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3 meses antes del accidente
— Voy a salir Innie, ya vengo
Pronunció el mayor. Ambos ya estaban en la universidad. Luego de haber salido a pocas semanas de su graduación, ambos fueron a vivir juntos, más la convivencia en vez de resultar de una forma grata como pensó el menor, estaba siendo muy tensa, ya que siempre el mayor tenía que salir a algún lado aún después de la universidad.
Es nuestro aniversario….
El menor había planeado algo lindo para éste, pero el mayor no se había acordado de nada. Parecía como si el amor cada vez se iba apagando y apagando. ¿Por qué no tenía idea de cómo había sucedido todo ello? Al pensarlo solo suspiró, sentándose frente aquella caja mediana frente a él con un listón azul, desenvolviéndolo, mirando aquel pastel con una sonrisa torcida.
— Te olvidaste…
Sonrió cada vez más triste, sintiendo como aquella sonrisa se iba desvaneciendo a cada segundo, para terminar cayendo sobre su asiento con los brazos a ambos lados del pastel.
— ¿Qué nos pasó?
Murmuró pasando una de sus mangas por sus ojos llorosos, cortando toda lágrima antes de tomar un poco del glaseado de aquella torta y untarlo en la esquina de sus labios, pasando un poco de este por su boca, antes de quedar viendo la pared frente a él.
¿Al menos me amas aún?
Jeongin no supo cuando, pero sus sentimientos eran los únicos que aún estaban vivos. Lee Minho, la persona que amaba ya no estaba. En ese momento no pudo hacer más que llorar, dejar que aquellas lágrimas caigan al pastel para salir corriendo hacia el baño, vomitando sin parar, tomándose de ambos lados del retrete para terminar subiendo la mirada a aquel espejo frente al lavado. Estaba hecho un desastre.
— ¿Aún me amas? ¿Acaso me amaste?
Murmuró pasando el agua de aquel caño por sus labios con agresividad para terminar cayendo, con su espalda pegada a aquel lavado, pegado a la madera del pequeño cajón de abajo. Le dolía y mucho. Dolía tanto que no podía detenerse de volver a votar todo por el retrete. Ese día no se sintió bien. Ese día pasó solo aquel aniversario hasta que el mayor llegó en la noche y lo encontró ardiendo en fiebre.
Minho: Rayos, Jeongin, ¿Qué te pasó?
Ese día ambos la pasaron el hospital. Mientras el pequeño estaba conectado a aquel suero en una cama de una de esas habitaciones. La habitación 2503. Y el mayor dormía en uno de los sofás dentro de ella, chequeando a cada segundo si el menor lograba despertar.
Ese día empezó el cruel camino de espinas que el mayor comenzó en la vida del más pequeño. Llevándolo a un cuadro de mentiras.
