Stupid Cupid [renhyuck]

➹02: Pizza relieving

El muchacho se volteó por milésima vez y abrió los ojos de golpe. No podía dormir. Las palabras del moreno revoloteaban como un par de molestas moscas en su cerebro. Además, mañana era San Valentín y se vería en la presencia de incómodas miradas preguntándose qué había pasado con su novio. Ugh, cómo odiaba a sus compañeros de clase, siempre metiendo la nariz en asuntos que no son de su incumbencia.

Frustrado por no poder conciliar el sueño, Renjun se levantó de prisa sintiendo por un momento que el suelo se movía debajo de sus pies. Parpadeó unas cuantas veces recuperando el equilibrio y se dirigió hacia la mochila debajo de su pequeño escritorio. La abrió sin siquiera tener cuidado de ser sigiloso y metió la mano rebuscando con brusquedad la tarjeta que el moreno le había dado aquella tarde antes de retirarse. No la encontraba por ningún lado. Bufó y subió la mochila al mueble encendiendo la lámpara de lectura que tenía a un lado.

ㅡ Justo cuando la necesito... ㅡsiseó y siguió con su búsqueda mas parecía que aquel pedazo de cartoncillo estuviera jugando a las escondidas.

Tomó la pesada mochila entre sus delgados brazos y no dudó en vaciar todo su contenido sobre el colchón de la cama causando que las hojas de algunos libros se doblasen y unos cuadernos salieran rebotando hacia el piso cubierto de alfombra. Y allí estaba, asomándose entre su cuadernillo de dibujo. La sacó y sacudió el polvo de gises pastel y carboncillo que se le había impregnado a la tarjeta.

¿Cansado de esperar al amor de tu vida?
¡No desesperes! Cupido ha llegado para salvarte.

Manda un mensaje al 011-808-7291 o deja un mensaje en el buzón de voz.

"El amor ha llegado a tocar a tu puerta"
L.H.C.

Ja, ese tal "Cupido" si que se tomaba en serio su papel. Aunque para ser sincero parecía más un servicio como Tinder solo que más rústico.

Hasta este punto ya no sabía quién era el idiota, él por estar tecleando el número de la tarjeta en su celular o el muchacho moreno por fabricar tarjetas de un negocio que ni siquiera tenía pies ni cabeza. Agendó el número como "Cúpido estúpido" y procedió a ir al chat para escribirle. Tecleó un "Buenas noches" pero de inmediato lo borró, bloqueó la pantalla y aventó el celular sobre la cama.

ㅡ Dios, no, ¿qué estoy haciendo? ㅡ musitó mientras se sentaba frente a su escritorio apoyando los codos en éste y escondiendo su rostro entre sus manos.

¿En verdad le iba a escribir?, ¿qué acaso no tenía dignidad? Bueno, si lo pensaba bien tal vez hablar de ello sería una tontería porque estaba seguro de que el tren de la dignidad había partido hace mucho y había dejado a Renjun varado en la tierra de la vergüenza. Ya ni siquiera podía contar con los dedos la cantidad de veces en las que el amor le había jugado en su contra. Si lo veía de otra manera, el chico que conoció aquella tarde podría ser su única esperanza. Tal vez sonaba bastante descabellado y hasta cierto punto ridículo, pero no perdía nada con intentarlo. Eso era, le escribiría, platicarían un poco sobre cómo se llevaba a cabo el asunto y si le parecía bien entonces aceptaba, y si no pues lo mandaba por un tubo y san se acabó.

Se dió unas palmaditas en las mejillas para espabilarse y se levantó de la silla yendo a recoger su celular. Se sentó a la orilla de la cama y en cuanto desbloqueó su celular apareció el chat de "Cupido estúpido". Inhaló y exhaló con ahínco calmando los retorcijones de su estómago por los nervios. Tecleó con dedos temblorosos y una gota de sudor frío resbalándole por la sien.