Capitulo 8

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(Narra Héctor)

No lo voy a negar para que hacerlo? Si me gustaba, si la deseaba y me agradaba la idea que viviera en la misma casa que yo. Hace años traje a Adam a vivir aquí cuando no tenía donde quedarse, esta era la casa de mi madre y para mí es muy importante así que solo viven personas de mi plena confianza.


Nina no estaba muy contenta con la idea de vivir conmigo pude sonreír con picardía el saber porque, sabe que no puede resistirse a mí, mi ego se alimenta de su nerviosismo. Aún estoy cabreado por el accidente que tuvo, Ulises me ha iba a pagar, ella no tenía que ver nada con ese mundo, de repente vino una punzada a mi recordándome al pasado, el miedo recorre mi cuerpo rápido, lo siento como si fuera ayer...


Estoy sentado en la escalera cuando observo que Nina se dirige hacia la cocina, lleva un camisón grande que le lleva hasta la mitad del muslo, su cabello rubio esta todo desordenado, camina descalza y se detiene frente a la refrigeradora, revisa todo lo que ahí y suspira, opta por tomar solo agua, mis ganas de ir y arrinconarla son grandes pero sé que Adam puede oírnos y ahí si se la lleva lejos de mí. Nina mira su celular y cierra los ojos, mira el suelo y mueve sus pies como si estuviera tramando algo, alza la mirada y marca un número en su celular.

_Hola. -Habla con temor, quien sé que este en la línea la hace sentir intimidada.

-Te lo puedo explicar, no es fácil para mi... -Se queda en silencio mientras escucha lo que le dice la otra persona.

_Sabes que no tengo esa cantidad, si yo la tuviera te la pagaría... -Se tapa los ojos y comienza a llorar.

_Yo... yo. -Tartamudea.

_No soy tu juguete Paul, ya no más!!! -Cuelga y lanza su celular contra el piso.


Al escuchar el nombre de Paul me pongo furioso al instante, veo que Nina comienza a sollozar en silencio para que no llame la atención, mi instinto de protección es más fuerte, aquella rubia era muy parecida a... deje esos pensamientos y fui hasta ella, la abrace por la espalada al sentirme dio y respingo pero después de volteo y escondió su cara en mi pecho, no entendía por qué su cólera y miedo por Paul pero debía saberlo.

_Que te ocurre Lynx? -Ella no responde, solo atina a tratar de calmarse, acaricio su melena rubia y la estrecho a mi pecho. -No quieres hablar de eso? -Niega con la cabeza pero aquella respuesta no me iba a dejar tranquilo yo quería saber más.

_Si es por el idiota de Paul puedo encargarme de el... No dejare que nadie te haga daño. -Sus ojos verdes me observan por unos segundos, mi mirada va hacia sus labios rosados que me tientan.

_No es tan fácil... -Se despega de mi cuerpo y va por su vaso de agua y se lo toma de un solo sorbo. Toma fuerzas para enfrentarme, al tenerme al frente se arrepiente y comienza a caminar.

_Confía en mi... -Se detiene de golpe y regresa con la mirada agacha, juega con su camisón grande, yo espero con impaciencia, quiero saber qué pasa con Paul. Si mal no escuche hablaron de dinero.

_El problema es dinero? Le debes a Paul? -Ella asiente. -Es más complicado que eso. -Dice con tristeza y luego comienzo a hablar.

_Cuando Adam se fue supuestamente a Canadá, yo me encontraba trabajando en una cafetería para poder pagar la universidad pero no era suficiente, me endeude con el banco como también con la universidad, yo estaba desesperada no sabía qué hacer, trabaje duro pero no fue suficiente. -Hace una pausa para después continuar. -Un día encontré un anuncio donde necesitaban señorita para modelar, no le vi nada de malo así que fui allí pero todo era mentira, era una prostíbulo, me ofrecieron mucho dinero... yo estuve a punto de acceder cuando Paul apareció y me ofreció su ayuda.

La Tentación hecha HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora