CAPITULO V

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Minho…

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Minho…

Hey, amor despierta

Al abrir sus ojos, envuelto en un sueño, pudo verlo. Esa sonrisa en frente de él, esas manos tocando suavemente su rostro, sentado en su regazo mientras pronunciaba algunas palabras con la misma delicadez de antes.

"¿Es acaso un sueño?" —se preguntó.

— Hey, ¿Por qué estabas dormido? 

Habló el contrario, sacándolo de sus pensamientos para pasar sus brazos por el cuello del contrario en un momento mientras pegaba su frente sobre la de él, sorprendiéndolo.

Minho: Y-yo

Jeongin: ¿Tú…? —lo miró más de cerca, logrando que el contrario sintieran su estómago removerse con dulzura— oh vamos tontito, dime algo

Sonrió.

Minho: Yo te extrañé —susurró abrazándolo. Porque aún si fuera parte de un sueño, quería que éste durara un poco más— N-No te vayas por favor, no lo hagas. No te vuelvas a ir más

¿Cómo podría hacerlo si te amo tanto? 

Jeongin: ¿Irme? ¿Dónde me había ido? —preguntó aquel chico con la cabeza ladeada, viendo cómo éste se aferraba con fuerza a su cuerpo. Más cuando se dio cuenta de sus lágrimas, no evitó abrazarlo— amor, no llores. No me gusta verte así. Minho… 

No quiero verte así

Susurró, más éste no le hacía caso. Por lo que al ver aquella reacción sólo sonrió, pegando su mejilla a la cabeza de su novio, sobando ésta como si de un niño se tratase. Le encantaba al menos poder haber entrado en el sueño del mayor, de poder tenerlo cerca. Y aunque no podía actuar como realmente quería, aguantándose las ganas de llorar, de besarlo, solamente podía seguir hablándole, sin hacerlo sospechar de nada. Al menos de esa manera podía darle un poco más de paz en su desolado corazón. Y tranquilidad en el suyo.

Jeongin: No me iré —sonrió sobando aún más sus cabellos— no a menos que quieras dejarme

No quiero volver a olvidarte...

Rió, sobando la mejilla del contrario, sintiendo como en unos segundos el mayor lo hacía caer sobre su cuerpo, apegándolo sobre su pecho, de manera que el menor pudiese escuchar el sonido del corazón del mayor resonar sobre sus oídos, latido trás latido. Se sentía tan cálido, tan irreal. No quería sentirse sólo nuevamente. No quería dejarlo ir.

Minho: Jamás lo haré —sonrió pegándolo más, escondiendo su mirada en sus cabellos, para terminar besando su frente— te amo

Descansa mi amor

Si la felicidad pudiese durar al menos un poco más, de seguro hubieran pasado una eternidad así, más no pasó, y Jeongin tuvo que volver a su realidad al igual que Minho, mientras el menor derramaba una lágrima antes de volver de aquel sueño, dejando al mayor en el suyo, mientras lo dejaba descansar, mientras lo veía más tranquilo en aquel sofá. Así que solo se detuvo a mirarlo, sentándose a su lado, colocando su cabeza contra la de él. Cuidándolo, protegiéndolo, tratando de pensar en el porqué de su presencia en ese lugar. 

Pero al final todo lo que pensaba era: ¿Por qué justo había aparecido frente a él ese día? ¿Por qué justo luego de cinco años?

Tenía que haber algo en especial. Tenía que haber un porqué para regresar ahora. No entendía muy bien, pero sabía que algo debía hacer. Y estaba seguro que lograría encontrarlo. Por lo que decidió seguir observando todo, buscando algo concreto, mientras veía a Minho y su alrededor, recordando más y más, buscando pruebas, volviendo al pasado, sin dejar de dejar morir ese corazón que aún latía por él.

[...]

Y entonces así pasaron los días, los meses, basados en observar el mismo bucle de tiempo, mientras Jisung trataba cada día de ayudar a su amigo, mientras Jeongin volaba y caminaba al lado de ambos, visitando por las noches a Minho, abrazándolo antes de dormir, dejándolo cuando había acabado con todos sus tormentos. De esa manera, éste podía cerrar sus ojos tranquilamente, mientras el menor trataba de cuidarlo. Aunque sabía que estaba mal interceder así, aún así lo hizo, y no le importó lo duro que fue, todas esas semanas lo visitó y estuvo a su lado, todos los días hasta que la mañana del tercer mes, la única persona que estaba al lado del mayor era Jisung, mientras que el recuerdo de Jeongin desaparecía cada vez más, y el pequeño ángel se quedaba segundo a segundo sin fuerzas mientras volvía a perder sus memorias en un lapsus de algunos minutos y volvía a recordar a los otros. Parecía que sus minutos en la tierra estaban a punto de acabarse, pero aún así prosiguió mirando de lejos, esta vez sin acercarse mucho. Esta vez manteniendo una distancia prudente mientras veía todo ante sus ojos.

Jisung: Minho, ¿Qué tal si vamos de viaje? —murmuró el menor mientras observaba al contrario con una sonrisa, elevando en uno de sus palillos aquel trozo de fresa que la madre Lee les había preparado a ambos— un recorrido juntos. ¿Qué te parece?

Minho: Gracias —pronunció con la mirada perdida en su laptop, en la cual estaba preparando una presentación para la otra semana de regreso a su trabajo— pero tal vez otro día

Jisung: Eso dices ahora. Pero seguro jamás lo haremos —suspiró ya cansado, viéndolo, soltando aquel pedazo de fresa para cerrar aquella laptop con fuerza

Minho: ¡Hey! 

Jisung: Sabes que es verdad —bufó tomando una de las fotografías del mayor, al lado de la ventana, viéndolo detenidamente, recordando como aquel día, ambos se habían tomado aquella foto junto al menor. 

Y pensó.

¿Por qué Jeongin seguía en la mente del mayor? ¿Por qué el mayor no lo miraba como antes? Después de haber hecho lo imposible para que aquel día hubiesen estado juntos. Después de haber estado a su lado incondicionalmente… ¿Por qué Minho solo seguía pensando en aquel chico? 

Minho: ¿Qué observas? —preguntó el mayor, abriendo nuevamente su laptop, mientras pensaba en su trabajo— déjalo otra vez boca abajo si no quieres verlo

Jisung: No quiero 

Pronunció. 

Jisung: Sólo, no quiero volver a dejar un recuerdo de esa manera. Cuando la mejor solución sería que lo dejaras fuera. Lo sabes, ¿No? —observó al mayor— no quiero ser mala onda. Pero sabes muy bien que el día que decidiste dejarlo, ya habías elegido algo, y fue no volver a pensar en él

Murmuró, ya harto de la situación. Harto de ver cómo la persona con la que ahora estaba queriendo intentar algo, lo seguía llamando amigo, y aún peor, seguía pensando en su ex. Pero no cualquier ex enamorado. Era el recuerdo de uno al que había amado más que a su persona. Y por eso lo odiaba. Odiaba con sus fuerzas a Yang Jeongin a pesar de haber sido mucho tiempo su amigo. Pero no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. Después de todo, él había sido la manzana de la discordia en aquel entonces. Y aún así, no planeaba volver en el tiempo y cambiar aquellos días. Porque así lo había deseado. Porque él se había enamorado bobamente por alguien, que al parecer nunca olvidará a aquella persona.

Pero entonces, ¿Por qué le daba siempre leves esperanzas?

EX | MINJEONG | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora