~9 contra 1, que podría salir mal? ~

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Gon tuvo que pensar a la velocidad de la luz, en la puerta había dos guardias, pero quien sabe si había mas dentro. Debía pensar en como proceder con rapidez y de forma efectiva. Solo había dos opciones; 1, atacar solo con el riesgo de ser atrapado también, o 2, buscar refuerzos corriendo el riesgo de que cambien de guarida y les pierdan el rastro.
Reviso rápidamente cuales eran sus recursos; solo llevaba una espada en su cinturón y una daga oculta en su bota. No tenía demasiado pero de algo debía servir.
Según las órdenes del rey, ellos para esta misión debían usar el equipo de combate en caso de una emergencia, por lo que también llevaba equipadas sus armas.

Después de unos minutos en conflicto consigo mismo tomo una desicion, atacaría solo, por su cuenta. No había tiempo para pedir refuerzos, ya le habían arrebatado al albino una vez y esto no volvería a suceder.

Primero observo como uno de los guardias de afuera se introdujo en aquella trampilla la cual conducía a unas escaleras cuesta abajo. El que anteriormente había traído al cerdo comenzo a despedazar a aquel animal el cual minutos antes había caminado a metros del pelinegro.
Luego de terminar de quitarle las pezuñas y la piel al cadaver, preparo con un par de ramas secas una fogata y comenzo a cocinar aquel animal. El olor de la carne cocida empezó a esparcirse por todo el bosque, esto llamaría la atención de bastantes bestias...
Al cabo de media hora la trampilla se volvio a abrir y de esta salieron 6 hombres mas el que ya se encontraba afuera

-De verdad vamos a comer eso entre todos?- cuestiono con desilusión uno

-Así es, hasta que no llegue ella no podremos volver~- respondió otro

-Demonios...- bufo

7 hombres contra el, y suponiendo que lograba vencerlos, debería luchar con los que quedaron adentro. Esto sería una pelea agitada.
Penso en un plan sencillo y eficaz. Tomo una de las rocas que estaban a su lado y la lanzo en dirección contraria a donde el se encontraba, con esto llamo la atención de lo guardias, se movió con rapidez para cambiar de escondite y poder hacer todo con mayor facilidad.

-Qué fue eso?...- pregunto uno

-No lo sé... Ire a revisar

-Ten cuidado, debe ser una bestia que olio nuestra comida

-De acuerdo

"Uno menos" penso Gon. Aun quedaban seis

-Bueno, parece que tendre que encargarme del resto yo solo... - susurro para si mismo el oji miel

Respiro de forma onda y se preparo tanto física como mentalmente para lo siguiente. Reviso que todas sus armas se encontraran en donde debían, y por último, puso su espada en mano.
Un ultimo suspiro y salio de su escondite sin mas vueltas.

El sonido de las hojas moviéndose llamo la atención de los 6 hombres presentes, los cuales se pusieron en alerta en cuanto vieron al pelinegro.
Este blandio su espada en un rápido movimiento y lanzo un golpe a uno de los guardias protegiendo la entrada.
Fue herrado, por lo que rápidamente dio un giro para darle al de atrás. Tampoco logro acestarle, pero logro que este perdiera el equilibrio luego de caminar hacia atras para esquivar el golpe y termine cayendo junto con el que estaba a su lado.
Gon se agacho de forma rapida evitando que una espada le cortara la cabeza y con la suya golpeo las piernas se su contrincante, provocando un profundo corte del cual quedaría una cicatriz. Este pego un alardido, se agacho debido al dolor y terminó perdiendo el equilibrio.

"1 menos"- volvio a pensar

Rápidamente volvio a pararse y a correr hacia atras para tener una vista mas amplia. Aun quedaban 5, de los cuales, dos seguian en el suelo. Corrio de frente a uno de ellos y lo amago como si fuera a clavarle la espada en el corazón, provocando que este retrocediera y se tropezara con la fogata que ellos mismos habían formado. Cayo sobre esta provocando que sus ropas comenzaran a inciendarse y su piel se quemara. Pego un grito desesperado que se pudo oír a kilómetros.
Gon dio medio giro y atravesó su espada en el brazo del que lo estaba por atacar por detrás, luego la saco de un tirón para provocar que la sangre comenzara a salir de su herida.

Nuestro propio reino (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora