MagicShield 💖🔮

1.6K 103 21
                                    

Omegaverse

•••

Steve dio un leve suspiro de agotamiento mientras con algo de dificultad, se sentaba en su cómodo sofá favorito. Estiró la mano para alcanzar el control de la tele que estaba a su costado y lo encendió.

Unos minutos más tarde, afuera escucho un auto ser estacionado. Sonrió feliz, su esposo había regresado de un arduo día de trabajo en el hospital.

La puerta fue abierta y por ella entro Stephen que suspiro complacido, en el aire había un tenue olor a dulces, eso le indicaba que su Omega estaba de buen humor. Dejo el maletín en la entrada y siguió el rastro que lo llevo hasta el rubio sentado en la sala. Se acerco y lo abrazo por detrás dándole besitos en sus doradas hebras.

—¿Cómo te fue en el trabajo?—preguntó estirando un poco la mano para alcanzar el cabello marrón de su Alfa, y acariciarlo.

El Alfa suspiro ante el suave toque de Steve.

—Fue terrible, demasiados pacientes. Estoy molido.

—Me encantaría atenderte como se debe amor, pero en estas condiciones no puedo—hizo un puchero triste que Stephen beso cariñoso al pararse frente a él.

—Lo sé cariño, ellos son los culpables—señaló el abultado vientre del Omega.—nah, no puedo enojarme con ustedes, son lo mejor que me ha pasado después de su padre, claro está.

Acarició la panza de Steve con tanto amor que el rubio sintió ganas de llorar, su Alfa era tan dulce. De pronto sintió un golpe.

—Acaba de patear—dijo el castaño apoyando la mejilla en la panza calentita del rubio.

—Seguramente por ti, sigue diciéndoles cosas y volverán a hacerlo.

Stephen continúo con su mini charla de padre e hijos mientras Steve sonreía y pensaba en lo poco que faltaba para tener a sus cachorros en brazos, tan solo semanas o días seguramente, ya estaba en su noveno mes y ansiaba que pronto estuvieran junto a ellos.

—Estoy sumamente exhausto querido, iré a descansar—bostezo el Alfa.—solo espero mis anheladas vacaciones.

—Tus hijos no me dejan en paz, últimamente están más inquietos por lo tanto iré contigo, así me abrazas—sonrió estirando los brazos.

—Creo que te he consentido mucho joven Rogers, estás muy mimado—apagó la televisión y con el uso de su fuerza cargo a su Omega.

—Pero así me amas, Steph.

—Y también pesas bebé.

—¿Me estás diciendo gordo? Stephen Strange—arrugó el entrecejo abrazándose al cuello del Alfa.

—Por supuesto que no amor, solo era una observación—rió nervioso. “¡Rayos me llamo por mi nombre! que miedo...”

—Más te vale Alfa tonto—beso la mejilla de su esposo siendo correspondido con una sonrisa.

El castaño con algunas canitas a los costados dejo al rubio en la cama, se despidió de su ropa y tomo una toalla dirigiéndose al baño de la habitación para darse una ducha rápida y regresar con su rubio tormento.

Cuando Steve vio al Alfa adentrarse al baño, agarró la camisa dejada en la cama y comenzó a olfatearla. Strange olía a libros viejos y café, se había vuelto adicto a su aroma desde que lo conoció.

—Su papi huele muy bien, ¿no creen?—acarició soñador su vientre.

—¿Otra vez con mi camisa Stevie?

✨AllxSteve✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora