Capitulo 20

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(Narra Héctor)

Dolor. Maldito dolor! Si dolor en la maldita muñeca que no me permite que de todo de mí, gruño y piso más el acelerador esperando que la velocidad disminuya mi enojo pero nada sigue estando allí como agujas clavadas en mi piel. Aunque llevo la muñeca vendada para evitar que sea una molestia no lo hace menos molestoso sino que me convierte en alguien sin su mano derecha. Veo a lo lejos que el auto de Peter está sacándome ventaja, maldito y vuelvo acelerar y hago los cambios necesarios, para poder alcanzarlo.


A estas instancias ya estamos en la peor parte de la carrera, dentro de esta colina hay muchas curvas por lo que es necesario tener control sobre lo que hacemos, sé que Peter no sabe mucho sobre el tema por lo que es mi gran ventaja, paso por las primeras curvas y logro estar al mismo nivel que Peter trata de empujarme pero lo esquivo, si llego a caer por ese barranco soy hombre muerto, al parecer a mi compañerito no le ha gustado que ahora yo tome ventaja de la carrera. Si señores! Con una muñeca rota aun soy invencible!


Estamos ya a la mitad de la carrera y voy ganando, no puedo negar que eso me excita ya que es lo único que puede levantar mi ánimo en estos momentos. Vuelvo a repasar toda la discusión con Nina y mi ánimo cae a pique otra vez, no es porque sea un idiota al darme cuenta que no darle respuesta sobre la muerte de Paul haya sido una gran estupidez quizás si le contaba todo hubiéramos evitado problemas pero el que Paul me dijera algo muy delicado sobre Nina me hizo pensar que quizás ella no confiaba en mi para contarme un secreto así. Entonces.... Porque se casó conmigo?


El sonido de un claxon me hace bajar la velocidad, veo por el retrovisor y veo mi auto. Mierda! Nina está aquí! Pero está loca se puede matar con estas curvas! Le dije claramente a Caleb que no le quería cerca de estas cosas pero al parecer Lynx saco sus garras de nuevo, esta mujer me volverá loco. Ella vuelve a tocar el claxon llamando mi atención, maldito entre dientes y me paro a un lado, ella hace lo mismo bajando del auto tirando la puerta totalmente molesta.

_Pero en que estás pensando! –Su cara se ha vuelto roja de tanta cólera, me bajo del auto lentamente preparándome para enfrentar la ira de Lynx.

_Por dios Héctor como se te ocurre correr con tu mano lastimada! Acaso quieres matarte! –Su mano se posa en mi pecho para empujarlo pero lo atrapo al instante.

_Cálmate Lynx, guarda esas garras para más tarde, ahora estoy en medio de una carrera. –Sus ojos verdes se oscurecen dándome una razón para golpearme por lo idiota que estoy siendo.

_No seguirás la carrera... Tenemos que hablar. –Sin previo aviso ella se lanza a mi cuerpo y me abraza, me quedo quieto al comienzo pero después envuelvo mis brazos alrededor suyo, su calidez me tranquiliza.

_Se lo de Paul, Ainoa me conto... Porque no me dijiste? –Me mira a los ojos y veo tristeza en ellos, me acerco y le doy un beso en la frente.

_No puedo justificar mis acciones... Lo que paso ayer fue algo que no pensé que llegaría hacer. Mate a Paul por un impulso de cólera que me llevaba por las estupideces que decía sobre ti. –Me alejo un poco y paso mi mano por mi cabello exasperado. –Cómo crees que me sentí cuando me dijo que mataste a una mujer?

Ella suelta un quejido y se da una vuelta tratando de poner sus pensamientos en orden, toma aire una cuantas veces y mira mis ojos grises tratando de adivinar mi estado de ánimo lo cual se le será difícil porque me encuentro neutro. Se coloca en el capo del auto y se sienta mirando el suelo, no dudo en acércame para que sepa que estoy dispuesto a escuchar la historia. Cuando llego hasta ella me toma de las manos y las entrelaza, me sonríe como si tratara de calmarme con aquella sonrisa.

La Tentación hecha HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora