Tomemos Este Momento Para Dos

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- Eres increíble Anthony -

Luego de aquella situación con Steve, ambos retomaron su camino a la cafetería.
Tony iba caminando en silencio, acababa de enfrentar a su héroe de la infancia, a quien creyó el amor de su vida, y Lucifer lo había visto todo.

Lucifer por su parte, observaba de reojo al castaño, sabía que algo había entre Steve y Tony, pero sentía que preguntarle a él no era lo correcto. Ahora ya confirmaba que existió una historia entre ambos, que Tony estaba dispuesto a superar a ese rubio empaquetado, y que él le ayudaría a seguir adelante, no nesecitaba que llegarán a ser algo más que amigos, porque sentía que Tony era una de esas personas que aman la vida, pero que no disfrutaban de la suya.

- ¿A qué viene eso? - preguntó el castaño mientras salía de sus pensamientos para prestar atención a su acompañante

- Dejaste a ese tipo sin nada que decir- eso lo dijo con una sonrisa, Maze tenía que saber todo lo que había pasado - definitivamente la gente como él va a cargar con esa culpa para toda la eternidad

- Sé que no te simpatiza, pero no es su culpa - Aún después de lo que Steve había significado para él, sentía que debía defenderlo. Después de todo fue su mejor amigo y su pareja por muchos años - a veces estamos tan acostumbrados a nuestro pasado, que preferimos quedarnos ahí en vez de avanzar al futuro

- No lo defiendas Anthony - Lucifer sintió un poco de envidia hacia el capitán, había tenido junto a él a alguien tan valioso como Tony, y había sido lo suficientemente estúpido como para dejarlo ir de una forma tan horrible - ya está bastante grande para lidiar con sus sentimientos de forma responsable.

Tony se sintió mal, sabía que a ninguno de sus cercanos le gustaba que fuera tan comprensivo con Steve, y no lo era, en el fondo era muy consciente del daño que le había hecho, de todo lo que tuvo que sanar por su culpa y que merecía mucho más que un secreto. Pero hay hábitos difíciles de dejar, incluso cuando nos hacen daño, por ahora hacerle frente era suficiente.

- ¿Podemos olvidarnos de él ahora? - ofreció Tony con una sonrisa - este momento es para los dos, y quiero que solo seamos nosotros

Ambos se sonrojaron con esa declaración, Lucifer se sentía en las nubes, Tony quería pasar ese momento con él, no con el estúpido escudito de América, y eso era increíble.

- Anthony, jamás hubieron palabras más hermosamente pronunciadas - dramatizó lucifer

Con esa frase ingresaron a la cafetería al fin, ambos estaban hambrientos y nerviosos, tanto así, que al llegar tropezaron con el tapete de bienvenida y casi caen sobre una de las meseras.

Ya más calmados decidieron sentarse en el lugar más escondido para evitar ser reconocidos e hicieron sus pedidos, un spresso italiano y un surtido de minidonas caseras para Tony Stark, obviamente, y un latte acompañado de un cheesecake irlandés para Lucifer.

Hablaron de muchas cosas mientras pasaba la mañana en aquella cafetería, jugaron a adivinar la preferencia del otro respecto a gustos banales como comida, ropa o libros.

- Okey sigo yo, entre los juegos del hambre y divergente prefieres... - alargó el suspenso Tony - los juegos del hambre

Lucifer no tenía idea de que estaba hablando Tony, había escuchado a Trixie y Daniel pelear sobre cómo una era mejor que la otra, pero más allá de los argumentos de Trixie, con quien estaba 100% de acuerdo porque con Daniel nunca lo estaría, de cómo los juegos del hambre era mucho más realista e identificable, no conocía nada. Así que su silencio le otorgó a Tony la temida respuesta.

- dime que tu silencio se debe a que no sabes de lo que hablo y no a que no eres un tributo - exagero aquello con una mano en el pecho

- Mira, no voy a mentir, no tengo idea de lo que hablas, pero sé que Trixie es una tributo y confío en su gusto. - Tony sonrió ante aquello, le había escuchado referirse a esa niña, y pese a que no la conocía, sentía que le agradaba en demasía.

- Suena a alguien con un gusto ejemplar - secundó el castaño - peeeeero eso no te salva de una noche de películas de los juegos del hambre y otra de divergente, solo entonces podrás jactarte de buen gusto

- Suena como una cita - habló sin pensar Lucifer, Tony soltó una risita nerviosa -

- Es una cita entonces - ambos sonrieron con un poco de esa confianza que no estaban acostumbrados a perder.

Harley y Wanda estuvieron toda la mañana hablando sobre cómo teñir el pelo de Steve de morado, donde podría tener escondidas sus golosinas Natasha, por qué Peter no les presentaba a MJ de una vez por todas, entre muchas otras cosas. Sin embargo, terminaron discutiendo sobre Stark y Morningstar, Wanda estaba segura de que ninguno de los dos era consciente de los sentimientos del otro, Harley, por otro lado, estaba seguro de que su padrino ya se había dado cuenta de cómo Lucifer babeaba por él.

- Har, Tony es un genio, pero sabes lo malo que es con sus emociones, cómo crees que es para percibir las de los demás? - argumentó Wanda

- Solo espero que ese tal Lucifer no sea como estos - dijo el rubio haciendo un gesto despectivo hacía Clint y Steve que se asomaban por la entrada

- es extraño, parece una persona difícil de descifrar, tiene ciertas actitudes egoístas, pero otras muy gentiles, lo que he notado es su honestidad - Wanda parecía ensimismada en algún pensamiento - hay una energía a su alrededor que es muy fuerte, no se siente humano, pero no es algo que haya sentido antes, parece suave, brillante, cálida y milenaria, pero también oscura, no se como explicarlo, es única.

- Pete también dijo algo sobre eso - murmuró pensativo Harley - no tan exacto, pero me dijo que había algo en él que se sentía sobrenatural, como se siente cuando algo inexplicable ocurre a tu alrededor.

Una Noche Y La Eternidad. (Morningstark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora