La mañana del lunes, Yoongi se encontraba sumamente nervioso. El día anterior, no pudo pensar en otra cosa que no fuese lo ocurrido con Jimin. Por más que se forzó a intentar recordar que demonios había sucedido, su cerebro no colaboraba en proporcionarle información sobre cómo fue que terminó durmiendo en el departamento del menor, y si es que realmente nada había ocurrido entre ellos. También lo atormentaba la duda acerca de que fue lo que salió de su enorme boca durante su estadía allí esa noche. Yoongi estaba más que seguro de que Jimin no quiso avergonzarlo y decidió no contarle que fue lo que realmente dijo e hizo durante las horas en las que estuvo fuera de sí. Siendo sincero consigo mismo, él sabía que se caracterizaba por abrir de más su boca, lo hacía estando en sus cinco sentidos, ¿por qué no lo haría estando ebrio? Apostaba a que era incluso peor.
Sin embargo, si había algo que podía rescatar de toda la situación, era que había tenido la oportunidad de convivir un momento con Jimin y pudo confirmar sus sospechas. El menor había resultado ser una persona sumamente agradable, luego de limar asperezas, claro estaba. Habían conversado amenamente mientras compartían el desayuno, y descubrió que era un joven inteligente y mordaz con sus opiniones, pero por sobre todas las cosas, era alegre y divertido. Y tierno. Mierda, Yoongi quería gritar por lo jodidamente tierno que podía llegar a ser el pequeño peligris. Al haber sido maestro de escuela la mayor parte de su vida adulta, el mayor tenía experiencia de haber tratado con toda clase de niños y adolescentes con actitud infantil y presuntamente inocente, nada que lo conmoviese demasiado. Pero podía jurar que la frescura y la ternura que emanaba Park Jimin eran completamente natural, no aparentaba serlo. Esa era su forma de ser. Y a Yoongi comenzaba a agradarle en demasía aquella forma de ser.
Por momentos, su confusión incrementaba, al pensar que ese chico que le estaba comenzando a agradar demasiado, era el mismo hacia el cual dirigía sus pensamientos en la ducha. Y a veces al despertar, o antes de dormir. Le costaba mucho el lograr unificar el concepto que tenía sobre Jimin ahora que conocía un poco su forma de ser, al hermoso trasero que había conocido aquella noche en el club y al cual le dedicaba muchas de sus manoseadas, por no decir que todas. Su nivel de negación le hacía disociar aquellos dos aspectos que pertenecían a la misma persona, por lo que se rehusaba a pensar, siquiera en que le podía estar empezando a gustar aquel chico.
Estacionó su auto fuera del edificio y tocó fugazmente el claxon. No quería despertar a los dueños de los demás departamentos, pero no había intercambiado números de teléfonos con el menor para avisarle cuando llegara. Tampoco recordaba su número de departamento para tocar timbre y anunciarse. Se removió nervioso. Esperaba que Jimin no hubiese olvidado que acordaron que pasaría por él, y se haya ido temprano a tomar el autobús.
Apenas terminó de formular ese pensamiento cuando vio que la puerta del edificio era abierta, y salía un joven abrigado, de cabello gris, cuyo rostro era apenas visible debajo de una gran bufanda roja y azul. Dirigió su mirada hacia el auto y realizó un movimiento perezoso con su mano, a modo de saludo.
– Buenos días hyung. – dijo con una voz ronca, una vez se subió en el asiento del acompañante. Bostezó en un acto que Yoongi pudo comparar al de un gatito recién levantado. <<Tierno>> pensó, mientras sonreía levemente.
– Buenos días, uhmm... espera, ¿Qué es eso? – Yoongi señaló hacia afuera, justo a la entrada del edificio por donde había salido hacia un momento el menor. Jimin siguió su dedo con la mirada y vio hacia donde apuntaba, pero al no notar nada, giró su rostro y lo miró confundido. Negó con la cabeza, y el ceño fruncido.
– Oh, disculpa. Creí que se te había caído la almohada en el camino, pero claramente sigue pegada a tu rostro. – finalizó sonriendo mientras arrancaba el auto y comenzaba a conducir hacia el trabajo del peligris. Éste último, formó un puchero.
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Señor Hetero (Yoonmin)
RomanceGracias a sus amigos y compañeros de trabajo, Yoongi termina pasando la noche del viernes en un club gay de la ciudad. Gracias a las casualidades del destino conoce a Park Jimin, un dulce joven que se acerca a socializar con él. Y gracias a su enorm...