𝙈𝙮 𝙆𝙞𝙣𝙜 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦

XXXVIII | Final

Hyunjin y Jisung luchaban contra aquellos lobos que se abalanzaban sobre ellos. Ambos reyes tenían sus espadas y no tenían piedad con ni un solo lobo que les atacaban.

— ¡¡Hyunjin, cuidado!! — el grito de Jisung se escuchó por el bosque.

El azabache solo volteó, pero fue muy tarde; un lobo se había abalanzado hacia él. Una fuerte mordida de aquél lobo llego al hombro de Hyunjin, dejándolo inconsciente.

Jisung corrió a auxiliar a su amigo y compañero. Mató a aquel lobo que lastimó al rey de Daegu, siendo este lobo el último de los que les estaban atacando.

Lágrimas recorrían las mejillas del rey de Goyang, sólo pensaba en Jeongin, Heeseung y Hyunjin; en que es lo que pasaría después.

(. . .)

Los cuatro omegas permanecían en la habitación junto a los cachorros. Hace unos segundos que los dos reyes se habían retirado y ya se sentían inseguros.

— H-Hyung, no me siento bien —Jeongin dice y le entrega rápidamente el cachorro a Minho.

Minho le pasó el cachorro a Changbin, ya que Chan tenía el suyo en brazos. El mayor sólo se acerca al rubio, quién ya estaba tambaleando, hasta quedar desmayado —.

— ¡Jeongin! — exclama Chan sintiendo lágrimas en sus ojos —¡Minho hyung ¿Qué le pasa a Jeongin?! —.

— ¡No sé, solo se desmayó —dice Minho casi gritando.

Minho recostó a Jeongin sobre la cama, noto como la temperatura de este empezó a incrementar notoriamente y como esta se estaba poniendo pálido. El mayor agarró unos paños y los remojo en agua, para después ponerlos en la frente del rubio.

— Su pulso está disminuyendo —dice con preocupación el mayor.

— ¿Q-Qué? — susurra Chan entre lágrimas.

Un llanto fuerte es escuchado; todos voltean a Heeseung, que aún estaba en brazos de Changbin. El cachorro estaba mal, algo pasaba con él; este podía sentir que algo andaba mal a través del lazo familiar.

—Algo debe estar pasando —susurra Minho —Hasta el cachorro lo puede sentir —.

—¿Y si algo pasó con Hyunjin allá? —pregunta el menor preocupado.

—No estoy seguro, sólo espero que estén bien — responde el mayor mordiendo su labio inferior.

(. . .)

Seungmin y Félix corrían hacia donde habían escuchado aquel gran estruendo. Cuando llegaron, pudieron ver dos hombres con unos pocos guardias detrás de ellos; uno de esos hombres era totalmente desconocido para los reyes; pero el otro, ambos alfas lo reconocían.

— Tío... — dice Seungmin cuando se acerca a ellos.

— Seungmin, cuánto has crecido —sonrió burlonamente el rey de Incheon.

— ¿¡Qué hacen aquí!? —grita con furia el rey de Seúl.

— Al fin, estoy frente a frente contigo, Rey Kim Seungmin— el otro hombre hablo, rodeando a ambos jóvenes.

— Supongo que usted es el rey de Busan —gruñe Seungmin.

— Estas en lo correcto; solo vengo a pedirte algo y me largare — dice con extraña tranquilidad el rey de Busan.

— ¿Qué es lo que quiere? —pregunta Seungmin.

— ¡A mi hijo, quiero que me devuelvas a mi hijo —grita Chansung.