CAPITULO I

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2007

Desde el momento en que me enteré que tenía un tumor maligno en mi páncreas y que las posibilidades de no vencerlo eran altas, mi mundo no se me vino abajo, simplemente seguí siendo la misma chica de dieciocho años, recién graduada y con pocas, pero grandes metas las cuales cumplir, que claramente se vieron pausadas por este pequeño gran demonio.

Tal vez el tener cáncer no me puso triste, lo hizo la realidad de tener que mudarme de Astoria, una pequeña ciudad perteneciente al estado de Oregon y establecerme en San Francisco. Dejar a mi novio, mis amigos y mi familia fue realmente duro.

Aceptar la idea de que no entraría a la universidad para poder estudiar lenguas me pego fuerte, sin embargo, me propuse luchar, sin importar el tiempo que tardara.

Pero, durante esa lucha de dos años, en donde perdí o más bien, me di cuenta que mi novio en realidad nunca fue un apoyo, mis amigos no fueron amigos y que solo unos pocos se quedaron a mi lado sinceramente me derrumbo.

Al principio mi sonrisa no abandonaba mi rostro, las enormes agujas que insertaban en mis brazos dolían, sacaban gruesas lágrimas, pero el brillo de mis ojos y mi sonrisa no se iba, porque me había prometido algo, ese algo fue y es, luchar contra esta enfermedad y salir con una gloriosa victoria.

Pero por dios que mi lucha fue increíblemente complicada, mi salud iba en decadencia, mis emociones eran una explosión de subidas y bajadas, me sentía triste, enojada, sola y no capaz de mi misma.

Mi primer año viviendo en San Francisco, en un departamento cerca del hospital, en donde no estudiaba, pero si me dedicaba a invertir mi tiempo en pintar, tomar fotos a las diferentes cosas que había cerca de mi barrio cuando salía a dar mis pequeñas caminatas de tarde, así también me di a la tarea de aprender algunos idiomas, para hacer algo productivo y no estancarme, evitando ser consumida por la tristeza y soledad.

En esos momentos, estaba en la etapa dos de cáncer, una etapa temprana que me daba esperanzas de vida un poco más altas, pero ciertamente no muy esperanzadoras.

La vida que me estaba tocando vivir me cansaba, el enterarme que mi relación con Dave había acabado me dolió mucho, más que nada porque sentía un gran amor por él, debido a que durante tres años pasamos momentos duros, o más bien, él paso momentos difíciles en donde en ningún momento lo deje solo.

El que terminara conmigo con una llamada de dos minutos y un, gracias por todo como despedida me dolió. Su excusa fue que estaba a punto de vivir su sueño de por fin tener una vida universitaria e independiente, me dijo que le dolía mi enfermedad, pero no se iba a detener por mí, palabras que me devastaron, porque yo solo quería un ancla de vida a la cual aferrarme y por un momento lo considere a él.

También, enterarme gracias a mi mejor amiga que Dave y Sofía, una de las personas que consideraba amiga cercana y perteneciente a mi ex grupo social, fue como una cachetada a mi mejilla derecha, porque la izquierda ya me la había dado Dave.

No me quedo nada que decir ante la noticia, porque en ese punto había entendido que mi enfermedad me puso en pausa a mí, sin embargo, la vida me enseño que es una hija de perra que no espera a nadie, ella sigue su curso y yo me estaba quedando atrás.

Me aleje de todos, a excepción de Hanna, mi mejor amiga, de Lucas, mi mejor amigo y de mis hermanos, Ryan y Leo.

Con el paso de las semanas, mi dieta se redujo a comer mayormente alimentos líquidos, como sopas, caldos y jugos, claramente baje algunos kilos, cosa que no se me notaba del todo, porque delgada no era, pero si tenía un cuerpo que me gustaba mucho; piernas algo grandes, caderas anchas, cintura un poco pequeña, brazos grandes y senos no enormes, pero aceptables, algo así como una silueta de reloj de arena, una figura que gane gracias a mi pasión por el ejercicio en general, sin embargo todo este ejercicio me ayudaba a no subir de peso, porque de verdad disfrutaba de la comida, cosa que se veía, porque si, tenía un cuerpo llamativo, pero con rollitos, algo completamente natural.

NOCHE ESTRELLADA © | NOCHE I |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora