El rubio y el pelirrosa caminaban con lo guardias a sus espaldas. Todas las miradas se posaban en ellos, pues ya sabían que ese rubio es el omega del rey, todos veían sorprendidos a ambos omegas y todos se preguntaban qué hacían caminando como si fueran simples pueblerinos en vez de ir en un carruaje.
Los dos omegas pudieron ver un lugar donde se podían ver frutas y verduras por la parte de afuera. El lugar estaba un poco lejos, pero se podía ver con claridad, por lo que el rubio corre hacia allí. Minho trató de gritarle que no corriera; pero antes de poder decir algo, nota que el rubio se pierde entre toda la gente de allí. El pelirrosa sabía que no sería difícil al encontrarlo, pues la vestimenta era increíblemente diferente a la que los pueblerinos portaban, además de que la mayoría eran castaños y él omega era rubio.
Chan corrió, pero cuando volteó hacia atrás, no pudo ver a Minho, solo pudo ver gente caminando por doquier. Decidió que llegaría a la tienda, seguro Minho o alcanzaría allí. En cuanto el rubio corrió hacia donde estaban las frutas y verduras, se pone a ver todo, las frutas estaban un poco pasadas, pero eso no le importó. Las frutas y verduras se encontraban en la parte exterior de la tienda, por lo que al ver la puerta, se dirigió a ella y se asomó, notando que habían más cosas allí adentro, además de más gente.
Chan se adentró a la tienda, y en cuanto la puerta es abierta, el sonido de una campana suena, asustando al rubio y captando la atención de los demás clientes y del mismo dueño de la tienda. Todos se quedaron sorprendidos al ver que había un rubio, incómodo, se dirige a un estante donde había bolsas de harina y algunas galletas con pan.
— Su majestad ¿Busca algo en especial? — el hombre que reconoce como el dueño de la tienda se acercó.
— Quiero diez cajas de galletas — el rubio sonrió.
— ¿D-Diez? — el hombre pregunta con sorpresa.
— ¡SI! Son para los niños del orfanato — el omega dijo con emoción, pareciendo un pequeño niño, haciendo que los clientes sonrían ante la actitud.
El omega agarro las diez cajas de galletas que quería, también se dirigió hacia otro lado, donde había dos pasteles grandes.
— <Quiero esos pasteles — el omega apunta a la dulce comida.
— ¿L-Los dos? — pregunta sorprendido el dueño.
— Si ¿Cree que es mucho? — el rubio hizo un puchero.
— N-No, es solo que me he sorprendido. Nadie compra los pasteles, son... Demasiado costosos — aquel hombre responde.
— Pues yo me llevaré los dos pasteles — el rubio sonrió, pero su sonrisa desaparece cuando la puerta es abierta bruscamente y Minho aparece con rostro preocupado.
— ¡Chan! — el pelirrosa se acercó al rubio — No te vuelvas a ir corriendo — dice jadeando.
— Lo siento — susurro el rubio.
— No es nada, solo que tuve que correr hasta aquí — sonrió el mayor — Los guardias se quedaron afuera, tenemos tiempo que queramos — dice Minho.
— De hecho... Yo ya pedí lo que quería — el rubio sonrió tímido.
— ¿Qué pediste? — pregunta , pero de repente un hombre se acerca con dos pasteles y las diez cajas de galletas — ¿¡Has pedido 2 pasteles!? — preguntó sorprendido el pelirrosa.
— S-Si... — sonríe con nerviosismo — Hyung, cargue las cajas por mi, yo cargaré los dos pasteles —.
Ambos omegas agarraron las cosas, Chan pago las cosas sin ninguna dificultad y se fueron de aquella tienda. Los guardias, al verles cargar cosas pesadas, se ofrecieron a llevar todo, pero el rubio se negó y Minho siguió cargando las cajas.
Cuando ambos omegas llegaron al orfanato, todos los niños se habían puesto a gritar al ver los pasteles y las galletas. Y las dos omegas que trabajaban allí estaban demasiado agradecidas.
(...)
Ya se había hecho de noche. Ambos omegas estaban en el carruaje, yendo de vuelta al castillo, Minho estaba un poco decepcionado, pues no habían podido ir a todos los lugares que querían, pues habían pasado más tiempo de lo planeado en aquel orfanato, pero no se arrepentía de nada.
Chan enserio quería hablar con Seungmin acerca de lo mal que estaba el pueblo, pero sabía que el alfa no lo escucharía, pero igual haría el intento.
Cuando Chan se puso su pijama, se dirigió a su habitación. Cuando entró, puedo ver que estaba Seungmin sentado en la cama, recargándose en una almohada.
— Tardaron mucho — el alfa suspiro al ver al rubio allí.
— Lo siento, nos entretuvimos bastante —el omega sonrió acostándose de su lado de la cama.
— ¿Qué hicieron? — el alfa le preguntó.
— ¡Fuimos al orfanato! Todos los cachorros estaban felices de vernos — el omega río al recordar a todos los pequeños corriendo — ¡Hasta había algunos cachorros en su forma de lobo! — exclamó feliz.
— Si tan feliz te hace, ve más seguido al orfanato — es lo único que dijo.
— Si... Sobre eso... Quiero pedirte una cosa — el rubio se sentó y se puso más serio.
— ¿Pasa algo malo? — el alfa levantó una ceja confundido.
— De hecho... Si — susurro el omega.
— ¿Qué fue lo que pasó? — el alfa también se puso más serio y entre cerró los ojos.
— Veras... Minho y yo estábamos en el momento que les dieron de comer — empezó a explicar el omega — Al momento de ver lo que comían... Yo — al rubio se le empezaron a cristalizar los ojos — ¡Yo no pude creerlo! — el omega estalló en llanto — E-Era tan poco lo que comían y-y cuando fui a l-las habitaciones, las camas eran tan pequeñas, las que trabajaban allí dijeron que dormían dos niños por cama —.
El omega seguía llorando, mientras Seungmin le veía con seriedad. El alfa al ver al omega así, no tuvo otra reacción más que abrazarlo.
— Y-Yo... Me sentí tan mal. Las trabajadoras me dijeron que era tan poco el dinero que recibían — el omega siguió sollozando — Y-Yo adoro a los niños y-y pensar que comen tan poco y q-que tienen mala vida hace que me sienta tan mal —.
— Esto es mi culpa — susurro el alfa — Jamás me preocupe por el pueblo, siempre fui egoísta y mal rey, pero te juro que cambiare, juro que cambiare por ti —.
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𝙈𝙮 𝙆𝙞𝙣𝙜 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦
Fanfiction𝓢𝓮𝓾𝓷𝓰𝓒𝓱𝓪𝓷 - Adaptación 𝙆𝙞𝙢 𝙎𝙚𝙪𝙣𝙜𝙢𝙞𝙣 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝘼𝙡𝙛𝙖, 𝙍𝙚𝙮 𝙙𝙚 𝙎𝙚ú𝙡. 𝙉𝙤 𝙚𝙧𝙖 𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤 𝙥𝙧𝙚𝙘𝙞𝙨𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙪𝙣 𝙍𝙚𝙮 𝙖𝙢𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙮 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙧𝙚𝙣𝙨𝙞𝙫𝙤, 𝙨𝙞𝙣𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙪 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙩𝙚 �...