CAPITULO I

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Todo era tan lindo antes, antes de perder a quien realmente amaba

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Todo era tan lindo antes, antes de perder a quien realmente amaba. Realmente si pudiera cambiar las cosas lo haría. Pero ya no estás y fui el culpable de alejarte antes de verte morir. Me arrepiento de ello…

Lo hago Jeongin.

Aquellas palabras eran las de un chico pelinegro que al empezar a escribir en esa carta había recordado esa hermosa sonrisa. La sonrisa de la única persona a la que amó. Esa sonrisa que fue la única en ver antes de alejarse, antes de huir como un cobarde de su vida.

Pero ahora ese arrepentimiento lo sigue consumiendo lentamente, sigue capturando su alma, logrando que cada segundo duela más y más, mientras termina aquella carta de despedida.

Carta que al acabarla, lo deja una vez más, bajo una pequeña piedra en medio de aquel cementerio, en frente de la tumba de la persona que más quería en el mundo.

De ese niño que adornó cada sentido en su pequeño camino. Y que a pesar de todo lo vivido con él, le debe mucho y nunca estará cansado de agradecerle el haberle acompañado hasta el último segundo con aquella calidez que le caracterizaba.

X: Hey Minho, debemos irnos —habló una voz a lo lejos, apegado en un auto que llevaría al mayor a un nuevo comienzo— ¿Vienes o quieres que te traiga?

Preguntó con voz fuerte y clara.

Minho al escuchar a Jisung sólo suspiró y asintió, comenzando a caminar luego de haber observado por última vez la tumba de aquel niño de sonrisa brillante, deteniéndose en medio del camino para voltear por última vez hacia aquella lápida, con una sonrisa al igual que lo hacía su pequeño chico.

En ese momento, más de un pensamiento recorrió su mente, más de un recuerdo que lo hacía querer llorar sintiendo la opresión en su pecho.

Minho: Te amo Jeongin —murmuró mientras sonreía y sus lágrimas caían una a una, dejando que a su vez, el viento empezara a jugar con sus cabellos— te amo y nunca dejaré de hacerlo Innie, pero es hora de alejarme... otra vez —habló entre aquella voz quebrada que se escuchaba en medio de su llanto— g-gracias, g-gracias por todo amor

Pronunció antes de seguir caminando, limpiando cada lágrima en el transcurso del camino, sintiendo un gran peso en su conciencia y en su corazón mientras se disponía a dejar el lugar para ir junto a su mejor amigo hacia un nuevo destino, lejos del pasado, lejos de todo lo que lo dañaba y recordaba su triste pasado.

Mientras tanto, no tan apartado de ahí, se encontraba un chico de cabellos azules, escuchando contra sus oídos resonar el sonido de la campana del tren que pasaba cerca de aquel lugar, mientras éste observaba lentamente aquella figura alejarse de su lado, al mismo tiempo que sus cabellos se elevaban contra el viento y aquel auto empezaba a ser conducido, recorriendo aquella carretera antes de terminar perdiéndose ante su vista en cuestión de segundos.

El menor aún así no dejó de observar, sintiendo un gran dolor en su pecho al hacerlo, aún sin saber porqué o cómo había terminado ahí.

Ni siquiera sabía quién era, pero las pequeñas alas en su espalda lo acompañaban de lado a lado mientras trataba de empezar a caminar con pequeños inconvenientes.

Para su mala suerte, al hacerlo terminó tropezándose contra sus propias piernas, rodando lentamente sobre el césped cuesta abajo, sin obtener ningún raspón o dolor al caer. 

Pero, ¿Por qué no lo hacía?

Se preguntaba aquello al tratar de ponerse de pie, yendo lentamente otra vez, sintiendo sus piernas cruzarse en el trayecto, tambaleando, mientras elevaba su mano sin pronunciar ninguna palabra, tratando de alcanzar el lugar por donde había comenzado a desaparecer aquel auto. 

"¿Qué es este lugar?" —pensó con la mirada perdida en medio de todo, dando pasos delicados hasta darse la vuelta sin poder comprender aún nada de lo que le pasaba.

Más al seguir retrocediendo algo lo detuvo, y en medio de la confusión pasó a sentarse al frente de aquella lápida, con las piernas cruzadas sobre el verde pasto. Y ahí, frente a él, aquel nombre deslumbró ante sus ojos. 

"Yang Jeongin"

¿A quién pertenecía aquel nombre tan raro? ¿Por qué justo había terminado chocando contra aquella lápida en medio del pasto verde?

Las dudas le quedaban grandes a aquel alado chico, pero en medio del viento que corría en el suave pasto, una de sus manos se elevó a tocar aquellas letras una por una, bajando a una fecha un tanto especial ante sus ojos marrones. Ante esos ojos que la suave luz del lugar deslumbraba con intensidad a medida que investigaba.

4.09.2015 

¿2015? ¿En qué año estaban?

Sin saberlo solamente se detuvo a seguir grabando cada letra en su mente, cada número, cada centímetro de ella, hasta llegar a una foto en medio de aquella lápida.

Era él, estaba seguro de que era él. ¿Pero cómo?

Entonces como si fuera un segundo, sus ojos empezaron a centrarse en un punto fijo, sintiendo su corazón latir con fuerza, latidos acelerados, mientras empezaba a fatigarse bajo un dolor de pecho increíblemente inimaginable.

El pasto iba de lado a lado, y el viento empezó a correr más rápido al igual que el tiempo. Y ahí estaba, frente a él, ciertas imágenes que no conocía, mientras estaba de pie en medio de la nada.

De pie antes de ver cambiar todo su entorno en algo que jamás había visto. Parecía una casa, pero no estaba sola.

"¿Dónde estoy?" —volvió a preguntarse, perdido por segunda vez, sintiendo que el fuerte dolor en su pecho al divisar a alguien entrando por una puerta que trajo consigo color al lugar donde estaba, volvía de nuevo.

Dejando que sus ojos se encuentren fijos en aquel individuo mientras sentía que sus piernas se movían solos hasta él. Pero que al intentar tocarlo, simplemente éste avanzó contra su persona, pasando con facilidad contra su cuerpo como si de un fantasma se tratase, y en una milésima de segundo, el sonido de un tren volvió a resonar ante sus oídos, volviéndolo al lugar donde estaba anteriormente. 

¿Qué había sido eso?

EX | MINJEONG | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora