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La tarde parecía demasiado feliz, o tal vez era porque aquellos tres compañeros paseaban por las calles del pueblo junto a su sensei, Zenitsu y Tn caminaban juntos, las piernas del rubio aun se encontrabas débiles y TN era su apoyo al momento de caminar, a pesar de esto, el no quiso quedarse en casa y perderse la oportunidad de convivir con las tres personas que mas quería. 

-Aun no se como es que me cansando mucho, no recuerdo- Expresaba el rubio caminando un poco lento detrás de Jigoro y Kaigaku.-TN ¿tú sabes como me lesione?, puedes decirme-TN sabia que el no hizo mas que entrenar hasta su limite, pero como iba a explicarle que aun se encontraba dormido cuando lo hizo. 

-Bueno  Zenitsu, era muy tarde, entrenaste mucho y por el cansancio te quedaste dormido, tal vez por eso no recuerdas mucho- Lo que TN dijo no era una mentira del todo,  pero era mas creíble que decir que el rubio hacia cosas mientras dormía y luego las olvidaba por completo, como si esas acciones la hiciera alguien mas que vive dentro del cuerpo del rubio. -Como si fueran dos personas en solo cuerpo-pensó mientras seguía avanzando deteniéndose junto a su maestro en un local de kimonos

-Cada uno de ustedes, escojan un haori y TN escoge un lindo Kimono también, es tu premio por ser la primera en dominar las seis posturas de la respiración del trueno- Zenitsu sabia eso y Kaigaku ya lo sospechaba aun así el pelinegro seguían sin creer que una niña había logrado aprender cada una de las posturas.

-Abuelo... gracias- La chica fue hasta el anciano abrazándolo, no tenia muchas palabras para agradecer a su maestro todo lo bueno que el había hecho por ella, tomo la mano de Zenitsu y la de Kaigaku adentrándolos a ambos a ese lugar, era su costumbre hacer eso, ninguno de los dos se negó, al menos Kaigaku no lo hizo frente a su maestro.

Pasaron un buen tiempo en ese lugar, luego de comprar sus prendas y algo de buena comida regresaron a casa. El tiempo pasaba rápidamente, cuando menos lo esperaron llego el momento de volver a despedirse de Kaigaku, su espada nichirinto había llegado junto con su uniforme de cazador, el momento de ejercer como este y separase de los otros había llegado. 

-Maestro... Deséeme suerte, estaré viajando cumpliendo con mi deber, tenga por seguro que vendré a verlo cada que pueda- Kaigaku y Jigoro se despedían mientras ambos rubios miraban l cuervo que acompañaría a Kaigaku a la vez que le daban algunas caricias, el cuervo voló hasta los hombros del pelinegro cuando este le hablo. 

Zenitsu y TN se acercaron a el dándole un abrazo, la diferencia del de la ultima vez, esta vez Kaigaku había correspondido.

-Kaigaku.. esperanos, pasaremos la prueba y lucharemos junto a ti, los tres juntos- TN mantenía una mirada llena de seguridad, después del tiempo que había compartido con él estaba segura de que quería luchar a su lado junto a Zenitsu

-Eso si no los matan... bueno me voy- Miró al rubio el cual mantenía su mirada agachada- y tu cobarde, levanta la mirada que eso es lo que nos ha enseñado el maestro, hum espero que sobrevivas hasta volvernos a ver- No era una despedida amable, pero ambos sabían que esa era la manera de ser de Kaigaku, viéndolo desaparecer de su vista finalmente regresaron a practicar.

El primer amor de Zenitsu.  PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora