Capítulo 1. Una nueva amenaza.

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Una eternidad para un ángel es un año comparado con las de los humanos. No se preocupan por el tiempo y a medida que avanzan en esa delgada línea entre la vida mortal e inmortal, es completamente irrelevante. Pero a veces, hay prioridades que los dios consideran, tarde o temprano, y es el poder otorgado por el control.

Fue lo que ocurrió en los cielos de Skyworld. Casi 100 años después de la derrota de Hades.
El poder de Palutena fue recuperándose gradualmente y con ello, el regreso de los ángeles a los cielo.
Los dioses estaban más que agradecidos con el regreso de los consejeros y ayudantes alados. Plumas coloridas, de diferentes colores y tamaños. La misma Palutena se encargó de que las matices fueran variando con la llegada de un nuevo ángel gracias a las almas de personas de corazón fuerte, manteniendo solo dos tonos de color único, Blanco y Negro, como especiales. No quería que ningún ángel se pareciera a Pit, y tampoco le gustaría tener a otro ángel negro como Dark Pit.

La paz se mantuvo por todo ese siglo, incluso los humanos parecían mucho más en armonía, mientras evolucionaba su tecnología y aprovechaban los recursos. Viridi se vio mas satisfecha viendo a la gente cultivar y plantar árboles frutales. Cosa de naturaleza renovables, como lo llamaba ella.

No fue, hasta un día de primavera, que Palutena tomaría una difícil decisión.

-¡Lady Palutena! ¡Lady Palutena!

Entró un ángel de alas doradas, casi tropezando con sus pies al aterrizar en la biblioteca donde la diosa pasaba sus días tomando el té. Respiraba agitado y corrió en su dirección con evidente urgencia.

-¿Lastar, que sucede?- Palutena preguntó intentando calmarlo. Normalmente recibía noticias como monstruos merodeando las islas flotantes, por lo que no se vio realmente preocupada en un inicio.

-Es... es..- intento respirar, con ambas manos en sus rodillas.- ¡Es el capitán, regresó mal herido de su misión!

La mirada de la diosa cambio en cosa de segundos, llevando una mano apresurada al hombro del ángel casi sobresaltando en su lugar.

-¿Pit? ¿Que le paso? ¡¿Donde esta?!

-¡Ah! Lo llevaron a las aguas termales, Lady Palutena.

Palutena invocó su bastón, y en cosa de segundos desapareció de la vista del ángel, dejando algunas plumas blancas revoloteando en el viendo.
Solo segundos tardo en aparecer en la puerta del gran baño común donde estaba el agua termal mas grande de Skyworld, inmediatamente divisó un montón de ángeles amontonados en la puerta, intentando ver en su interior. Apenas vieron a la diosa, se apartaron para dejarla entrar, con pequeñas reverencias de respeto. Cuando entro, vio un montón de plumas blancas chamuscadas en el suelo, manchadas con sangre que dejaba un camino hasta la orilla del agua donde dos ángeles ayudaban al chico de cabello castaño a lavarse, preocupando mucho más a la diosa.

-¡Pit! - Corrió ella hasta la orilla.- ¿Que paso? ¿Estas bien?

Los ángeles se apartaron un poco, revelando al moreno con la mitad inferior de su ropa, sus alas estaban maltratadas y una herida en su hombro a medio curar por el agua del manantial. Los ojos azules se posaron en la cara preocupada de la diosa, rebosando una sonrisa adolorida.

-Lady Palutena.- La saludó.- Estoy bien, solo fue... ¿Que fue?

La mirada de Pit se dirigió a la de otro ángel que Palutena no había visto al principio, que estaba dentro de la piscina también curando algunos moretones en sus brazos y alas.

-No lo se, Capitan. Todo fue tan rápido. -Intentó explicar.

-Estábamos volando de regreso.-comenzó a explicar Pit, llevándose la mano a su mentón intentando recordar los hechos.- La misión fue un éxito, exterminamos la plaga de serpientes en un pastizal de cultivos. Cuando.. algo...

Future in your hands [Pitcest Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora