– Jimin, yo.... –
– JIMINNIEEE, EL MAPACHE SE VOLVIÓ A METEEEEER!!! – el pelinegro fue abruptamente interrumpido por un grito del exterior, al mismo tiempo que se oía un golpeteo contante en la ventana del auto. Ambos jóvenes se sobresaltaron y voltearon a ver a un consternado Taehyung que pegaba su rostro y lo arrastraba por el cristal de la ventana del acompañante, produciendo un desagradable chirrido.
– JIMIN TENGO MIEDO VEEEEN!!! – lloriqueaba el castaño por fuera del auto. Tanto Yoongi como Jimin suspiraron, sabiendo que la conversación no iba a poder continuar por el momento. Se encontraban estacionados afuera del trabajo del menor hacia aproximadamente una hora, este se tomó la atribución de permitirse entrar unos minutos más tarde para poder terminar de contarle a su hyung acerca de la velada que había compartido con su ex novio. El peligris no podía estar más aliviado, estaba aturdido por el revoltijo de pensamientos, y que decir de sus emociones que estaban prácticamente en modo centrifugado en su estómago. Necesitaba dar por terminada la conversación por el momento, y distraerse con lo que fuera que debiera hacer en su trabajo. Incluso si eso era sacar a escobazos al mapache que se metía constantemente al casillero de Taehyung, atraído por el montón de comida acumulada ahí dentro.
– Hyung debo entrar, pero te agradezco haberme soportado con mi chusmerio de adolescente recién salida de una cita, siempre puedo contar contigo. En serio gracias Yoongi hyung. – y el pequeño bombero le brindo una sonrisa de esas que le abultaba las mejillas y le achinaba los ojitos.
Yoongi se mordió la lengua para no soltar la catarata de insultos que tenía dirigidos hacia el mejor amigo de su menor, cuando por fin había sentido que lo invadía una oleada de valentía, tenía que venir ese condenado niño a interrumpir el discurso que había venido planeando hace semanas, y que practicaba frente a su espejo cada que tenía la oportunidad. Méndigo Taehyung, tan inoportuno. Y ahí se iba, otra oportunidad para poder confesarle al fin sus sentimientos a Jimin.
– Cual gracias pitufo? Si me vas a andar usando de psicólogo al menos págame la sesión, estamos de promo 2x1. – Yoongi extendió su mano, haciendo un gesto de estar pidiéndole pago al menor. Este rio tiernamente, y el pelinegro volvió a suspirar, muy disimuladamente. – Jiminnie, siempre que necesites largar lo que sea que te este inquietando en esa cabezota tuya, sabes que aquí estoy, soy todo oídos. – le sonrió sincero, queriendo transmitirle confianza y seguridad. Al fin y al cabo no decía más que la verdad, quería estar ahí siempre que su menor lo necesitara.
– Lo sé, y créeme que soy muy afortunado por ello. – continuaba sonriendo, esta vez poniendo su pequeña mano sobre la pálida de su mayor. Sintiendo automáticamente ese choque eléctrico que se hacía presente en cada centímetro de su piel, cada vez que compartían un suave contacto. Por dentro, claro, muriendo de ganas de profundizar su toque, dejar ese simple roce y tomar firmemente su mano, abrazarlo, esconder su rostro en el amplio pecho de su hyung y sentirse a salvo por el resto de sus días. Pero nada de eso iba a pasar, pensaba Jimin y se golpeaba mentalmente por no poder apartar esas fantasías que se le presentaban cada que su mente se daba el permiso de divagar tan solo un poquitín. Maldita sea estaba tan fregado por Min Yoongi. Tanto que dolía.
Estaba a punto de moverse hacia el mayor, dispuesto a dejar su usual beso de despedida en la mejilla del pálido, cuando este se remueve con la intención de destensar un poco sus músculos, la situación de casi confesión que había casi sucedido, casi lo hace orinarse de nervios. Por suerte eso no sucedió, no sabía con qué podría sacar la mancha del asiento luego.
– Que dices si esta noche amenizamos este estado de ánimo con un par de cervezas y soju? Con Nam descubrimos un restaurante genial, podríamos ordenar sushi y poner algunos capítulos de esos espantosos dramas que tanto te gustan. A menos que su majestad ya tenga planes con el rey de los tarados aka Lee Taemin. – Yoongi agrega con un tono bobo y una sonrisita burlona, la cual deshace al momento que ve como Jimin sonríe apenado mientras sus mejillas se sonrosan levemente. – Es en serio Park? Me vas a abandonar de vuelta por ese? – inquiere fingiendo estar ofendido, haciendo reír al menor. Agradece al cielo que este crea que su reacción fue en broma y que no alcance a notar que realmente se estaba sintiendo ofendido. << Pitufo traidor>>
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Señor Hetero (Yoonmin)
RomanceGracias a sus amigos y compañeros de trabajo, Yoongi termina pasando la noche del viernes en un club gay de la ciudad. Gracias a las casualidades del destino conoce a Park Jimin, un dulce joven que se acerca a socializar con él. Y gracias a su enorm...