Capitulo 2

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-Él me odia, Gina.-escuché a Martínez hablar con alguna chica.- Mañana ayúdame a despertar, por favor, que tengo que ordenar las camas de todos antes del desayuno.

Ingrese a la sala de informática.

-¡Atención!- gritó el mismo chico de hoy de mañana. Todos se posicionaron en sus lugares correspondientes y saludaron.

-Almorzaran a las doce.- miré mi reloj.- los quiero en el comedor en media hora. Luego de eso tendrán natación y a las diecisiete horas los espero en el polígono de tiro.

-Señor, si señor.- acataron la orden y les di el permiso de descansar. Pase la vista por Martínez rápidamente y luego salí del lugar.

Caminé hacia la oficina del general y golpeé la puerta.

-¡Pasa, Jones!

-Señor.- Hice el saludo reglamentario y él sonrió.

-Me hiciste acordar a tu primer día aquí, descansa hijo.- me relajé y me senté en uno de los sillones frente a él.

-Has mandado a llamarme.

-Si, lamentablemente no vamos bien, necesitamos hombres.

-¿Y entonces iré yo?- asintió.

-Te avisaré en cuanto me den la orden, debes prepararte, no será fácil y no sé si volverás, ha sido una decisión muy difícil de tomar.

-¿Sabes en cuántos días me llamarán?

-De una semana a un mes, eso podrían demorar. Hay una lista, tienes el lugar ciento treinta y cinco. Todo dependerá de cuánto aguanten las personas antes de ti.

-Ok, estaré esperando.

-Entrénate hijo, es en serio.

-Tranquilo, General Jones, todo estará bien.

-Puedes decirme papá.- reclamó simulando una broma.

-Prefiero respetar las jerarquías.- me habían costado muchas consecuencias decirle papá en este cuartel. Cuando los demás descubren que tu padre es la figura de más jerarquía en el lugar, tus esfuerzos se esfuman. Todos creyeron que era un acomodado, hasta que me gané mi lugar.

-¿Como van los nuevos?

-Para ser su primer día están bien, no tengo mucho que decir, aún no los conozco.

-Si haces un buen trabajo con ellos te ascenderán.

-Lo se, espero no morir antes de que eso suceda.

-Confiaremos en que no pasara nada.

-Bueno... tengo que irme. Les toca almorzar y debo mantener todo bajo control.- me levante de mi lugar y camine hacia la puerta.

-Theo...- me voltee para saber que necesitaba esta vez.- eres un gran soldado.- le dediqué una pequeña sonrisa y me retire del lugar.

Mientras caminaba por los pasillos del cuartel pensaba en lo que había dicho Martínez, ella creía que la odiaba, no se por que, es su primer día aquí, no le he demostrado aún cuan exigente podría llegar a ser.

Al llegar al comedor los vi a todos formados, al menos sabían hacerlo y estaba bastante bien. Camine hasta ellos y los observé, buscaba alguna irregularidad en sus uniformes, alguna mala posición o algún detalle que se les haya escapado, pero no tuve suerte esta vez.

-Ustedes tres se encargaran de servir la comida.- señalé a tres personas.- ustedes cuatro se encargarán de la loza y ustedes.- señale a los últimos tres, entre ellos Martínez.- preparen la mesa y barran luego.

Al dar la orden todos comenzaron a moverse, estaban algo perdidos pero confiaba que con los días irían reconociendo el lugar.

Se sirvieron la comida y cada cual se sentó en el lugar que le correspondía, yo lo hice pero alejado de todos. No vi a Martínez en donde debía estar y la busqué con la mirada.

-Señor, su almuerzo.- dijo de repente posicionándose a mi lado. Al parecer era buena escabulléndose.

-Gracias, Martínez.- hablé después de que dejo el plato frente a mi.- Aunque no deberías hacer eso porque me toca comer después de ustedes y aparte, puedo servirme solo.-Noté algo de desilusión en su rostro.- te tocaba barrer y preparar la mesa, has incumplido nuevamente.

-Es una ofrenda de paz.- pronunció por lo bajo y la miré extrañado.- Y aparte ya termine con la mesa, tengo que comer y esperar para barrer.

-Te he escuchado antes, en la sala de informática.- su rostro ahora se tornó rojo, adorable.- para aclararte dudas déjame decirte que no te odio, estoy aquí para entrenarlos y debo poner limites, nada mas que eso.

-Disculpe la confusión, señor.

-Puedes ir a comer, recluta.- permití y la observé irse.

Martinez me llamaba la atención, podía notar que no era como los otros soldados, ella decía las cosas que le parecían injustas y al mismo tiempo estaba dispuesta a arreglar las cosas. Si tomaba a alguno de estos novatos y les daba una orden, la peor de todas, la cumplirían con la cabeza gacha. Algo me decía que Martinez era especial.

Mientras seguía perdido en mis pensamientos pude ver como un pedazo de comida volaba por los aires. Enseguida preste atención, no podía estar pasando lo que pensaba.

-¡Eres un idiota!- Gritó una de mis soldados cuando le cayó comida sobre el rostro. No se quedó atrás, claro que no. Mientras me levantaba de mi lugar ella contraatacó, un poco de puré de papas termino sobre el uniforme de otro de mis soldados. Ellos reían a carcajadas, como si esto fuera una secundaria.

Y de un momento a otro todo se descontrolo, la comida volaba por el aire y las sonrisas se podían escuchar fácilmente desde cualquier lugar del cuartel.

-¡Deténganse! ¡Ahora!- grité. Varios de ellos se quedaron quietos.- No se que creen que es este lugar pero son reclutas, compórtense como tal.

Un pedazo de algo que no tenía ganas de identificar se pego a mi rostro. Cerré los ojos, el castigo que impondría sería grandísimo.

-¿Quien fue?- pregunte sin ganas de joder. Volví a abrir los ojos y busqué al culpable. Todos estaban quietos.- Díganme quien fue o todos harán entrenamiento por la noche, a campo traviesa.- amenace.

-Martinez, señor.- escuché lo que no quería escuchar, uno de sus compañeros la había delatado.

-A mi oficina.- me limite a decir.

-No he sido la única.- reclamó y la mire serio.

-Ve a mi oficina soldado.- repetí. Ella no respondió, solo se levanto de su lugar y camino entre sus compañeros.- Espero que los que hayan iniciado esto se hagan cargo.- me retire del lugar después de decir eso.

Busque a Mario para que se hiciera cargo de los demás mientras sancionaba a Martinez. Creo que esa chica aparte de ser algo especial, me traería problemas.

¡La amo, Martinez!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora