso en posición de estrella con la espalda a la puerta como si impidiese que alguien pasara; su expresión no daba lo que realmente sentía.

— ¿Me estoy volviendo loco? — se volvió y observó por el visor que, sí, definitivamente era él al otro lado de su puerta.

Abrió— Que buena manera de recibir a alguien. —La gruesa voz exclamó viéndolo de arriba a abajo.

— ¿Qué haces aq- ¡ah, deja de verme idiota!

Apenas allí, Gun reparó de que nada más que su bóxer le cubría la parte baja. Off soltó una corta risa.

— Tienes buenas piernas. —Habló entrando sin permiso.

— Primero: siempre las he tenido, Jumpol. Así como mi bello trasero y mis hermosas caderas anchas. Segundo: por supuesto que puedes pasar, eres bienvenido; estás en tú casa. —Soltó con sarcasmo.

Off arqueó una ceja— Nunca vi tu cuerpo... —Murmuró.

— Nunca le prestaste atención, he tenido buenos atributos desde siempre. Pero ya, habla, ¿cómo sabes dónde vivo y qué haces aquí?

— Sólo estaba aburrido, ya sabes...aburrirte en una ciudad que no conoces, lo normal. —Habló mirando a su alrededor— Tienes buenos gustos...

Gun resopló y caminó directo a su habitación para ponerse su pijama ignorando completamente a Off que miraba todo con curiosidad.

Debía decir y reconocer que Gun tenía un apartamento bonito, con un color celeste en sus paredes y una buena iluminación que, no sólo era por las lámparas sino, entraba por la ventana del balcón en el que apenas había reparado de su existencia.

Vio la pequeña mesa de centro que había entre los sofás y las cosas que ésta tenía. Unas flores artificiales, un aromatizante de barras, el celular de Gun y varios papeles. Los leyó sólo por encima y luego se dejó caer en el sofá principal.

Sintió una incomodidad en su trasero, pero la curiosidad de saber que era se fue cuando sacó de allí un sobre blanco. Pequeños papeles sobresalían y los terminó de sacar para leer.

Gun Atthaphan, Bangkok. 21/08/10.

El paciente, de 17 años, tiene anorexia, un trastorno psicológico que...

Pegó un pequeño brinco y quitó su vista del papel para prestar más atención y oír los pasos de Gun por el pequeño pasillo.

El sobre con los papeles y él actuó normal.

— Ya. Habla, Off.

No reaccionó— Hmm ¿Qué? No te oí.

— Que hables, vamos. Yo necesito saber que haces aquí. —Se sentó en el sofá continuo.

Carraspeó— Vine a hablar...

El castaño arqueó una ceja como invitándolo a seguir hablando.

— Vine a hablar contigo de...nosotros...

EL ÚNICO CHICO DEL (MI) MUNDO [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora