Malik se despidió de quien ahora era su familia política, asegurándole que cuando lo necesitara el clan Jafra estaría a su servicio. Kolya sonrió porque el muchacho inconscientemente repetía las palabras que tantos años atrás escuchó de otro vampiro.
Con cuidado se acomodó al lado del cachorro que instintivamente se acercó a él buscando protección.
—Se convertirá en un buen líder —Sarata asintió con la cabeza, vio a los hombres concluir con el amortajamiento de Kaire, se dio cuenta que su marca todavía dolía, pero ya había dejado de sangrar, y eso significaba que el lazo no fue roto a pesar de la muerte del lobo.
Kolya abrazó al nigromante deseándole suerte en su nueva vida, cogió su mano y le entregó una libreta dorada que contenía una fuerte suma de dinero.
—Es para tu manutención y la del niño, los Deum esperan un pago anual y este se realizará con tu autorización, el excedente de intereses lo puedes gastar como desees —el albino la recibió guardándola junto el frasco formado en el momento del pacto con la sangre de Malik y Constancio—. Aunque nadie se atreverá a preguntar porque vivirás entre nosotros, no te aseguró que algunos rechazarán la idea de que seas un nigromante.
—¿Y ella? —Sarata ignoraba lo ocurrido con Line, asumió que no había asistido por alguna regla de la manada, nada lo preparó para el relato que hasta ese instante Kolya había escondido.
Al final el lobo se despidió para subir al caballo que le tenían preparado y dar la orden de volver a su manada.
—Una mujer te espera en Yamelt para entregarte las llaves de la casa y decirte lo básico del lugar que desde hoy será tu nuevo hogar —dijo Kolya demostrando una vez más que no lo descuidaría—. Siempre estaré a tu servicio y al cuidado de Constancio.
—Cici, el nombre que Kaire le dio fue Cici, y es el que llevará hasta el final de sus días.
—Así sea, ¡recordadlo! —habló el líder de Igave para los soldados—, Kaire será un ejemplo de sacrificio de un Alpha por su manada, y a él —señaló al Upiro—, le deben respeto porque es su legítima pareja, ¡Larga vida a Sarata y Cici Igave!
El coro estremeció al nigromante que hizo una reverencia a los Delta que se sorprendieron por la respuesta, mirándose entre sí corroboraron porque se decía que los nacidos en Igave eran diferentes a cualquier otra estructura de lobos, y también porque se les avalaba como los únicos descendientes directos del primer ser creado por Caos.
Se separaron cerca de las diez de la mañana, Sarata los vio alejarse mientras él se dirigía a la fortaleza que fue su casa desde que tenía memoria, sería el último día con Malik y la despedida del clan.
No alcanzó a llegar al lugar, a unos quinientos metros de su destino la comitiva de Lord Farko Jafra le esperaba con él a la cabeza.
Descendió para despertar a Malik, los ojos miel le observaron con tristeza, la esencia de su padre le alertó de la presencia del mandatario, con cuidado separó al cachorro que gimió tratando de volver a abrazarlo.
—Dale tu abrigo, el olor le mantendrá calmado —la recomendación la hacía el Vampiro que con un gesto indicó al nigromante que debían conversar.
Lejos de los demás y con la precaución de un círculo de protección, el Upiro explicó lo sucedido al lord. El niño tomaría el lugar de su padre entre los Deum, aun cuando su pareja era uno de la especie a la que debía cazar.
Farko conocía las leyendas, ellos al igual que los Igave durante años trataron de verificar las historias de su origen, eso los convertía para muchos de los vampiros en parias, pero dentro de los clanes eran los más fuertes y ricos. Una condición que los ponía en ventaja y les originaba más de un enemigo.
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Pacto de Sangre - Serie Hombres Lobo I
RandomCici fue entregado por sus padres a los cinco años a los Deum, los hombres lobo al servicio del rey de Turmeni para ser criado como un soldado, un cazador de los ayudantes del demonio, los Upir. A sus veinticinco años cuando la aldea en la que creci...