-Voy a correr.
-No te han dado el alta.
-Correré sin el alta.
Estaba sentado junto a ella en el pasillo principal de la enfermería. Veíamos a las personas caminar de un lado a otro desde hacía veinte minutos.
Mi estrategia era no decirle a qué hora era y mantenerla distraída hasta que pase esa hora.
-Voy sola.- trato de levantarse pero no se lo permití. Era la tercera vez que lo intentaba.- déjame ir Theo.- dijo cansada.
-Ya has corrido una carrera y te has jodido el tobillo, el médico ha dicho que tienes reposo de una semana y lo vas a cumplir.
-¿Y si no que? ¿Me pondrás otra sanción?
-Si es necesario, si.
-No puedes ser tan mierda.
-Martinez, no soy tu amigo.- aclare ese punto por enésima vez.
-No te pediré disculpas, mereces peores palabras.- intentó levantarse de nuevo y la detuve.- pero déjame ¿Que es esto? ¿Una cárcel?
Trate de no discutir con ella, estaba enojada y era peligrosa. Me miro mal y trate de ignorarla.
-Me has dicho que todo iba a salir bien.
-Y saldrá todo bien.- afirme.
-He perdido, me he jodido el tobillo y mi superior no me deja ir a por la revancha. No ha salido ni saldrá todo bien.- suspiró.- como dije antes, no estoy acostumbrada al éxito.
La mire serio. Su rostro denotaba tristeza.
-Tendrás otras oportunidades.- hable amable.
-Que más da ¿Puedo ir a mi cama a hacer reposo?- pregunto tranquila.
-Si, te acompaño.- me acerqué a ella y dejé que se apoye en mi. Caminamos despacio, le costaba mucho, era imposible que pudiera correr.
Salimos de la enfermería y se detuvo, estaba mirando desde lejos a la pista de entrenamiento, noté algo de decepción en sus ojos y el pecho me volvió a molestar.
-¿A qué hora es la carrera?- pregunto.
-Considerando que te han atendido durante media hora y que estuvimos veinte minutos sentados en el pasillo, la carrera debería comenzar en diez minutos.- se lo dije porque no iba a poder correr y ya se había resignado.
En cuestión de segundos se soltó de mi agarre y comenzó a correr, me quede allí como un estupido mientras ella huía. Es que no podía creer lo que veía.
Decidí también correr para alcanzarla, parecía que no se había hecho ninguna lesión pero sabía que su tobillo estaba hinchado.
-Martínez detente.- grite mientras corría como un desquiciado detrás de ella. No se volteo para mirarme, ni siquiera intento detenerse, solo siguió corriendo.- ¡es una orden!
La vi llegar a donde estaban las personas que controlaban la carrera. Estaba agitada y hablaba enérgicamente.
-¿Está segura?- pregunto uno de los Cabos.
-Si, correré.
-Martinez.- llame su atención y me detuve a unos metros. Se acercó a mi con una sonrisa entre los labios.- has incumplido una orden.
-Ponme todas las sanciones que quieras pero te juro que correré esta carrera como que me llamo Luz Martinez.- respiro profundo para tranquilizarse.
Vi a Johnson acercarse a nosotros junto a Mario. Él estaba precalentando así que supuse era el elegido para tomar el lugar de Luz.
-No correrás.- le dije a la chica frente a mi.- Johnson es tu suplente y ya está preparado.
-No me hagas esto, necesito correr esa carrera.- dijo por lo bajo.- por favor, déjame sentirme exitosa tan solo por un momento en mi vida.
-Estás herida.
-Estamos preparados.- habló esta vez mi compañero mientras llegaba a mi lado.
-Por favor, señor.- pronunció ella nerviosa.
-¡Corredores a sus puestos!- avisaron.
Luz agachó la cabeza al darse cuenta de que me mantendría en silencio, a pesar de eso pude ver como mordía su labio inferior. Estaba desanimada.
Johnson avanzó hacia el puesto que le tocaba y Mario fue detrás de él. El corazón comenzó a latirme con fuerza.
-Mario.- dije en voz alta. Mi compañero se volteó.- Correrá Martínez.- ví como el rostro de la chica frente a mi se iluminó.
-¿Que? Esta herida, mírale el tobillo, cualquiera puede darse cuenta de que lo tiene mal.
-La dejaremos correr, ha sido ella la elegida desde un principio y quiere terminar con esto, le daremos una oportunidad.
-Volveremos a perder. Es fácil de voltear, lo han hecho con una simple patada.- habló esta vez Johnson. Su voz trasmitía rabia e indignación.
-¡Corredores, último llamado!
-Confío en ella.- y con esas palabras me arriesgue a meterme en problemas.
-Con todo respeto señor, se que la soldado Martinez es la favorita y sabrá Dios que ha hecho para merecerse eso, pero no podrá ganar solo porque tenga su confianza. Esta herida, va a correr por capricho.- apreté los dientes.
No me ha gustado para nada lo que ha querido dar a entender.
-Correrá y es una decisión tomada. Vete a tu lugar Martinez y tu Johnson, como vuelvas a decir una cosa de esas otra vez te meto una sanción.
Lo vi irse del lugar, estaba furioso y yo también. Mario me observo durante algunos segundos y luego se marchó.
Trate de mantenerme firme y hacer como que ninguna de esas palabras me afectó. Pero no era verdad, tanto acercamiento con Luz solo nos terminaría perjudicando.
-Gracias.- dijo suavemente.- en serio.
-Ve a tu lugar, estaré esperándote en la meta.
Fue lo último que dije antes de comenzar a caminar. Tenía que solucionar esta situación, no me había dado cuenta de que teníamos tanta confianza hasta ahora y eso no era bueno.
Me sentía bien junto a ella, me sentía tan bien que no me gustaba para nada. Estaba bajando mi guardia y no podía permitir que esto vaya más allá de donde estábamos.
Luz es una recluta y yo soy un sargento, debía de terminar con todo y volver a respetar las jerarquías. Mi comportamiento tenía que ser estrictamente profesional.
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¡La amo, Martinez!
Roman d'amourTheo Jones es un serio sargento militar que tiene como objetivo capacitar a los novatos para poder ascender de puesto. Observador, detallista y riguroso, narra como poco a poco se enamora de la recluta Luz Martínez, una chica de la calle que terminó...