Tu última oportunidad (Cap 11)

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Lisa estaba cansada y a eso de las diez de la noche decidió bajar por un vaso de agua a la cocina, mientras bajaba escuchó unas voces que se les hicieron totalmente conocidas, se paró ahí justo en el penúltimo escalón y escuchó a su padre hablar con Jennie.

— Sí señor, sé que usted se debe de preocupar por lo que suceda con su hija, lo entiendo.

— Solo te quería preguntar porque no me ha querido hablar mucho.

— No se crea. Conmigo tampoco es que hable mucho, es algo cerrada.

— Sí, ella es así porque...

Lisa rápidamente hizo sonar las escaleras para que su padre no descubriera su vida frente a Jennie.

Como ella misma pensó desde que ella recreo este acto, Jennie salió directamente hacía las escaleras y su padre se quedó en la cocina como si buscara algo. Lisa espero al rededor de un minuto para reclamar directamente a su padre—¡Papá! Te das cuenta, esa es la precisa razón por la que no me gusta contarte mis cosas.

— ¿Qué hija?

— Ni te hagas, casi le cuentas mi vida a esta.

— ¡Lisa!

— Sí padre, es malo escuchar las conversaciones ajenas, también te digo que regar por todas partes la vida privada de tu hija no es la mejor manera de representar lo que está bien.

— Lisa, todo lo que hago es por tu bien, me he dado cuenta de que tu rendimiento ha bajado y eso me preocupa... Yo en realidad ahora mismo soy alguien porque te quiero ver crecer y ser alguien en la vida.

— Pa, solo me toma un poco reaccionar y asimilar los cambios, ya voy a tratar de dar lo mejor de mí, te lo prometo, y hacer lo mejor posible por ver por el bien de lo que tú piensas que es mejor para mí, ¿feliz? Lo único que te pido es que si tienes algo que preguntar sobre mi, pregúntamelo a mi, ¿cuál es la necesidad de preguntarle a todos menos a mi sobre mis propios problemas?

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Al día siguiente la pelinegra se levantó temprano, arregló sus útiles universitarios y salió más temprano de lo común, pues su novio tenía que hacer algo afuera, entonces ese día solo la podía llevar más temprano; llego a la universidad y estuvo en busca de la profesora, no la encontró, así que decidió esperar a que la profesora se dignara a aparecer en algún momento.

— Hola, Chica (se acercó una compañera de curso, ya que la vio totalmente sola).

Lisa — ¡Hola! (Respondió Lisa algo extrañada de la situación, mientras movía su mano en forma de saludo).

— Asustaste a todos los de la clase con tu reacción, en realidad solo otra chica había hecho algo así y solo un par de días después fue expulsada.

Lisa se sorprendió por lo que esta chica le había comentado, por su mente pasaron mil maneras de como disculparse para que no la expulsaran de la universidad, desde ese momento se puso mucho más nerviosa de lo que ya estaba.

— No te preocupes, aquella chica no tenía remedio, no creo que seas así.

— (Lisa sonrío) Gracias por la confianza.

— ¿Cuál fue la razón para no hacer la presentación? Ahí podías demostrar lo buena que eres.

— En realidad sí tuve la oportunidad y la desperdicie, espero que de ahora en adelante las cosas cambien para bien.

— Así se habla, chica.

— Me llamo, Lisa, un gusto conocerte (corto su oración esperando la respuesta de la chica).

De una Equivocación a ser mi PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora