El verano no podía terminar de peor manera para SeokJin, tomando por accidente el celular equivocado.
La situación empeora cuando descubre que el celular pertenece a YoonGi, un egocéntrico y repulsivo chico que se llevó también su celular.
A regañad...
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Si bien, cada situación dada anteriormente no estaba en sus manos.
Es decir... ¿quién rayos empieza hablar con el hermano de su enemigo 'mortal'?
Si hubiera una especie de viaje en el tiempo entre su yo de ahora y el de hace dos años, –justo en el momento en el que se prometió no volverse a involucrar en asuntos que tuvieran que ver con SeHun–, se echaría a reír a carcajadas por lo sucedido y también de él mismo.
El destino siempre salía con una estupidez con un solo objetivo: molestar al prójimo.
Era un año nuevo, por lo que debía de concentrarse en su futuro: la universidad y el cómo el basquetbol influiría en ella.
Pero ahora todo estaba dirigiéndose a una dirección contraria, una que no podía controlar ni dirigir. Eso no le agradaba.
¡Bah! Todo era una rotunda tontería. Desde perder un teléfono y intercambiarlo con otra persona, hasta terminar hablando con ella para que finalmente se atraigan y empiece un desenlace en el que los televidentes empiezan con sus tontos “aww."
Sí, televidentes porque todo tenía facha de ser un cliché de película adolescente en el que se desploma el amor prohibido y la estupidez de sufrir por eso.
Él definitivamente no quería eso.
Pero llega ese chico, llamado Kim SeokJin y todos sus planes se vienen para bajo.
De toda la gente en este mundo, ¿Por qué tenía que ser él? Podía haber intercambiado su teléfono y seguir como si nada si hubiese sido alguien más.
Aunque, por supuesto, así no lo quiso el tonto destino.
Uno punto setenta y nueve, sonrisa brillante, ojos excepcionales color avellana y un carácter realmente impresionante: la mejor jodida coincidencia que le pudo haber pasado.
Todas las contracciones que fueron mencionadas, desaparecían cuando recordaba qué era lo que en realidad le importaba.
SeokJin era el mejor ser humano en el tonto universo y, de una forma u otra, tenía el privilegio de poder pasar tiempo con él. De conocerlo poco a poco.
Aún si todo resultaba cada día más complicado, Kim podía hacer que todo quedara atrás sacando cosas de sí mismo que nunca antes había conocido.
Todo el proceso era desconcertante pero ese chico hacía parecerlo normal. El sentirse bien por un momento siendo como alguna vez deseó podía cumplirse si estaba con SeokJin; porque de esa forma la sensación de ser 'aceptado' era lo que más significaba.
Sus pensamientos sólo lo confundían cada vez más. Un determinado tiempo llegó a pensar que en realidad lo que realmente le gustaba de todo era que podía ser él mismo. Que esa 'etapa' de aceptación hacia su verdadero yo se debía a Jin y por ello sus emociones explotaban cuando se relaciona con él. Que lo que en realidad pensaba y sentía era simple agradecimiento.
