Capítulo 17. Corazón controlado.

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El viento entre sus plumas siempre se sentía tan bien; libre, agradable y a veces cálido, sus blancas alas se extendían majestuosamente cada vez que emprendía el vuelo a misiones, viajes, entrenamiento o simplemente pasar el rato.

Fue una eternidad dónde el viento fue su única y más fiel compañía.

Antes del regreso de los angeles a Skyword, Pit estaba resignado al hecho de que su vida inmortal sería en soledad, incluso después de que su corazón palpitara con alegría luego de ver el nacimiento de Dark Pit a causa del espejo de Pandora.

Fue un enemigo, rival y compañero, ya no era el único en el cielo, y a pesar de que Dark Pit en un inicio se negaba a cualquier muestra de afecto, Pit lo veía como un hermano y amigo.

Después de la llegada de los angeles, su vida fue mejorando notablemente. Ya tenía con quién hablar, con quién platicar sus gustos y a pesar de su discapacidad a la hora de volar, sus compañeros y fieles guerreros jamás se burlaron o lo despreciaron como recordaba en el pasado antes de la exterminación de todos los angeles, antes de ser el capitán de la guardia de la Diosa de la Luz, al contrario, le decían lo fuerte que era a pesar de ser un Ángel no volador.

Se necesitaba ser muy talentoso para ser Capitán de un ejército de angeles voladores cuando en primer lugar... No puedes volar.

Pit se miró las alas, blancas y esponjosas.
¿Desde cuándo sus alas eran tan grandes?
Las movió experimentalmente, se sentían pesadas, extrañas...

-¿Lady Palutena?

-¿Ocurre algo, mi querido Pit?

La voz de su Diosa sonaba dentro de su cabeza como una melodía que necesitaba escuchar para seguir viviendo, como si tan solo ella pudiera controlar esas emociones que tenía dentro de su corazón.

Emociones, recordó, Pit realmente se sentía extraño.

-¿Pit? -La voz de Palutena lo llamó.

-Oh, no es nada. Es solo que... Es como si estuviera olvidando algo importante.

-Siempre olvidas las cosas, cerebro de pájaro.

Pit escuchó la voz clara de Dark Pit a su lado. Cuando giró la cabeza, se encontró con unos intensos ojos rojos y una amplia sonrisa engreída.
Recién había caído en cuenta que estaba sentado en el borde de una isla flotante, una mar de nubes anaranjadas y hermosas adornaban todo el paraje hasta donde alcazaba la vista.

-¿Es así?- Pit comenzó a reír.

Se sentía feliz. A pesar de ese extraño apretón en su pecho, su corazón estaba en calma y en plena felicidad.
Tenía todo lo que más deseaba, el cielo bajo sus pies, alas normales y sanas, su Diosa cuidando de sus espaldas y Dark Pit a su lado.
No quería nada más, incluso si el mismo cielo ahora se quedaba sin angeles nuevamente, tenía lo más importante a su alrededor.

-Deja de pensar tanto, idiota. -Dark Pit se llevó ambas manos detrás de su cabeza y se dejó caer sobre el suave césped con las alas extendidas.- No tienes de que preocuparte por nada ahora.

Pit lo miró por un momento, luego miró sobre su cabeza. El sol brillante con un cielo despejado y azul.

A pesar del intenso sol.... No calentaba absolutamente nada...

El ángel blanco se levantó de un salto, juntos en el borde de la isla. Podía sentir los ojos carmesí detrás de su espalda.

-¿Pitto, quieres volar?- Preguntó, sin mirar al ángel recostado detrás de él.

No necesitaba confirmación, a Dark Pit le gustaba mucho volar.
Cuando la mano del angel negro agarró la suya lentamente en un agradable apretón, sabía que todo estaba bien.

Future in your hands [Pitcest Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora