Capítulo 6. Uno comete errores.

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Al día siguiente, Pit invitó al ángel oscuro a la fiesta que se había aplazado una semana más. Aprovechando los días desperdiciados. El humor del ángel blanco regreso como si nada hubiera ocurrido, con una sonrisa radiante, energía que arrastro a Dark Pit a cada juego existente en la plaza central del templo, irradiando felicidad como era de costumbre.
A Dark Pit no le molestó. Por alguna razón, el buen humor de Pit también lo puso de buenas. Hasta que sus ojos carmesí terminaban en los vendajes en su ala y la ira regresaba.

Maldito bastardos, jamás lo iba a perdonar por lo que hizo.

-¿Pitto?- Escuchó la voz de Pit sacándolo de sus pensamientos.

-¿Eh?- Pestañeo.

-Te preguntaba si querías de chocolate o vainilla.

Dark Pit miró el puesto de helados, había estado distraído y Pit lo miraba con la cabeza ladeada con curiosidad por su largo silencio.

-Ya deberías saber que prefiero el chocolate amargo. -Contestó con el ceño fruncido.

Pit sonrió y pidió los helados, tardando menos de un minuto en llegar nuevamente a su lado con dos helados dobles de chocolate y otro de vainilla. Pasaron el rato charlado. Poniéndose al día con todas esas décadas donde no se habían visto. Era extraño para Dark Pit tener una conversación tan tranquila con su contraparte. Siempre tuvo cierta rivalidad con Pit, pero luego de su batalla y la victoria contra el dios del inframundo, su relación se fortaleció y el respeto en ambos se mantuvo equilibrado con las ganas de luchar entre sí. Ese sentimiento de saber quien era mas fuerte fue lo único que marcó una distancia entre ambos. Pero ahora, luego de casi 100 años de distanciamiento, Dark Pit lo sentía diferente. Como si su preocupación por Pit se viera duramente afectada. Su rivalidad cambio a una sobreprotección, y sus sentimientos revueltos en su estómago que le causaba nauseas.

Y así fue casi todos los días en las que paso muy, muy, pero muy cerca de Pit. Durmiendo en la misma cama, bañándose juntos en la misma agua termal, salían a pasear cuando estaba el sol en lo más alto y por la noche se iban a la habitación de Pit para jugar videojuegos y luchar una guerra de almohadas que Dark Pit descubrió, eran de plumas blancas y negras.

Hasta que llegó la penúltima noche de la semana y una pregunta poco usual de Pit dejó a un Dark Pit completamente sorprendido en la cama. Su estómago se revolvió nuevamente y esa extraña sensación que no ha podido quitarse de su mente en toda la semana volvió. Con la boca abierta y una hamburguesa a medio comer, no pudo evitar dejar salir un jadeo de sorpresa.

-¿Que...?

-¿Como se hacen los bebés? -Repitió la pregunta el ángel blanco.

-¿A que viene eso? Específicamente ahora. -Dark Pit alzó una ceja.

-Bueno, todo este embrollo comenzó por esa razón. Y bueno, tengo curiosidad.

-No creo que sea la persona indicada para conversar sobre ese tema, Pit.- El ángel negro intentó ignorar el tema, volviendo su atención a la hamburguesa que tenia en frente de él.

-¡Ooooh! Vamos, Pitto.

-No. Pregúntale a tu amada diosa que todo lo sabe.

-¿Sabes cuantas veces le he preguntado? Siempre cambia el tema o dice que no es momento... -Pit se cruzó de brazos haciendo un puchero.- Ella fue la que dio la idea en primer lugar ¿Como quería que tuviera un bebé si ni siquiera se como se hacen. No lo entiendo.

-Creo que no se necesitas saber mucho. Es... un momento en el que tus instintos son los que hacen la mayor parte del trabajo.

Los ojos azules de Pit se posaron en los rubíes de su contraparte. Algo en esa mirada no le gustaba para nada a Dark Pit. No era primera vez que veía esos ojos curiosos. Pit no era sutil al preguntar, como un niño que todo lo quiere saber, incluso siendo un tema vergonzoso y delicado, parecía demasiado convencido de querer saber.

Future in your hands [Pitcest Mpreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora