No tienes de que, bebecita (Cap 15)

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Mientras Lisa estaba en el teléfono, la señorita al otro lado de la llamada le estaba dando información sobre el restaurante y lo que ofrecía.

— Yo quiero un ceviche... (Indicó la castaña, al escuchar a la chica en la llamada mencionarlo).

Lisa pidió uno de sus platillos favoritos que era el "alambre, mar y tierra" y después de haber pedido esto, le pidió un segundo a la señorita para preguntarle a Jennie que si quería algo de tomar.

— ¿Qué quieres de tomar? Yo tomare de lo que pidas.

— Yo, yo estoy entre vinos y cócteles, lo que quieras de esas dos opciones.

— Bueno, señorita yo quisiera un vino, pero específicamente quisiera saber si tiene el vino blanco de borgoña de uva chardonnay.

— No, que exigente (Exclamó la castaña al escuchar lo complicada que era Lisa con el tipo de bebida que pedía), tendré que agregar ese a los de la casa.

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Pasaron casi dos horas y las chicas todavía estaban esperando la comida, habían entrado en conversación y ni siquiera habían notado cuanto tiempo había pasado, hablar entre ellas era algo mágico, podían quedarse horas hablando y se sentía como si solo hubiesen empezado la conversación, cada momento en el que parecía que la conversación acabaría, llegaba un nuevo tema en el que las dos parecían estar muy interesadas.

Knock, knock

Lisa abrió la puerta y Adrien estaba ahí con el brazo extendido y la comida en su mano.

— Esto llego y me dijeron que era para Lalisa Manoben.

— Es Manobal y gracias— tomó la comida rápidamente y cerró la puerta— ... Que raro es este chico, cambió más rápido de lo que canta un gallo.

— Las personas pueden cambiar... espero y se arrepienta de todo sus pecados— respondió Jennie a lo que la pelinegra había dicho, mientras intentaba bajarse de la cama.

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Las dos se habían bajado al piso, comido, conversado mucho y bebido; la bebida al parecer como que no era amiga de ninguna de las dos, la cosa era que Jennie sí sabía sus límites, Lisa ya se había bebido casi la mitad, mientras que Jennie había tomado menos de un tercio. Se estaban riendo sin parar sobre cualquier palabra que a la otra se le ocurría decir.

— Yo creo como que me siento algo mal (Expresó Lisa mientras su cara tenía una mezcla de dolor y sonreía a la vez).

Jennie tomó los platos y dejo el vino en la mesita de noche, decidió bajar a dejar los platos directamente a la cocina, pues no le gustaba dejar cosas que podían cambiar el olor del cuarto...

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— ¡Lisa! ¿Qué haces?

Al Jennie regresar de la cocina se encontró con Lisa pegada de la boca de la botella, estaba con su cabeza afincada en el espaldar de la cama y con la botella en su boca sin el plan de detenerse... Jennie, se acercó y le arrebató la botella rápidamente.

— Dame eso, ven aquí— La castaña tomó la botella, la tapó y ahora la puso debajo de la cama para que Lisa no la fuera a encontrarla nuevamente.

— ¡No, que aguafiestas que eres!— Refunfuño por lo que había hecho Jennie.

Jennie se dirigió al "tictac" de la luz y la niveló como lo llevaba haciendo los últimos días, le echo a Lisa un poco de aire en la cara y le dijo que se durmiera, que de seguro en la mañana iba a despertar mejor.

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La castaña ya estaba conciliando el sueño finalmente, en ese preciso momento escuchó un: Jen, Jennie...

De una Equivocación a ser mi PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora