Anakin contemplaba el horizonte futurista que se extendía delante de sus ojos: edificios tan altos que parecía que llegarían a tocar el cielo, miles de naves volando en medio de estos, con carreteras improvisadas aereas, llenas de seres de distintas galaxias. Era un paisaje bello, pero Anakin no soportaba tener que ver el mismo paisaje desde el mismo balcón en el que estaba desde hace 17 años, en su inmenso palacio. De repente, unos golpes en su puerta interrumpieron su profunda meditación.
- Cariño, ¿podemos pasar? - preguntó Shmi Skywalker, su madre. La reina.
Anakin bajó la mirada en el balcón donde tenía apoyadas sus manos. Suspiró, para poder coger las fuerzas suficientes para contestar a la petición de su madre.
- Adelante. - Dijo final. -
Finalmente, sus padres se abrieron paso tras las grandes puertas robotizadas, unas puertas inteligentes que solo se abrían si el dueño de la cambra daba el permiso con la palabra "Adelante", con su correspondiente timbre de voz. Su madre habló sin tapujos.
- Verás hijo, tenemos que hablar de un tema serio. Urgente.
Anakin ya veía que su libertad estaría pronto estrangulada por la corona de la familia. No quería oír lo que su madre le iba a decir, pero era inevitable.
- Se trata de tu matrimonio concertado. Pronto tendrás que casarte con Padme, heredera al trono de la República.
Anakin mostró su desacuerdo ante tal propuesta con un manotazo a las cosas que habían encima de su escritorio. Todas cayeron al suelo ruidosamente. Ante tal acto, Shmi dió un paso atrás.
- ¡No quiero casarme con ella madre! ¡No la amo!
- ¡Harás lo que tienes que hacer como príncipe que eres! ¡Y fin de la discusión!
Shmi salió disgustada por la puerta. Se detuvo un instante.
- Y... recoge este desastre. La boda será en dos semanas.
Seguidamente, salió por la puerta sin decir nada más. Anakin, apretó los puños, por pura rábia. Se dejó caer en la cama, disgustado, mientras dejaba caer unas lágrimas.
- No quiero... no quiero... - iba repitiendose a si mismo, intentando despertar de lo que parecía ser una horrible pesadilla. Pero era tan real como sus lágrimas resbalando ardientes por su rostro.
* * *
- ¡Una vez más! - repitió Obi Wan, con dureza.
Anakin repitió con algo más de fuerza el ejercicio con la espada láser. Obi Wan notó que su aprendiz no estaba en forma como de costumbre. Algo no iba bien.
- Es suficiente.
- Puedo seguir unas repeticiones más, maestro. - intentó proseguir Anakin, con el entrenamiento que necesitaba para desfogarse, aunque no estubiera en forma.
- No conseguirás nada con el espiritu que tienes ahora. Lleno de rábia i dolor interno. Cuando estés bien, entonces proseguiremos.
- ¡No maestro! ¡Se lo suplico, una repetici..!
Entonces la mano de Obi Wan golpeó el rostro de Anakin con fuerza. Fue tal la fuerza que Anakin no controló el equilibrió de su cuerpo y cayó al suelo. Obi Wan se apresuró a bloquearle en el suelo, poniendo una pierna entre las de su alumno a modo de contención, y el mango de la espada láser sin encender cerca de su cuello. Sus rostros quedaron a la distancia del aliento. Anakin no supo como reaccionar.
- Ahora mismo. - empezó Obi Wan. - Estarías muerto. Esto te pasa por no estar atento. No puedes despistarte ni un instante o el enemigo aprovechará el momento para atacarte.
Anakin se quedó mudo, con un nudo en la garganta que hacía aflorar los nervios. El corazón le latía a mil. Obi Wan se quedó mirandolo unos instantes fijamente a los ojos, esperando alguna respuesta por parte de su aprendiz. Anakin, finalmente, sacó alguna palabra de sus labios.
- S-sí maestro... lo tendré en cuenta...
Finalmente, Obi Wan se levantó, y se dirigió a palacio, donde residia mientras los Jedi no necesitaran de sus servicios.
- Espero que mañana cambies tu actitud. - dijo, mientras andaba hacia su dormitorio.
Anakin seguía en el suelo, aún impactado por lo que había sucedido. Contempló el cielo, anaranjado, simbolizando la caída de la tarde. "El maestro tiene razón. No debo dejar que lo del matrimonio me controle la mente y el alma, y saber separar lo personal con la lucha y el entrenamiento. Debo cambiar."
Finalmente, Anakin se levantó, expulsandose los pantalones del polvo del suelo, y se dirigió a su dormitorio. Mañana sería otro día. Mañana intentaría ser el Anakin de siempre.
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Star Wars: Un Amor Prohibido [Anakin x Obi Wan]
RomansaEn una galaxia muy lejana, muy lejana... Anakin y Padme tenian matrimonio concertado no deseado. Anakin no la amaba ni le tenía cariño, pero al ser herederos de sus correspondientes ciudades, sus padres así lo decidieron, para crear una fuerte alian...