CAPITULO 12

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1990


Balanceaba mis pies sentada en el banco el cual era muy alto para mi. Mi mirada estaba fija en las gotas que caian al suelo gracias a la gotera que habia en el techo, este estaba lleno de humedad que hasta hacia picar la nariz.
La puerta color marrón se abrio por completo dejandome ver a la castaña salir de las penumbras de aquel pequeño consultorio, encendío las luces de aquel lugar y me hizo una seña con su mano llena de anillos.

Me levanté y entre, al sentarme en aquel silloncito la mujer cerró la puerta y se sentó al frente mío, mirandome con sus ojos color miel.

------¿Como has estado? --- Habló dulcemente sacando un cuadernillo, lista para anotar lo que salga de mi jodida boca.

-------Bien. --- Susurré desviando la mirada a cualquier esquina de aquella habitación.

Escuche como bufó algo cansada.

------Escuchá --- Aclaró su garganta.
------¿Recuerdas lo que dije la sesión anterior? --- La mire con furía en mis ojos.
------Tienes que abrirte a mi, sino asi no puedo ayudarte.

Rodé mis ojos y suspire.


------No me gusta esto --- Murmure mirando la habitación por completo hasta llegar a su mirada.

La sesión fue algo incomoda, como siempre, a las 7:00 p.m. Salí para mi casa.
No habia traido abrigo, carajo, estaba helando. Una vez de pie al frente de la puerta de mi casa, coloque la llave y gire, las luces apagadas, y el olor a cigarrillo que inundo mis fosas nasales me hizo recordar por un momento ese mismo ardor que sentia cuando fumaba con Kurt.
Encendí las luces y me tiré al sillón, olvidando por completo el dia de mierda que tuve, como solia hacer todo el tiempo.

Luego de que volviera de Seattle Victoria y Carl me obligaron a ir a un psicologo y si me negaba me echarian a la calle, me iria pero no tengo a donde ir y dormir en la calle otra vez no quiero.
Justamente hoy no se encontraban en casa, habian ido a cenar con sus amigos, asi que me fui a dormir sin comer, no tenia hambre, nunca, creo que estaba comenzando a desarrollar un problema alimenticio pero me importaba una mierda.

11:38 p.m.

Me encontraba fumando, mientras caminaba por el pequeño Aberdeen, se me dificultaba un poco seguir mi caminata nocturna, por el frío y la niebla que estaba haciendo. Acabe ese cigarrillo, y me encendí otro.

Pase por la esquina de aquel bar, esta vez no lo podia ver, ni mucho menos entrar, los recuerdos tristes rondaban por toda mi cabeza, el rostro de Kurt siempre se me venia a la mente, y sus ojos claros.
Caminaba por la calle, tratando de encontrar aquellos ojos con desesperación, pero no lo obtuve, jamas, supongo que se tomo muy en serio de rehacer su vida, alla, en Seattle, solo.

Queria volver a su casa, queria sentir su aroma, pero ya habia hecho demasiado mal, como para entrometerme en su vida, ya lo habia dejado, ya no le importaba, y probablemente me comenzó a odiar.

Gire, volviendo a mi casa pero en el camino una cara conocida hizo que me detuva, mirandolo, con mis ojos brillosos.

Dave.

Conectamos miradas, y me regalo una sonrisa mientras se acercaba a mi.
Sentí desesperación, pero me quede allí hasta que estuviesemos más cerca.
Me abrazó, sus abrazos ni se acercaban a los de Kurt, pero eran comodos.

------¿Como estuviste? --- Habló mientras cortaba nuestro amistoso abrazo.

------Bien --- Apreté mis labios.
------¿Tu? ¿Los chicos? --- Dije esta ultima parte pensando en Kurt.

------Krist en su casa holgazaneando como siempre, y a Kurt... --- Me miró a los ojos.
------No lo he visto desde la ultima vez que grabamos --- Se encogé de hombros.
------Ni siquiera se si sigue vivo.

Un escalofrío recorrio mi cuerpo, y el miedo invadio este. No pude pensar en otra cosa que no sea Kurt desde que me despedí de el y me aleje volviendo a casa.

¿Y si tuvo una sobredosis? Millones y millones de suposiciones negativas se me pasaban por la cabeza, mi respiración se empezo a entrecortar, y mis lagrimas amenazaban con salir. Estaba perdida, no sabia que hacer, si ir y ver como estaba, o quedarme aquí hasta que me llegue la noticia de su señal de vida o su muerte.

Abrí la puerta y me tire al sillón, pensando una y otra vez en Kurt, y en mi maldita manera de destruir a cualquier persona que se adentre en mi vida.

The best chaos. -Kurt Cobain-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora