Nuestro propio reino (hiatus)

~Sueños de príncipe 2~

Un dolor punsante en su cien provoco que abriera sus ojos de golpe, se sento sobre su lugar y miro hacia los lados, rápidamente volvio a mirarse a si mismo

-Pero que...- el albino se encontraba en el mismo lugar de antes

En el suelo del espeso bosque, en el lugar en el que se había desmayado

Llevo su mano hasta su mejilla y noto que tenía un vendaje en la zona en la que se habia cortado con la flecha

-Uh?... - quien lo había vendado?

Volvio a mirar a sus costados pero no había nadie, nisiquiera los cazadores

Se puso de pie y en ese preciso instante recordo al ave que dejo en el arbol, por lo que comenzo a correr en la dirección en la que la había dejado. Cuando llego al arbol pudo notar que el ave tampoco estaba por lo que penso lo peor.

Con un poco de desesperación comenzo a caminar hacia el rio en el que se había encontrado con los cazadores

Cuando llego el lugar estaba en total calma, la luz del sol chocaba contra el agua cristalina y los peces anaranjados nadaban con agilidad por entre las rocas.

Un tintineo lo desperto de sus pensamientos. Miro hacia los lados y noto como no había nadie cerca por lo que decidió ignorarlo

Nuevamente oyo aquél sonido parecido a una campana y volvio a revisar pero seguía sin haber rastro alguno de alguna persona o cosa que pudiera provocar aquel sonido

Volvió a sumirse en sus pensamientos y aquel tintineo volvió a retumbar en sus oídos

-YA BASTA!- Grito exasperado

Suspiro de manera pesada y miro al cielo

-Acaso estoy perdiendo la cabeza?... -cuestiono al aire

-Yo creo que a este paso si- respondió a su pregunta

De un susto el príncipe giro de manera brusca su cabeza en busca del dueño de aquella voz

-Quien dijo eso?- pregunto algo asustado el albino

-Yo- dijo aquella voz

Miro en todas las direcciones pero no había rastro alguno de un ser vivo

-Aquí estoy- volvio a decir

El príncipe volteo a ver a su hombro izquierdo y alli estaba. Un pequeño ser de cabellos oscuros y puntiagudos parado sobre su hombro. Tenía unas pequeñas alas en su espalda, tan largas que llegaban a tocar el suelo, claro, si estuviera en el suelo...

-Quien eres?- pregunto curioso el peliblanco

-Tu quien eres?- cuestiono demandante el pequeño ser- que haces en el jardín sagrado? Quien te trajo? Viniste por las hadas?!

Comenzo a hacer tantas preguntas juntas que termino por marear un poco al mas alto

-Oye oye, mas despacio- calmo el oji azul- para que sepas no tengo ni la mas remota idea de que hago aqui!

-A que te refieres con que no sabes?- pregunto el pelinegro

-Bueno... Ayer por la tarde me desperté en el césped de este bosque, me dolia todo el cuerpo y no recordaba nada, bueno, sigo sin recordar

-Ya veo... Soy Gon!- exclamo lo que parecía ser un hada

-Killua- contesto el príncipe