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"Porque somos sólo niños que crecieron muy rápido. Sí, los buenos mueren jóvenes pero los grandes siempre quedarán. Estamos envejeciendo pero somos soldados esta noche"

-Living Louder (The Cab)

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Dong Min se removió entre las sábanas y con un suspiro se abrazó al cuerpo de Moonbin, le gustaba sentir ese calor que emanaba el cálido cuerpo del magnate

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Dong Min se removió entre las sábanas y con un suspiro se abrazó al cuerpo de Moonbin, le gustaba sentir ese calor que emanaba el cálido cuerpo del magnate. Al principio le preocupaba haberse acostumbrado a esos pequeños detalles del día a día qué tan nuevos le resultaban, pero después de un tiempo decidió ceder. El contacto físico nunca le había agradado demasiado pero su marido era bueno sabiendo cuando necesitaba espacio. Ya no le tomaba la mano tan precipitadamente o con excesiva frecuencia, de hecho Moonbin había modificado su conducta para adaptar sus deseos a la forma de ser de Dong Min. Permitía que este decidiera siempre que hacer, incluso si de vez en cuando tomaba su mano porque sí o lo acariciaba durante horas sólo para escuchar sus bonitos suspiros adormilados.

Tras su pequeña pelea llegó la calma y con la placentera reconciliación los dos aprendieron que para que la convivencia funcionase debían tenerse en cuenta el uno al otro siempre. Incluso si era un matrimonio casi falso. El juego podía ser dulce en lugar de estratégico, no perderían el tiempo en decidir la jugada perfecta o se olvidarían del objetivo principal, disfrutar de lo que les aportaba este.

-¿Estás despierto, nene? - preguntó Moonbin, acariciándole la espalda con delicadeza.

Dong Min gruñó en un susurro y escondió la cara en el pecho de este, volviendo a abrazar su cintura. El magnate había aprendido rápidamente que su marido se volvía más cariñoso cuando tenía su propio espacio, no tenía que forzar nada para que Dong Min jugase al matrimonio perfecto. Casi podrían parecer una verdadera pareja de enamorados ante el mundo, al menos en las mañanas.

-Lo estoy. - dijo finalmente, aún sin soltarse del abrazo. Moonbin despedía un calor tan acogedor... Se encontraba inmensamente cómodo así, entre sus fuertes brazos. - ¿Tienes trabajo hoy?

El magnate negó, para sorpresa de Dong Min. A pesar de que se habían reconciliado varios días atrás, Moonbin siempre salía a trabajar en las mañanas y no se veían hasta la hora de comer. Ese era de alguna forma el espacio que se daban el uno al otro. Podían disfrutar de cosas por separado para luego estar más animados juntos.

-¿Quieres desayunar en cama hoy, lindo? - Dong Min asintió rápidamente. Nunca se cansaría de los lujos que ese matrimonio le proporcionaba. ¿Quién lo culparía por desear una vida acomodada después de tantos años en la pobreza? Era egoísta porque la vida le había obligado a serlo, de la misma forma que su hermano era desconfiado. Y no había nada malo en eso.

𝑻𝒉𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒚𝒆𝒓 ※(𝑩𝒊𝒏𝒘𝒐𝒐)※Donde viven las historias. Descúbrelo ahora