Capítulo 8. Vergüenza en cubierta.

248 26 28
                                    

-¿Pit? ¿Que ocurre? -Lady Palutena en vez de regañarlo pregunto preocupada. Era raro que Pit llegara tarde a las reuniones o levantarse tarde y ahora se veía distraído, sin escuchar lo que la diosa le estaba explicando sobre el final de las festividades o lo ocurrido últimamente con la misteriosa bola de fuego.- ¿Aun te sientes mal?

-Lady Palutena.- Se paró erguido el ángel blanco, con todo el sufrimiento de su espalda que intentó ignorar. -Lo siento, tuve un percance.

-Pit, ¿Por que te sácate la venda de tu ala? -Palutena se apresuró a su lado al notar el ala caída y de plumas maltratadas de Pit. Se suponía que aun debía tenerla vendada hasta otra sesión de aguas termales. -No puedes descuidarte.

Pit se tensó cuando sintió las grandes y sedosas manos de su diosa rozando las plumas de sus alas. Convocando su bastón para venderla con algo de magia. No podía mentir, la magia de Palutena sobre sus alas se sentía extremadamente bien, como un agradable calor y el dolor que había estado sintiendo repentinamente se calmo, incluso el dolor de su espalda. Pero no podía decirle a su diosa la razón de sus alas descuidadas.

¡SE VOLVERÍA LOCA!

-¿Que son esas marcas, Pit? -Palutena preguntó con una ceja alzada cuando vió la piel expuesta de la espalda de Pit donde se unía con sus alas, unos cuantos moretones y marcas rojas visibles.

-¡Ah!- Pit se dio la vuelta rápidamente, completamente nervioso. -Moretones de una b-batalla que tuve... con Pitto.

El ángel blanco intentó sonreír, con sus manos detrás de su espalda.

Había algo que Pit no sabia, y eso era... mentir.

Pit era un mal mentiroso y Palutena supo de inmediato que esos moretones no eran solo de una "batalla" con el ángel negro. Pero tampoco era como si pudiera leer la mente del niño, por lo que sacarle información tampoco sería fácil.

-¿Ocurrió algo con Pitto?-Preguntó la diosa con una voz seria. Ella tampoco era estúpida.

-¿O-Ocurrir algo? ¡Nada de nada!- Sacudió la cabeza el ángel frenéticamente, incluso su corona de laureles se movió en su cabeza, levantando las manos en frente de él.- ¡Solo una pelea! ¡Ya sabes como se pone a veces!

Intentó reír, pero cuando Palutena no lo siguió con el chiste, su risa se detuvo y llevó la mano detrás de su cabeza avergonzado.

-Pit ¿Que fue lo que paso?- volvió a preguntar la diosa. Pero esta vez con un tono más calmando al notar lo tensó que se había puesto su capitán.

-Y-Yo...bueno...nosotros.

-Le di su merecido.- Interrumpió la voz de Dark Pit. El ángel negro interrumpió en el gran salón haciendo que Pit se pusiera mucho más tenso. -Quiso medir fuerzas y como siempre, el débil de tu capitán no pudo conmigo.

Se paró en frente de ambos con los brazos cruzados y su sonrisa engreída de siempre. Pit lo miró sorprendido pero luego escuchó a Lady Palutena reír, luego de un prolongado "Hmmm".

-Ya veo.- Dijo la diosa. -Ya pensaba que Pit me estaba ocultando algo.

-Es un asco mintiendo, de seguro. No iba a admitir que lo derrote fácilmente. -Dark Pit le guiñó un ojo al ángel blanco, ganando como recompensa un sonrojo hasta las orejas de Pit.

-Bueno, solo intenten no ser tan bruscos. Especialmente tu, Pitto. Recuerda que Pit aun esta herido.- Palutena caminó hasta la mesa con algunos archivos y seguir con la reunión.

Pit miró a Pitto con el ceño fruncido, mientras el ángel negro simplemente sonreía, le divertía toda la vergüenza que podía sentir el capitán de la diosa de la luz. Se veía tan vulnerable y podía ver los chupetones en esa pálida piel bajo la bufanda blanca.

Future in your hands [Pitcest Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora