Capítulo 4: Rechazo

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- ¡Pero eso no puede ser posible! - gritaba la reina Shme por la habitación.
- Pero así ha sido. - intentaba calmar el Dr. Esperanza.

Anakin estaba sentado en la cama, aún con el shock de la noticia, con las manos en la cabeza y la cabeza encima de sus muslos.

- No logro encontrarle la lógica... el sentido... ¡no lo consigo encontrar! - Shme parecía a punto de entrar en un ataque asmático. De los graves.
- Es parte de la naturaleza majestad. - empezó a explicar el doctor.- durante los últimos siglos, el metabolismo del ser humano al recibir cambios drásticos en la evolución, la exposición a otras especies de seres vivos, y un largo etcétera, ha logrado que el macho de la especie humana también logre tener la opción de crear vida. De dar vida. Del mismo modo que siempre ha sido la mujer, los hombres empezarán a tener dicha característica.
- Ay dios mío. - la reina iba a desfallecer. - No puede ser. Me niego a creerme todas esas sandeces.
- Puede hacer lo que crea apropiado majestad.

Shme se quedó en silencio unos instantes, intentando que el aire le llegara a los pulmones.

- Retírate. - ordenó la reina.

Después de que el doctor se fuera tras la puerta automática, se hizo el silencio. La densa tensión en el ambiente se podía cortar con una espada láser.

- Madre, quisiera aprovechar la ocasión para...
- La boda sigue en pie. - le cortó Shme.

Anakin se quedó callado, sin saber si seguir hablando o callar y respetar las palabras de su madre. Optó por lo primero.

- Madre, yo no deseo casarme con la princesa Padme. - dijo, con decisión.
- No importa lo que tu desees. Necesitamos la unión, y lo sabes muy bien. Podrás quedarte en estado, pero eso no cambiará tu destino.
- ¡Quiero la libertad para elegir!
- ¿¡Elegir!? ¡Un príncipe debe cumplir sus obligaciones aunque no le gusten!
- Quiero casarme por amor...
- Eso es cosa de plebeyos. Tú eres de la realeza, y la realeza se une con otra realeza por puros intereses. Nunca por amor.

A Anakin esa última frase le sentó como un puñetazo en el pecho. Le dolió desde lo más profundo. Unas cálidas lágrimas brotaron de sus ojos. Se levantó rápidamente y se fue corriendo hacia su habitación, sin prestar atención alguna a los gritos de su madre. Veía borroso por los pasillos mientras pensaba en su miserable vida, tanto del presente como del futuro. Las lágrimas no le dejaron ver lo suficientemente bien como para no ver el obstáculo que se le puso en medio. Chocó con este con todas sus fuerzas, cayéndose torpemente en el suelo.

- ¡Anakin! ¿Estás bien?

Esa dulce voz hizo levantar la vista a Anakin para descubrir un rostro más que conocido: su maestro, Obi Wan estaba inclinado frente a él, con una expresión de preocupación en su rostro.

- Sí... solo qué... - se calló de repente. No sabía si explicar lo sucedido.
- Cuéntame, pequeño alumno. Aunque sea tu maestro, también soy tu amigo.

Obi Wan le ofreció la mano, con una melancólica sonrisa. Anakin, se lo pensó, y luego aceptó la ayuda de su maestro. Se notaba que Anakin se aguantaba las lágrimas con mucho esfuerzo.

- Sácalo todo, querido Anakin. No te lo quedes en tu interior.

Después de todo el esfuerzo por aguantar su dolor, Anakin no pudo más y cayó en el llanto de nuevo, esta vez dando al mismo tiempo un fuerte abrazo a Obi Wan. Obi Wan se sorprendió un poco, pero al oír a Anakin llorar, le hizo encoger su pecho, como si le doliera de verdad ver así a su alumno. Abrazó a Anakin con todas sus fuerzas, transmitiéndole el apoyo y el afecto que él necesitaba. Ambos se quedaron abrazados en el pasillo sumidos en el dolor mútuo.

Star Wars: Un Amor Prohibido [Anakin x Obi Wan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora