💙🐙Steve y Hydra🐙💙

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“Omegaverse”

•••

—Lo lamento chicos pero hoy tampoco podré ir con ustedes—se disculpo el rubio muy apenado con sus compañeros, era la tercera vez que rechazaba una salida con ellos.

—Ay Steve, por qué nunca vienes no lo entiendo, jamás sales con nosotros y de la única manera que podemos vernos es aquí—se quejo el castaño a lo que Steve bajo la mirada.

—Perdón Tony, creo... posiblemente será para después.

Escucho resoplidos agotados, y sintió un brazo pasarse por sus hombros. Tony lo abrazaba pegándolo a él, cosa que lo puso algo incómodo y nervioso. Nadie podía tocarlo o dejarían su olor en él. Por eso se separó con suavidad.

—¿Que pasa?

—N–Nada solo que ya llegó la hora de irme, lo siento otra vez chicos, los veo mañana.

Se despidió tomando su bolso y salió del establecimiento que era su trabajo. Los demás lo vieron salir preocupados, la misma situación se repetía una y otra vez, el rubio siempre se iba sin dar mayores explicaciones o se negaba con cualquier excusa a ir con ellos. Era extraño. Desde que llegó es así.

Steve por su parte sacudió su ropa, se echó fragancia, lo más posible para disipar el aroma del Alfa en la misma. Él era... digamos un Omega comprometido y no deseaba que su Alfa detectará el olor de otro en su pareja. Podría irle mal a Tony o a sí mismo.

Subió a un bus para llegar rápidamente a su hogar. Debía preparar la cena antes de que, Hydra, llegase. Un nombre y un hombre bastante peculiar, su destinado era alguien peligroso, y sabiéndolo no pudo evitar caer ante sus redes. Y no es como si pudiera hacer algo más, era su pareja destinada después de todo, la atracción es mutua.

Nadie sabía que contaba con un Alfa, la marca de sus dientes en su cuello yacía oculta por petición del mismo. No podía negarse.

Pronto llegó a su residencia. Bajo y abrió la reja, para después caminar un poco hasta llegar ha la puerta y abrirla. Al pasar escucho ruido en la cocina, ollas sonando y el olor a comida. Abrió los ojos grandemente, regreso a tiempo, no tardó nada y el nulo tráfico ayudo bastante.

Dejo la mochila en el sofá y avanzó rápidamente hasta la cocina, encontrando allí, a su gran rubio de ojos rojos e intimidante preparando la cena.

—Llegaste.

Se sobresalto al oír su voz. Asintió saliendo de su escondite que era estar tras la columna.

—Yo... sí aquí estoy Alfa, lamento si me tarde, deja ¡déjame ayudarte!

Se planto frente al mayor, este tuvo que inclinarse y él elevarse en puntillas para poder alcanzar sus labios y recibir un beso salvaje y demandante. Constantemente eran así, algunas veces carecían de suavidad, era muy raro recibir uno de esos. Se separaron y ya tenía los labios maltratados.

—Deberías dejar de ser tan salvaje...—susurro acariciando los mismo.

—¿Dijiste algo Omega?—vio como fruncía el ceño, evidentemente entrando en molestia. De inmediato negó.

—Para nada Alfa—sonrió inocente.—no he dicho nada.

—Mmm.

Así comenzó a ayudarlo. Frente a él era un ratoncito. Hydra era grande como un gato feroz. Mentiría si dijera que no le temía en ocasiones, ya que se volvía loco por ya sea ataques de celos o por qué algún socio le negaba algo. Era agresivo.

Nunca llegó a pegarle, pero si comenzaba a tirar y romper cosas, o le gritaba fuerte y eso lo hacía llorar. Este decía que nunca le pondría una mano encima, pero dudaba de ello.

—Steven.

—¿Sí Hydra?

—¿Ese tarado volvió a pegarse ha ti?—gruño levemente arrugando la nariz.—percibo en ti el olor de ese estúpido Tony Stark. Otra vez.

Si. Tenía un gran olfato, odiaba estás ocasiones en las que la colonia no podía ocultar los aromas que los demás le pegaban. Se encogió de hombros y sonrió nuevamente para apaciguar al Alfa.

—Anthony es muy afectivo, no te preocupes yo me bañare y lavare está ropa para que su olor no te moleste—acunó sus mejillas y beso la punta de su nariz.—vamos a comer.

Siempre trataba de mantener un perfil bajo, ser sumiso y cariñoso, un Omega listo e ignorante de todo para su pareja si quería que se mantuviera calmado. Lo amaba estando tranquilo, no deseaba verlo molesto y echar fuego por los ojos.

—Está bien, pero para la próxima que procure mantenerse lejos de ti o lo mataré, sabes que no miento—alboroto su melena y le dio una fuerte nalgada que le hizo chillar. Este río estruendosamente.—¡eres todo mío!

Rió de igual forma, sobándose la nalga afectada. Era mejor así, prefería verlo reír de manera extraña y hacer lo que decía para que no se enojara y cometiera alguna locura como esa amenaza.

—Si, soy todo tuyo.

•••

Está ship se volvió mi obsesión🤯💗

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