☄️"Olvida los príncipes azules, necesito que me encuentres un chico con tatuajes y mala actitud".
Lee Dong Min era un pobre diablo que haría cualquier cosa por dinero. Con gustos caros, valor y sinceridad cruel...había sobrevivido toda su vida con m...
"Vamos cabalga conmigo a través de las venas de la historia. Te mostrare como Dios se duerme en el trabajo. Y cómo podemos ganar cuando tontos pueden ser reyes. No pierdas tu tiempo o el tiempo te desechara" - Muse
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Dong Min se dejó caer sobre la cama una vez más sintiendo de fondo la risa de Moonbin quien lo observaba entretenido con las gafas puestas y una carpeta negra posada sobre su regazo. Cuando sentía esos ojos persiguiendo cada uno de sus movimientos no podía evitar ponerse nervioso pues la mirada del magnate era realmente intensa. En momentos así no podía entender si quiera lo que sentía. A veces le gustaba obtener tal cantidad de atención mientras que en otras ocasiones se encontraba luchando contra el instinto de ladrar como un perro defendiendo su territorio. Moonbin no entendía bien el significado de "espacio propio", es más, a cada día que pasaban juntos la sensación de que el chico tomaba más y más de él se volvía mayor.
- ¿Qué es tan gracioso? - dijo el chico de los tatuajes para a continuación dejar escapar de sus labios un largo suspiro de aburrimiento.
- Tú - contestó Moonbin levantándose de la silla del escritorio para dejarse caer en la cama, se acomodó con discreción dejando que Dong Min se acostumbrase a la presencia de su cuerpo cercano. La cercanía, eso era algo que continuamente le molestaba a su prometido - Mañana iremos al juzgado a ver a mi abogado, quiero comprobar que Myung Jun ha arreglado todo bien en Italia para nuestra boda.
-¿Por qué Italia y no Corea? - respondió con notoria el otro.
Moonbin dudó durante un par de segundos acerca de si debía decirle la verdad o no a su prometido. Sus pensamientos casi titubeaban ante la idea de confesarle más secretos al chico. Un bufido discreto subió hasta su boca, colándose entre sus labios y resbalándose por estos.
- Porque Sanha no soporta la prensa, si celebramos una boda aquí hay varias cosas que pueden pasar. La primera es que los reporteros se agolpen en la puerta de la mansión ya que a pesar de que nuestra ubicación no es conocida por las cadenas y revistas principales en una ocasión como esta el boca a boca hace mucho, créeme se mandarían la dirección unos a otros. La otra cosa que podría ocurrir es que nos acosasen en las calles, algo que a mi no me supone problema pero si a mi hermano como ya lo he mencionado - Moonbin se recostó en la cama y pasó la palma de su mano por el vientre de Dong Min, colando sus dedos bajo el sweater gris de este - Y... Bueno olvidas lo mal visto que está aquí ser homosexual, realmente no quiero exponerte a eso. En Italia todo será más fácil. Además conozco bien Roma.
Por un momento Dong Min se olvidó de su papel de jugador en ese contrato que tenía con el magnate y apartó de forma brusca la cálida mano de este. En contra de lo que él mismo pensaba a Moonbin no le molestaban ese tipo de cosas, de hecho lo animaba mucho más a continuar jugando a la pareja perfecta. Un chico con mala actitud, lo que habia pedido, exactamente lo que deseó por gran cantidad de años... así que era razonable en cierta medida que la personalidad de Lee Dong Min lo tuviera pendiendo de un hilo. Estaba como hipnotizado con él.
