Después De Todo, Seguimos Siendo Mentirosos

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Narrador...

Nervios, palabra tan sencilla de pronunciar pero tan difícil de controlar.

Literalmente.

Mierda, Jude Derry estaba jodidamente nerviosa. Y no era por cualquier cosa. Espera, ¿Cualquier cosa?, ¡¿Cualquier cosa?!

¡ERA BDSM CARAMBA!

No podía creer lo que iba a hacer. Ella pensando que sería una misión rápida. Disfrazarse, actuar como "Ama", buscar a Melanny y a Adrik, y luego salir de allí. Sencillo.

Pero no, la vida tenía que darle cachetadas una y otra vez.

¿Es que no te cansas de verme sufrir?

Pensó.

Se encontraba bebiendo una de esas bebidas extrañas que había pedido Aegan. No sabía qué clase era pero sí que era muy costosa y deliciosa.

-Claro, sólo lo mejor para el mejor.

Había recordado las palabras del moreno cuando el barman regresó con su pedido. Ella no pudo evitar aceptar la siguiente copa que él mismo le había ofrecido.

No estaba sentada, estaba parada junto a Aegan sorbiendo las últimas gotas de su bebida. Las manos se las pasaba a cada instante por la cola de caballo perfectamente peinada. Sus nervios aumentaba cada vez que sus ojos se dirigían a la tarima y observaba los preparativos llamativos de cuerdas, sillas y la pequeña mazmorra que estaba a un lado, un poco escondida . Como esperando a ser utilizada.

Mierda, esa Lady J si que sabía jugar sucio.

Volvió a pasar las manos por su cabello.

-Joder, Jude. Creo que me pones más nervioso tú que la idea del estúpido juego.

Y era cierto. Aegan no estaba nervioso, en absoluto. Pero ver a Jude moviéndose de un lado para otro, tomando una bebida tras otra y alisando su cabello peinado, hacía que sus nervios despertaran.

Pero, sinceramente, él quería terminar esa misión rápidamente...

No, no podía engañar a nadie, ni a él mismo.

Aegan estaba ansioso por la llamada de sus seudónimos en el reto Am@/Sumis@. Quería ser sometido por primera vez. Y no era con cualquier persona. Era con Jude. La chica que hizo que sus sueños se conviertiesen en pesadillas, y las pesadillas en sueños eróticos.

Estaba jodido y lo sabía. Pero no podía dejar de ver a Jude así de nerviosa. No le sentaba bien.

¿Por qué?

No lo sabía, pero le dejaba un sabor amargo el la boca verla así de esa forma hasta que no aguantó más.

Cogio la última copa y la bebió en un sólo sorbo

-Se acabó-murmuró.

Se levantó de la silla y caminó simplemente unos pasos hasta llegar a Jude y tomarla por los hombros.

-No entiendo tu nerviosismo. Has sido tú la que ha entrado y fingido perfectamente en un libro. ¿Por qué no hacerlo ahora?

Sus ojos la observaron y ella lo detalló.

Sintió un vuelco en el pecho al ver la mirada de ternura y preocupación que le brindaba Aegan.

-Esto no es "Perfectos Mentirosos", Aegan-suspiró. Se refería al libro.

-No, no lo es. Es mucho mejor, porque eres tú la autora de tu propia novela. ¿Acaso no te das cuenta de que sigues siendo Jude Derry, la que literalmente es la "Puta Ama"-arqueó una ceja. Jude no pudo evitar sonreír un poco.