En el principio de los tiempos Luz y Oscuridad se movían entre el caos que reinaba en el universo, las grandes explosiones dieron forma a los planetas y a las estrellas que las dos deidades aprovecharon a su gusto en lo que visitaban los nuevos mundos, escondiéndose como niños pequeños que correteaban en un eterno ir y venir del que disfrutaban entrelazándose, riendo y descansando como si fueran uno solo.
Un día llegaron a un mundo desierto, como siempre pasaron a través de las capas de aire que lo cubría, para darse cuenta que era diferente a los demás.
Luz propuso un juego, Oscuridad se le hizo interesante, no obstante, cuando su opuesto dijo que era una competencia donde el ganador tendría derecho a pedir al otro lo que más deseara, dudó en dar la respuesta, pero como siempre la deidad brillante logró convencerlo, y con esto, cada día en aquel inmenso terreno comenzaron a aparecer todo tipo de seres.
Las esencias se dieron cuenta que sus creaturas los representaban, los de Luz vivían cuando ella se encontraba despierta, cuando Hap, la estrella amarilla que tenía como sirviente, brillaba en el planeta, estos seres eran puros, perfectos y atractivos, de colores vistosos que fueron poblando los mares, el aire y la tierra.
En cambio, los de Oscuridad eran lóbregos, tristes, no sonreían y se escondían para que no los vieran, gustaban del frío y su existencia era efímera.
Al darse cuenta de la apuesta las demás divinidades del universo, decidieron intervenir autonombrándose como los jurados de la competencia, a fin de evitar posteriores malos entendidos entre la pareja. Estas propusieron un premio, las creaciones que ganaran, se llevarían a los diferentes mundos siendo modificados de acuerdo con las necesidades de cada lugar. La deidad luminosa se mostró soberbia burlándose de la propuesta, era claro que su obra era mejor que la de Oscuridad, tanto que se vanaglorió de su triunfo menospreciando a quien supuestamente era su amigo. Empero, sus palabras fueron ignoradas por las esencias, y estas fijaron por Candra la fecha en la que realizarían la muestra final.
El plazo se cumplió, Luz expuso a cada una de las criaturas que se movían en el planeta que ella bautizó como Tanah, los aplausos se escucharon y con estos las ovaciones por el triunfo seguro. Por tal motivo, cuando dieron la posibilidad de hablar a Oscuridad, este se inclinó mostrando lo que desarrolló en los meses de trabajo que no habló con su antagonista.
Las deidades observaron la bella figura de cabellos negros y piel blanca, cuando la tocaron abrió los ojos que eran de un color indefinible porque reflejaban la creación de Luz. Una segunda creatura estaba al lado de esta, similar a un cachorro de los perros que la primera deidad presentó. Desconcertados por el plagio reprendieron a Oscuridad, la esencia no se acobardó, dijo el nombre del pequeño animal despertándolo, y le solicitó cambiar.
De aquel que designó como Lobo, surgió un hombre de ojos grises, tan hermoso como el primero.
El fallo era complicado, Luz dio vida a muchas plantas y animales, pero las creaturas de Oscuridad podrían dominarlas, además, como la esencia lo explicó, estarían despiertas sin importar si Hap o Candra estuviesen en el cielo, porque ellos tendrían raciocinio, algo que las otras no poseían.
Concluyeron que darían el resultado al día siguiente, cuando comprobaran lo dicho por Oscuridad. Las dos esencias estuvieron de acuerdo y se marcharon a descansar.
Pero, la envidia y la posibilidad de perder cegaron a Luz, que esperó con paciencia a que Oscuridad saliera de cacería con el cachorro como lo anunció en la tarde, una muestra que les permitiría constatar lo dicho sobre su creación. La esencia femenina dejó que se alejara para entrar a la habitación del hombre ojos de arcoíris. El azabache dormía, la deidad tomó su forma corpórea y elevó la daga que forjó de los cristales de aquel lejano mundo donde alguna vez jugó con su competidor.
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Pacto de Sangre - Serie Hombres Lobo I
RandomCici fue entregado por sus padres a los cinco años a los Deum, los hombres lobo al servicio del rey de Turmeni para ser criado como un soldado, un cazador de los ayudantes del demonio, los Upir. A sus veinticinco años cuando la aldea en la que creci...