NOSOTROS

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Las risas eran lo que más llamaba la atención de las personas a aquella mesa del fondo.
Allí se podía apreciar a dos chicos degustando un helado cada uno mientras tenían una conversación que parecía ser la más graciosa del mundo.

El más bajo tenía su pequeña mano sobre sus labios en busca de ocultar la gran sonrisa que pintaba gracias a las anécdotas que él azabache le contaba.

— ¡Fue uno de los peores momentos de mi vida, Gun! —Exclamó con una sonrisa.

— Lo siento, Off. No me es fácil tomarte en serio con las muecas que haces. —Sonreía con sus ojos.

A pesar de que ambos se vieran disfrutando plenamente sólo uno lo hacía.

Y es que en la cabeza de Gun repetía cada una de las acciones y atenciones que Off realizaba con y para él.
Había pasado ya una semana desde que Off le dijo eso, y aunque la partida del pálido estaba más cerca; lo estaba más aún el término de lo que sea que ambos tenían.
Con cada palabra dicha, con cada petición y acción realizada con devoción y cariño; Gun se seguía preguntando si Off se merecía la verdadera oportunidad para profesar su amor entre los dos o que la tomara él para pagarle con la misma moneda.

Estaba muy confundido y eso lo frustrada.

Por eso, cuando Off pagó la cuenta y le tomó de la mano para salir del local de los helados, él se quedó en silencio.
Sólo viendo los edificios mientras el mayor lo llevaba hacia quién sabe donde.

— Gun...

— Si? —Sin voltearle a ver, acotó al llamado.

— Perdóname.

Lo miró con el ceño fruncido— ¿Por qué..?

— Porque no te dije antes lo hermoso que eres...

Las mejillas de ambos se pintaron de rosa. El menor apartó primero la mirada— No importa ya, Papii..

Tras haberlo dicho, la cara del azabache mostró una gran sonrisa— ¿Cómo? —Le molestó con felicidad genuina.

— ¡Off! —Le reclamó con una sonrisa avergonzada.

Entonces una carcajada resonó en la calle. Seguida de la adorable del castaño.

Gun se preparó para hacer un berrinche, pero Off fue más rápido y lo abrazó por la cintura.

— Podría estar así todo el tiempo y no me aburriría, Gunnie. —La sonrisa de bobo en su cara logró que él se olvidara de todo lo qué lo agobiaba, de sus preocupaciones y las palabras de su primo que tan angustiado lo habían tenido todos esos días en los que Off hacia su mayor esfuerzo para mostrarle los cambios que estaba haciendo como persona.

Por él, por ambos...

Para que existiera un nosotros.
Se sentía tan irreal.

— No digas tonterías, Jumpol... —Le respondió cuando sus narices se rozaron por el acercamiento repentino del mayor.

— No lo son, Atthaphan... —La voz ronca en un susurro, el aliento tibio que chocó contra su boca.

Los suaves labios que acariciaron los suyos con timidez cuando se acercó un poco más.

La danza que comenzaron cuando Gun cerró sus ojos; enredando los pequeños dedos en el azabache y escaso cabello de la nuca contraria. El apretón en su cintura que le obligó a abrir la boca permitiendo que la juguetona lengua se abriera paso en ésta.

Sí, se sentía tan irreal...

EL ÚNICO CHICO DEL (MI) MUNDO [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora