nueve

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Seis de la tarde, el festival estaba comenzando y todos estaban en sus  habitaciones alistándose para ir con sus respectivas citas o en su defecto grupo de amigos.

Bertholdt trabajaba en su proyecto de química, su concentración no estaba al cien por lo que constantes veces soltaba unas cuantas maldiciones al fallar cada intento en que el liquido saliese del color que necesitaba; rojo.

Como se lo había dicho a sus amigos hace dos días, no asistiría al tan esperado festival de invierno. No quería hacer el hazme reír al estar solo en una noche donde parejas y amigos la pasaban como la mejor velada dentro de sus vidas escolares.

Reiner salía de darse un baño con agua caliente – el frio no era su mejor amigo – una toalla reposaba en su cintura mientras que pasaba sus manos por sus humedos cabellos rubios. El azabache no se percató de su presencia en la habitación por lo que no le había dirigido la mirada.

—Estas algo raro desde ayer, ¿Estás seguro que no quieres ir? —cuestionó dejando la toalla en uno de los muebles. Siempre lo hacía y no era algo que molestara a Bertholdt—Te funcionaria para no estar pegado a ese irritante libro de química y tus "maravillosos" tubos de ensayo—soltó con sarcasmo al hablar de los materiales con los que el de lentes trabajaba.

— No insistas, Reiner —habló con su tono calmado de siempre —No iré, estoy bien aquí con mis "maravillosos" materiales —aclaró sin mirarlo soltando una leve risa repitiendo las palabras de Reiner quien volteó los ojos.

— Iremos en grupo; Ymir, Marcel, Colt y yo ¿No quieres unirte? —insistió ignorando lo dicho anteriormente.

En sí, a Bertholdt ya se le estaba colmando la paciencia de tanta insistencia desde la mañana de ese día, no quería ir y observar en primera plana como Galliard se aprovechaba de la situación echando en cara su cita o ver como Armin declaraba sus sentimientos ante la rubia anterior dueña de sus pensamientos. No era buena idea ir con o sin grupo.

— No, lo siento —sentenció mirándole acomodando sus lentes. Reiner le miró con pena para después adentrarse a la habitación y terminar de  vestirse.

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Habían tocado la puerta de la habitación repetidas veces, el azabache no tenía ganas de abrir gracias a que la pereza le sobrellevaba. Se había acostado temprano, miró hacía el reloj en la mesa de noche el cual marcaba las diez con quince minutos. El festival terminaría en dos horas, no se explicaba por qué alguien estaría en su puerta tan tarde.

Pasó sus manos por su rostro antes de levantarse de la cama. Al estar de pie, se colocó una camiseta manga larga debido a que tan solo traía una camisa de tirantes blancos y unos pantalones de chándal como pijama.

— Ya voy —se escucho su voz claramente ronca debido al sueño. Se acercó a la puerta girando así la perilla y toparse con los orbes color ámbar de Galliard y los marrones de Marcel. Este ultimo le veía con una sonrisa —¿Ustedes no deberían estar en el festival o algo así?— cuestionó en medio de un bostezo colocando su mano en la boca.

— Querrás decir, "Deberiamos" —corrigió Marcel tomándole los hombros y empujándolo hacía adentro.

Galliard gruñó por lo bajo para igual adentrarse junto a los dos jóvenes —Esto es una reverenda estupidez planeada principalmente por Marcel pero da igual ayudar—declaró mal humorado
—Despues de todo te necesitan allá.

"Necesitan" pensó él azabache.

No se explicaba el por qué su presencia en la habitación. Marcel se habia ido junto los que Reiner habría mencionado hace unas horas, no le extrañaba que se haya escapado de la fiesta, sin embargo Galliard no tenia justificación después de todo, tenía una cita con aquella pelirroja que le iba a volver loco si no salía de su mente.

The Beginning || Bertholdt HooverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora