EPÍLOGO

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(20 AÑOS MÁS TARDE)

Henry conduce desde Nueva York hacia Riverdale, Matthew y Helena van detrás jugando con sus tabletas.

-¿cuanto queda papá?-pregunta cansado Matthew.

-queda poco, unos 15 minutos aproximadamente-responde mi hermoso marido.

Yo volteo la vista atrás para ver a mis pequeños.

-¿ya te encuentras cansado con 10 años?-le preguntó cariñosamente con una sonrisa que no puedo reprimir cuando veo a mis guapísimos niños.-no sé cómo te encontrarás con 20-

-es que la vida es cansada mami-responde mi pequeña bostezando mientras abraza más fuerte a su osito de peluche.

-otra viejita con solo 8 años-rio junto a mis peques.

[...]
Saco las maletas con ayuda de Henry del maletero, Mathew y Helena han ido como locos a abrazar a sus abuelos los cuales esperan en el porche como siempre.

La pequeña casa de mi infancia se ve exactamente igual a siempre y una rara nostalgia me llega al observarla y al llevar mi vista a la casa de Fred.

En ese mismo instante le veo, un tipo de cabellos pelirrojos y vestido muy elegante, tiene una mirada seria pero debajo de todo le reconozco. Estaba junto a una niña probablemente de la edad de Mathew que llevaba un moño castaño rojizo despeinado y tenía unos preciosos ojos azules.

-Jennifer-me menciona acercándose a mi.-han pasado 20 años...-

Henry ya se había metido con los niños y mis padres en casa, estábamos solos, Fred y yo.

-si, mucho tiempo-sigo yo sin poder apartar mi mirada de sus castaños ojos.

-¿que tal va todo?-pregunta.- esos dos rubios que correteaban por ahí deben de ser tus hijos, tienen tus ojos-

Sonrió al ver que se ha dado cuenta.

-si, Mathew y Helena-le comentó.-Bueno y el rubio de ojos azules es mi marido, Henry, trabaja en una empresa internacional de Nueva York, es el jefe, yo era una de sus empleadas, bueno sigo trabajando aún para el-

-me alegro de que todo te vaya bien, Jen-se callo.-yo he conseguido mi sueño de ser doctor-

Recuerdo perfectamente el dia que me dijo su sueño, estábamos en el Jardín de casa de Rose, yo le dije que nunca sabría que quería ser de mayor, pero el me confeso que salvar vidas era lo suyo.

Esbozo una sonrisa al recordarlo.

-me alegro muchísimo por ti, Fred-dije sinceramente.-Tu hija con la que estabas debe de ser todo un orgullo, es guapísima-

-si, Taylor se parece mucho a su madre-me comentó.- lo único que tiene mío es ese cabello castaño rojizo-

Nos fundimos en un silencio que fue interrumpido por una mujer con él cabello negro azabache por los hombros y unos ojazos azules clavados a los de Taylor.

Era guapísima y su vestido ajustado la hacía resaltar su increíble cuerpo con unos curvas muy marcadas, se notaba que era modelo por lo alta, esbelta y hermosa que era.

-Amor,tus padres...ahh, hola-me miro.

-soy Jennifer-me presente.-un gusto conocerla-

La di la mano y vi el anillo en su dedo, justo el mismo que yo lleve un tiempo cuando estábamos prometidos,era su esposa, una melancolía me recorrió de nuevo.

La princesa serpiente 2. Reinando en otro ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora