CAPITULO X

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3 de Septiembre de 2015

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3 de Septiembre de 2015

Aquel día, hace cinco años, un día antes de poder dejar ese mundo, aquel chico de hermosa sonrisa se encontraba en su hogar, en Busan, dejando esos suaves pasos sobre la nieve para ver el cielo nublado frente a esa puerta de madera que lo separaba de la salida. Estando totalmente centrado en su tristeza y el dolor que su corazón aún albergaba. Porque aún cuando se había alejado de aquella persona, sus sentimientos aún seguían vivos y lo dañaban cada vez más. No podía creer que el haber corrido detrás de su primer amor hubiese ocasionado tal desesperación, desesperación que ahora carcomía cada centímetro de su mente y corazón.

"¿Por qué? ¿Por qué tenía que ocurrir esto?" —se preguntaba al sentarse en aquellas gradas de la entrada de su casa, viendo el cielo, viendo los granizos caer suavemente mientras el cielo terminaba de llenarse de nubes grises.

— ¿Por qué debiste dañarme..? —murmuró cubriendo su rostro, dejando caer leves gotas por sus mejillas. Dolía tanto que ahora no podía dejar de llorar— te amaba… te amaba… t-te… te amo…

"Pero duele". Sus palabras no podían llegar a decir ni el cien por ciento de lo que en realidad sentía, ya que su tristeza podía más que su felicidad. Soñar que estás con la persona que te hará feliz toda la vida y después ver que ahora caminas solo en un riel lleno de trenes vacíos que no tienen más que un pasado lleno de buenos recuerdos. Sentir que aquellos recuerdos chocan tu cuerpo sin dejar marca. Es como estar muerto. Es como sentirte fuera de este mundo con un dolor intenso en tu pecho que no te deja dormir. Así se sentía el menor. Y aunque sus padres intentaban animarlo, no podían. No podían hacerlo, y con un pequeño paso a la desesperación dejaron de intentarlo de un segundo a otro, porque según ellos, no había forma de poder remediar ese agujero en su corazón. Aún cuando lo amaban tanto, él solo se negaba a ser ayudado. Pero, ¿Cómo podía? Había luchado tanto para creer en un amor que ya estaba perdido, que se aferró a la última oportunidad, para al final chocar con una dolorosa y cruel realidad. Entonces, ¿Con qué debería luchar? Si ya se sentía al final del camino. Si ya sentía que nada valía y su corazón iba deteriorándose poco a poco. 

Dime, ¿Cómo caminar si ya estás muerto en vida?

Así se sentía Yang Jeongin cuando estaba vivo, y eso podía verlo estando frente a cada imagen, oyendo cada pensamiento de su yo pasado mientras ambos chicos observaban detenidamente la imagen que pasaba por sus ojos. Teniendo al actual Lee Minho a su detrás, mirando junto a él, cómo paso a paso la nieve cubría a su yo de hace cinco años y sus lágrimas caían sobre el reflejo de las luces delanteras de un carro que ahora se estacionaba frente a él.

— ¿Yang? 

Mencionó aquel chico, luego de haber bajado de aquel automóvil, viéndolo con una sonrisa desganada y triste, como si nada hubiese pasado, frente a su puerta, frente a sus ojos, mientras balanceaba su llave en sus manos y luego las guardaba.

EX | MINJEONG | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora