SuperCap 6💯💕

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En la oscuridad de su cuarto Clark tuvo que consolarlo, como la ha venido haciendo desde hace nueve años. Lo envolvió en su aroma para calmarlo y ahuyentar la tristeza que nuevamente lo atormenta. Le dolía mucho el pecho, y sus ojos ardían tanto como si le hubieran echado sal. Se aferró a su Alfa mientras derrama lágrimas, entre el llanto silencioso y los hipidos que se le escapan, balbucea incoherencias. Entre ellas una pregunta, ¿Que debería hacer?

-Creo que... deberías hablarle-se esforzó por impregnar más las cuatro paredes, repartió mimos en el cabello y espalda del Omega.-quiere arreglar las cosas ¿No?

Afirmó quedamente sin retirar su cabeza de su sitio cómodo que es el pecho de su esposo, Kent se percató de lo húmeda que está su polo de pijama, pero no tiene corazón para alejar a su destrozado marido.

-Entonces hazlo, dale una oportunidad. Tienes fe en él, ya me lo dijiste antes. Su tiempo es ahora.

-¿No... t-te molesta?-murmuró prensando la tela entre sus dedos. El fuerte héroe negó aún cuando no lo veía.

-Es tu hijo, no es algo a lo que pudiera oponerme. No obstante, jamás te dejaría acercarte a Anthony Stark o a los vengadores. Eso ni muerto.

Aquello causo las suaves risitas de Steve, que sorbió por la nariz avergonzado. Con la manga de su suéter limpio su rostro empapado y escarlata.

-Bueno, dejemos fuera de ese paquete a Thor, Bruce y Wanda. Solo están con él por obligación.

-Lo sé.

Su dedo pulgar voló hasta su mejilla para frotarla y hacerle suspirar encantado. Llevo la suya hasta la otra para ponerla sobre ella, se inclinó para dejar un pequeño beso en su mentón y después los labios.

-Te amo, muchas gracias por siempre ayudarme. Eres el mejor.

-Yo también te amo. Y eternamente lo haré, lo sabes.

La noche nunca fue tan hermosa como en ese instante.

•••

El Sol arribo y con él una pareja despierta un sábado por la mañana. En el comedor Rogers está sentado en la silla que le corresponde que es a la cabeza de la mesa. Entre sus delicados dedos reposa el pedazo de papel que su hijo le dio, a un lado el teléfono. Veía impaciente el reloj clásico que descansa clavado en el pared. Las manijas hacían el característico tic tac frustrante que lo distrae. Son las 8:27, se supone que debe llamar en cinco minutos osea, a las 8:32. Y se le hace una eternidad.

-Tranquilo-el pelinegro se arrimo a su lado para besar su coronilla.-o te dolerá la cabeza.

-Está bien, solo es la ansiedad.

Debía admitir que el Alfa con mandil se veía endemoniadamente sexi. Inhaló fuerte el olor de la comida, hoy le tocaba a Clark preparar el desayuno.

-Ya son las ocho con treinta y dos-señaló el de anteojos a su esposo, que apresurado marco el número y coloco la bocina en su oreja para oír el "bip" de la llamada repicando.

Un minuto nada más, y nada menos.

¿Mami?

Y su corazón latió frenético.

-Visión-su voz vibro entre felicidad y amor.-mi pequeño.

Mami tenemos que hablar yo... hay que vernos. No tengo mucho tiempo. Sonaba temeroso. ¿Donde podemos...

-¡Aquí!-respondió de inmediato.-ya sabes dónde vivo, supongo viste la banca tras nuestra casa ¿Cierto? Ahí podremos hablar sin interrupciones. ¿Te parece?

Escucho un sonido de afirmación del otro lado.

Ahí estaré.

Y corto ocasionando que Steve se levante de su asiento y vaya hasta la cocina para abrazar a su esposo que servía los alimentos en sus platos. Froto su mejilla contra la espalda para impregnarse de sus feromonas.

-Supongo que vendrá, entonces... ¿Le preparo un plato también?

Negó dejando un besito en su nuca.

-Él no puede comer amor-rió alejándose.-nos vemos luego.

Le guiño un ojo antes de caminar por el pasillo que lo dirige a la puerta trasera, la abrió y salió por ella hasta dar con el jardín que tanto ama y cuida. Sonrió con la emoción recorriendo su ser, hace tiempo que no lo ve, solo en televisión y desde lejos, muy lejos. Avanzó hasta la banca que menciono para limpiarla un poco quitándole el polvo, se sentó en ella a esperar. Sabe que estará allí en pocos minutos.

Jugueteo con el dobladillo de su camisa, después con sus propios dedos mientras contemplaba el cielo o la tierra, entretenido en los pequeños insectos y pájaros que cruzaban por ahí. Tarareaba una de las canciones de su cantante favorito Johny Cash hasta que, el agudo sonido del aire rompiéndose y el suave peso que cayó en el pasto lo interrumpió. Volteó hacia esa dirección encontrándose con su cachorro más pequeño cuando de edad hablamos. Se reincorporo con el nudo formándose en su estómago y garganta, sin darse cuenta ya estaba llorando de emoción.

-Oh... si es mi pequeño Visión.

-Soy yo mamá Steve.

•••

Si tarde fue porque se me olvidó. Lo siento 😁.

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