No sabia cuanto tiempo había pasado desde que llego a ese lugar, la casa de Jigoro había tenido un gran cambio, al estar una mujer viviendo ahí, Zenitsu y Kaigaku fueron obligados a cambiar muchas de sus malas costumbres a la hora de compartir el mismo techo.
La casa ahora se mostraba mas ordenada, los gritos que ambos jóvenes estudiantes junto a su maestro se habían reducido solo un poco y ahora cada día después de terminar su entrenamiento los tres estudiantes de Jigoro solían correr hasta los duraznos, algunas veces nadaban juntos en el rio, parecía que el mal humor del mayor de ellos se había reducido aunque no del todo, Zenitsu y TN seguían siendo regañados por Kaigaku y aunque estos dos terminaban golpeados cuando intentaban abrazarlo, sentían que algún día iban a poder llegar a abrazarlo sin sentir sus golpes.
Esta noche se encontraban los tres cenando junto aquel anciano, una ocasión especial, había llegado el momento de que el mayor de los alumnos partiera hasta la sede para la selección final, aunque el silencio dominaba justo ahora se podía notar la preocupación que sus compañeros tenían.
Kaigaku dejo sus recipientes en la mesa y se levanto de esta, antes de irse agradeció la comida y miro al anciano el cual se encontraba terminando de cenar.
-iré a descansar, mañana me iré temprano... Maestro, regresaré con vida lo prometo, le mostraré que soy digno de heredar su puesto.- La expresión en el rostro del pelinegro mostraba total seguridad, Jigoro dejo a un lado su recipiente vacío para verlo a los ojos.
-Podrás demostrarlo cuando cumplas con todo lo que te he inculcado, Kaigaku, pelea con fuerza y sobrevive, defiende a aquellos indefensos y muéstrale a todos la voluntad de tu maestro.- Ambos rubios miraban aquella escena atentos, limpiando los restos de arroz que tenían en sus mejillas. Kaigaku asintió con un movimiento de su cabeza, antes de que se marchara Jigoro se levanto acercándose a el, cuando estuvo cerca le hizo una seña para que el pelinegro se agachara un poco recibiendo un abrazo de su parte.
-¡Kaigaku!- Aprovechándose de aquella situación Zenitsu y TN fueron hasta ellos abrazándolos a ambos, como era obvio el ceño del mayor se hizo notorio pero esta vez le fue imposible golpear a sus compañeros cuando su maestro estaba ahí.
Las horas pasaron rápido, el sol aun no salía por completo, pero TN se levanto y corrió hasta la salida de aquella casa , Zenitsu iba detrás de ella , ambos pudieron ver la silueta de Kaigaku alejarse.
-¡Kaigaku, no mueras, buena suerte!- Zenitsu grito lo mas que pudo, TN se coloco a su lado, después de unos segundos cruzando miradas ambos gritaron lo mas que podían.-¡Regresa a salvo, estaremos esperando por ti, los tres vamos a luchar juntos!
Kaigaku se dio la vuelta para levantar su mano para despedirse-¡Nos vemos, par de idiotas!- fue lo único que dijo a ambos antes de desaparecer por completo de su vista. -morir.... tks, les mostrare a todos que soy el mas fuerte, el único que puede heredar la voluntad del pilar rugiente.
Aun cuando ya no veían mas al mayor, ambos rubios se miraron, Zenitsu le dedico una sonrisa cálida a la chica. -El estará bien, recuerda lo que nos decía siempre, el es el mas fuerte que nosotros dos.- Ambos rieron recordando todas la veces que su compañero decía aquello justo cuando terminaba de golpearlos o cuando alguno de los dos no hacia algo correcto.
-Kaigaku gruñón regresara ¿verdad?... Tiene que estar vivo para cuando sea nuestra boda- TN dijo aquello con un ligero rubor en sus mejillas, Zenitsu tomó sus manos de manera improvista.
-¡Cuando derrotemos a los demonios, nos casaremos y viviremos felices! Kaigaku y el abuelo serán testigos de nuestra felicidad.- Con un movimiento de cabeza la rubia asintió a lo que Zenitsu decía, las pequeñas manos de TN se movieron hasta tocar las mejillas del rubio.
-Es una promesa Zenitsu, te prometo que seremos felices juntos, seré una buena esposa. Te quiero, Zenitsu- El rubio tenia su rostro rojo, se acercó al rostro de TN dejando un beso en su mejilla.
-Si, es una promesa, yo también seré un buen esposo para ti, te quiero TN. -Aquel momento de romanticismo entre los dos se vio interrumpido por un durazno llegando a la cabeza de Zenitsu.
-¡ustedes dos. el entrenamiento va a empezar!- Ante el llamado de Jigoro ambos fueron hasta el para empezar a entrenar, aun faltaba un poco para que llegara el turno de los dos para ir a la selección final.
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El primer amor de Zenitsu. PAUSADA
FanfictionHabíamos hecho una promesa, después de convertirme en cazadora estaríamos juntos.... Y, cuando derrotaramos a los demonios me tomarías como esposa. Por eso, no tenía permitido morir, no podía hacerlo hasta no verte de nuevo mi querido rayo.