3. El Regreso de Jack

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Jack abrió sus ojos. Era de día, y se podía observar como el sol atravesaba el cristal de los ventanales. De pronto, comenzaron a escucharse muchos gritos exclamando lo siguiente:

—¡ESTÁ VIVO!

—¿Qué sucede? —preguntó Jack.

Luego, notó que se encontraba sobre una cama suspendida a un metro del suelo, cubierta con una hermosa seda roja. A su izquierda, se hallaban formidables arreglos con rosas blancas; y a sus pies, un enorme cuadro con su foto.

—¡Oh por Dios! —exclamó Emily.

Jack se levantó, y muchas personas del pueblo salieron aterrorizadas de la iglesia.

—¡También regresó de la muerte! Emily, tenemos que irnos; se va a repetir la historia —dijo Oliver.

—No, no, ¡esperen un momento! —exclamó Jack.

—¿Padre, está bien? —preguntó Emily.

—Sí, Hija. Por favor ayúdenme a bajar de aquí.

Emily y Oliver ayudaron a Jack a bajar de la cama. Luego, él observó todo su entorno.

—¡Estaban velándome!

—Sí, padre. Usted murió luego de que mi...

—De que William nos atacara —dijo Jack, interrumpiendo a Emily.

—¡Exacto! —exclamó Emily.

—¿Hace cuánto comenzó el velorio? —preguntó Jack.

—Hace un día. Luego de esa noche, avisamos a todo el pueblo. La noticia los conmocionó. Pero ahora...

—Ahora están aterrados; y no los culpo. Por suerte no me sepultaron.

—Usted es la autoridad religiosa de Wilwood. Todos estuvieron de acuerdo con la capilla ardiente, durante un día y una noche. Pero no permití que se lo llevara la funeraria. Así que lo maquillé, lo vestí, y decidí que eso era suficiente —dijo Emily.

—Todo el pueblo le hizo caso. Le tienen miedo porque es hija de William —dijo Oliver.

—Te agradezco mucho, Emily —dijo Jack, tomándola de las manos.

—¿Cómo regresó? —preguntó Oliver.

—Antes de responderte, quiero saber... ¿William retornó? Supongo que pasó una noche luego de que me fuera.

—¡No! Mi padre no volvió. Creo que obtuvo lo que quería.

—¡A Jacob! Por cierto... ¿dónde está su cuerpo?

—Fue llevado a su hogar. Los sirvientes, y una mujer, vinieron por él —respondió Emily.

—¿Una mujer?

—Sí. Nunca la había visto. En mis años trabajando para Jacob, jamás la vi —dijo Oliver.

—Es muy raro.

—Padre; raro es que haya regresado de la muerte.

—Es una historia larga. Solo puedo decirles que fue gracias a esto —dijo Jack, mostrando el Emblema del Cristo Enaltecido.

—¿Gracias a un crucifijo?

—Es más que eso, Oliver. Es un símbolo de la eternidad. Solo el que lo porta, puede regresar de la muerte. Claro está... no como William. Hablo de retornar sin daños aparentes.

—Espere un minuto... ¿usted sabía que regresaría si le pasaba algo?

—No lo sabía. Pero siempre tuve fe. Alguien me lo obsequió hace años. Me dijo que la última persona que lo llevó consigo, regresó de la muerte.

Tumbas Despiertas (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora