Al terminar el pastel Kurapika y Leorio se retiraron de la casa, Mito preparó la habitación para Killua mientras los menores charlaban en la sala
-Aún no puedo creer que estes aquí- dijo riendo Gon
-Lo sé, creí que pasaría mucho tiempo hasta que nos volvieramos a ver
Ambos reían con melancolía, los dos sabían que tocar ese tema era muy doloroso, puesto que cuando Killua se fuera, esta vez, probablemente pasaría muchísimo tiempo de verdad hasta que volvieran a verse
-Chicos!! Las camas ya estan hechas! Duermanse ahora para poder aprovechar el día!
-SÍ! - respondieron al unisonoro
Subieron hasta la habitación y ambos se recostaron en sus respectivas camas. El albino miraba con ternura al pelinegro, hacia ya un tiempo que había aceptado sus sentimientos por el pero aún no sabía si era correcto decirlo, mientras pensaba recordó algo
-Demonios!- el ojiazul pegó un salto alertando al ojimiel
-Qué sucede Killua?- preguntó Gon con preocupación
-Cómo pude haberlo olvidado?!
-Killua?...
-Gon, yo... Lo siento mucho, olvide tu regalo de cumpleaños... Ni siquiera tengo uno, vine hasta aquí y no te traje nada...- el príncipe agacho la mirada con vergüenza, se sentía un completo idiota
El castaño lo miro unos segundos y luego se hecho a reir, le enternecia mucho el que el albino se preocupara tanto por algo como eso
-De qué te ríes?- cuestionó con desconcierto el más alto
-Lo siento, no puedo creer que te estes lamentando tanto por eso, de verdad, no importa, con tu presencia me sobra y me basta- Gon dijo esto con una sonrisa en su rostro
-No, no, Gon, esto está mal, enserio, prometo compensarte con lo que quieras
-Ah?...
-Sucede algo?
-De verdad puedo pedir lo que quiera?...
-Claro que si! Es lo menos que puedo hacer por ti
-Mmm, ya sé que es lo que quiero
-De verdad?
-Sip, y puedes darmelo justo ahora
-Justo ahora? Gon de que hab- sus palabras fueron interrumpidas por unos labios que presionaban con los suyos
Mientras Killua hablaba el castaño había bajado de su cama y se había sentado frente al albino besandolo, sus labios se movían coordinadamente, y aunque había tomado por sorpresa al príncipe este no tardo mucho en corresponderle. La mano de Killua se dirigió a la mejilla de Gon mientras que este lo abrazaba por la nuca, ambos disfrutaban del momento, era algo que deseaban mutuamente y aunque no podía ser eterno ellos lo deseaban así. Tuvieron que separarse por la falta de aire, juntaron sus frentes y sus pechos se movían agitadamente. Mientras recuperaban el aliento el más alto hablo
-Eso... Era lo que querías... como regalo?...- su respiración seguía entrecortada provocandole dificultad al hablar
-Oye... Killua... Puedo, pedir algo más?
-Claro que si- el albino le sonrió
-Acompañame- el pelinegro se levantó de la cama y salió de la habitación
Killua lo miro extrañado, tomó un abrigo y fue detras del ojimiel. Salieron de la casa y se adentraron en el bosque, caminaron un rato hasta llegar al lugar donde acamparon la noche en la que el ojiazul conocío Isla Ballena
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Nuestro propio reino (hiatus)
أدب الهواةKillua pertenece a la realeza, Gon es un pueblerino, y un amor enorme los conecta pero... Un matrimonio arreglado, una desaprobación familiar y un plan que casi acaba con la vida de uno de ellos los separa... ¿Como lograran salir de esta? creditos a...