MagicShield💕

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+18 leve.

•••

—Stephen no...

Jadeo asustado, hizo una mueca de inconformidad mientras alejaba la mano ajena. Negó por enésima vez en la noche, no importa si estaba muriendo de la fiebre, no permitiría que esa... cosa entrará por su ano.

—Steve por favor.

El hombre paso una mano por su rostro cansado. Vio al rubio cubrirse con una frazada, su parte más íntima estaba descubierta mientras Steve se encontraba con el pecho y las rodillas pegadas al colchón. De una manera dicha vulgarmente, “en cuatro”. Suspiro observando la píldora de color blanco en su mano.

—Steven cielo, debo ponerla para que te cures más rápido amor, puedes confiar en mí—toco su pecho tratando de convencerlo.—¡Ay por favor! No es la primera vez que algo entra allí—ya se estaba estresando. Casi se cumple una hora desde que ha tratado de meter el supositorio en la vía anal de su pareja.

Este estaba enfermo y necesitaba la cápsula. Además está cansado, las rondas en el hospital lo dejan agotado, tanto que puede quedarse a dormir en la bañera. Steve no quería asomarse y ver la cara de decepción de su novio. Sabe perfectamente que... otras cosas han entrado por allá, ¡Pero nunca nada tan pequeño! Y tenía miedo. ¿Y si eso le hacía algo que no debía?

Confiaba en Strange, pero no está seguro sobre lo otro. Tembló levemente por la corriente de aire que se coló por los espacios abiertos de la frazada, quería ponerse la parte de abajo de su pijama. El rubor en sus mejillas no es sólo por la fiebre obviamente.

—Okey Rogers ya estoy cansado, necesito dormir porque mañana regresaré al hospital así que haré las cosas de esta forma, ya no eres un niño—bufo montándose completamente en la cama.

Steve se asustó por el movimiento brusco en el colchón, tenía la cara sudorosa y rojiza escondida en una almohada. Respiraba errático, descubrió su cabeza y giro un poco para ver al pelinegro. Este tenía la mandíbula tensa.

—¿Que vas hacer?

—Hacerlo por las malas—dijo simplemente para después bruscamente quitar parte de la cobija que cubría su trasero respingón. Recibió un chillido asustado, claro que eso no lo detuvo.—¡Quieto!

Y así lo hizo por fin. Cerro los ojos sintiendo el dedo índice de Stephen deslizarse primero por su coxis, sintió escalofríos en su espalda baja. Mordió su labio para no emitir sonido. El hombre siguió su camino hasta llegar al apretado anillo de músculos rosa. Lo masajeó hasta que esté cedió dándole paso así a su dedo que entró suavemente.

Steve inevitablemente gimió por la intromisión. Por instinto alzó más sus caderas en ofrecimiento a su novio. El mayor rodó los ojos sonriente, nunca dejó de meter y sacar su dedo del agujero húmedo que parecía chuparlo. Los gemidos del rubio siempre fueron su deleite.

—Stephen...—se quejo haciendo un puchero. Este había retirado el dígito de su agujero. Podía sentir como sus piernas temblaban gracias al esfuerzo, y la excitación. Su miembro bajo la cobija estaba completamente despierto.

—Ya es hora.

El estímulo acabo para darle paso al supositorio. Coloco la parte recortada en el húmedo y dilatado esfínter de su joven novio, este deseaba ser llenado, palpitaba por más.

—No quiero...

Pero fue muy tarde, ya que la píldora no fue la única en adentrarse. Pudo sentir como sus paredes anales se expandían para recibir la polla del doctor. Gimió alto cuando estuvo todo dentro, se aferró a la almohada.

—¿Por que...?—articulo jadeante.

—Es más eficiente—respondió simplemente.

Tomo esas suaves caderas entre sus manos para comenzar a dar embestidas lentas pero certeras. Steve gemía agusto con cada una, solo que era algo incómodo por el medicamento que resbalaba dentro suyo.

No lo hizo rápido ni salvaje, sino con toda la dulzura posible pues, su cuerpo estaba débil. Su pene se deslizaba placenteramente por esa estrecha cavidad, cerro los ojos sintiéndose en el paraíso, gruñó excitado, los sollozos de Steve solo lograban encenderlo.

—Más rápido por favor...—suplico soltando lágrimas, el estar enfermo le provocaba más sensibilidad.

Hizo lo pedido, ni tan lento ni tan rápido, movimiento de caderas moderado para no lastimarlo con la píldora que anteriormente introdujo en su culo. El anillo comenzó a apretar su miembro, lo saco para volverlo a introducir de una estocada haciéndole gritar.

—Ahí viene... ahí, ¡Oh Dios Stephen!

Grito derramando toda su semilla en la sábana. Pudo correrse sin siquiera estimularse.
Cayó rendido, como si hubiera corrido un maratón, sudando a chorros y rojito como manzana. Sonrió feliz hacia su pareja que también se había venido, solo que dentro de él.

Suspiro.

—Te amo.

—Y yo a ti.

Tal vez venirse dentro de Steve fue un error ahora que lo pensaba. ¿Que pasaría con el supositorio? Bueno, simplemente se dejó caer a un lado del rubio y lo beso en los labios transmitiéndole todo su infinito amor y cariño.

—Nunca lo habíamos hecho tan lento—susurro en la misma posición.—y aún así estoy muerto.

—Culpa a la fiebre, ahora descansa, mañana estarás mejor—acarició su mejilla mientras recibía un asentamiento.

Nada de eso debía terminar así.

•••

Hace tiempo que no hago nada de ellos. Y siento paz conmigo misma.

✨AllxSteve✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora