Acabé de ducharme con el modo automático puesto, ya que no podía quitarme de la cabeza lo que había hablado y lo que había pasado con Ian, y fui hasta la habitación de nuevo, pero ni Blake ni sus cosas estaban aquí.
Lo único que pude hacer fue salir de la habitación, alerta en todo momento de si Ian estaba por los alrededores, ya que no sabía con qué cara podría mirarlo después de las dos situaciones que habíamos vivido; una en la cocina y otra en el baño.
Luego lo pensé con claridad mientras me paraba al inicio de la escalera. Era de lo más lógico que estuviera aquí ya que era su casa, pero no quería tropezarme con él y tener otro intenso y ardiente momento rondando mi cabeza, martirizando mi mente.
Bastante tenía ya con los dos pasados y no sabía si quería un tercero porque...
¿"Porque" qué?
No.
No podía tener un tercer encuentro con él porque no sabía lo que podría pasar. No sabía de lo que sería capaz. No sabía de lo que seríamos capaces de hacer si un tercer momento volviera a suceder entre nosotros, sobre todo ahora que sabía que no era algo solo de mí, era algo que él también sentía.
Me sentía horrible a pesar de no haber hecho nada, explícitamente, a espaldas de Blake. Sólo habían sido unos gestos, unas palabras y nada más, ¿verdad?
¿Eso significaba algo?
Blake no era tan mala persona, no se merecía esto. No se merecía que le faltáramos el respeto así. No se merecía que nosotros no pudiéramos respetar los límites y las distancias, que él era mi novio y que también era su hijo.
Además, ¿qué había de Eleanor? No la había tenido en cuenta en absoluto y ahora me sentí peor al pensar lo buena persona que era, lo amable que había sido conmigo y lo miserable que me podría llegar a sentir por ella.
Pero, ¿cómo no sentirme atraída por ese hombre? Era físicamente maravilloso y capaz de respetar mi espacio si se lo pedía.
Además, me intimidaba, me excitaba como nadie antes, me ponía tan nerviosa que no podía pensar coherentemente. Tenía ese efecto en mi ser que me hacía querer hacer de todo con él menos tener respeto.
Sin embargo, no podía dejar que eso se viera desde el exterior o que alguien más se diera cuenta. Alguien más aparte de él, claro, quien ya lo sabía de sobra, así que solo me quedaba mantener la calma y dejar al tiempo decidir.
Al llegar al piso de abajo, Blake estaba en la cocina junto a Ian. Mi novio estaba sentado en la mesa bebiendo una taza de algo desconocido hasta que el olor a café me llegó de golpe mientras su padre se lo bebía de pie, apoyado en la encimera.
—Ven aquí, amor. Mi padre ha hecho café para todos. —Sacó una silla a su lado y tomé asiento.
—Gracias, señor Collins, pero no bebo café. —Le dije con educación, manteniendo la calma.
—¿Ah, no? —Dijo con el ceño fruncido y negué con la cabeza. —¿Por qué no me dijiste nada, Blake? —Le preguntó a su hijo, quien estaba con el teléfono móvil.
—No lo recordaba. —Dijo este sin interés.
Ni siquiera había levantado la mirada para responder y yo suspiré pensando en cómo era posible que no recordara eso si llevábamos tres años juntos y nunca me había visto bebiendo café.
—¿Quieres desayunar otra cosa, Katie? —Miré a Ian. —Puedo hacerte lo que quieras. —Ni siquiera escondió la sonrisa en sus labios, al revés que yo, que intenté no sonreír mordiendo mi labio inferior.
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El padre de mi novio. [Versión 2022] ✅
Literatura FemininaKatie, una joven de muchas deudas, mantiene una bonita relación duradera con Blake, quien es de alta clase. Tal vez el hecho de que su relación sea a distancia, que él haya cambiado su manera de tratarla o que su suegro tiene complejo de héroe es l...