Stupid Cupid [renhyuck]

➹08: The Lees

El tic tac del reloj en forma de gato y el repiqueteo constante de su tenis contra el suelo era lo único que se escuchaba en el lugar. Hace unos minutos que la veterinaria había entrado con la señora Baozi al consultorio y lo había dejado en la sala de espera junto a una pila de revistas sobre mascotas y una que otra sobre celebridades.

El cerebro de Renjun se encontraba trabajando a todo vapor como una locomotora, ideando cómo plantear la pregunta que le había estado carcomiendo la cabeza desde hace unos momentos sin sonar tan entrometido. Claro que no podían faltar los escenarios en donde todo salía fatal o su suposición era errónea y perdía algo de dignidad (si es que todavía le quedaba) en el proceso.

ㅡ Calma, Renjun. No lo sobrepienses ㅡ musitó para sí mismo mientras ponía una mano en su muslo derecho para detener el movimiento ansioso de su pierna.

Repentinamente, el sonido de una puerta abrirse resonó por todo el pasillo en donde se encontraba la sala de espera y a Huang casi se le sale el corazón del susto. Apenas y atinó a tomar la primera revista de la pila a su lado y fingir leerla con mucha concentración. No perdió el tiempo y miró disimuladamente el lugar para localizar de dónde había provenido el sonido.

Unos ladridos y exhalaciones entrecortadas pronto se percibieron al final del pasillo, así que el de cabellos bicolor dirigió su mirada hacia allí lentamente y de soslayo.

ㅡ Tranquilo, Pepperoni, papá Hyuck está cerrando la puerta.

Mierda.

Renjun se quedó de piedra en su lugar. Podría reconocer esa voz donde fuera, como no hacerlo si le había estado jodiendo la existencia desde que se conocieron.

El chino volteó sutilmente la cabeza para confirmar su ya muy obvia sospecha, pero eso no evitó que su cuerpo entero se estremeciera en cuanto el perfil de Haechan apareció en su campo de visión. Lee terminó de cerrar la puerta con llave y Huang dió un respingo en su lugar, ahogando un jadeo de sorpresa y acomodando su postura. Renjun literalmente se pegó la revista a la cara con manos temblorosas, tratando de ocultarse detrás de ella para que el moreno no lo notara.

Los pasos de Haechan se iban acercando cada vez más hacia su dirección, una gota de sudor frío amenazaba por recorrer su sien, los latidos de su corazón se aceleraban con cada segundo, la revista amenazaba con resbalarle de la manos y su mirada vacilaba cada vez más rápido entre el artículo de una nueva girlgroup frente a él y la silueta aproximándose a su costado.

Un lenguetazo en su pierna le hizo saltar de miedo y por poco tira la revista. Se encogió inmediatamente en su lugar y miró hacia abajo para encontrarse con los ojitos brillantes y la sonrisita traviesa de un pug en silla de ruedas.

ㅡ ¡Pepperoni, te dije que esperaras!

Las Vans azules del moreno aparecieron en el campo de visión de Ren y observó como este se agachaba y le quitaba al perrito la silla de ruedas para después cargarlo en sus brazos y volverse a parar, todo esto con el de cabellos bicolor aún escondido detrás de la revista ya algo arrugada por la fuerza con la que la sostenía.

ㅡ Lo siento, es un perrito muy juguetón ㅡle habló Lee y el chino se tensó.

Huang boqueó con los nervios a flor de piel y al final solo optó por asentir efusivamente. No sabía porque le ponía tan ansioso que Haechan lo descubriera.

El moreno lo observó extrañado y volteó a ver a Pepperoni como si su mascota compartiera sus mismos pensamientos.

ㅡ ¿Se encuentra bien? ㅡpreguntó acercándose para ver quien se escondía detrás de la revista.